Líneas: Una muy difícil tarea, la de promover el arte y la cultura en el municipio

Por: José Ma. Narváez Ramírez.

03 / Octubre / 2014

Podemos decir sin temor a equivocarnos, que el señor Lic. Luis Alberto Bravo Mora, se topó de buenas a primeras con una gran piedra en su camino o que le tocó –como se dice coloquialmente- bailar con la más fea.

Porque empezar prácticamente a hacer arte y cultura donde solamente existe un grupo enorme de individuos cebados en la inactividad productiva, estando muy listos a cobrar sus quincenas –cuando las hay- a cambio de hacer que hacen y no realizan nada que marque de alguna manera su presencia dentro de sus deberes como promotores del arte y de la cultura.

También no olvidemos que -casi- todo aquel que se dedica a estas actividades, acude al gobierno para que se le apoye, considerando una especie de derecho ahuevoluntario recibir ayuda para promocionar su obra, sea ésta de carácter artístico, literario, teatral, pictórico o simplemente cultural –si es que así se le pueden llamar en forma general a estas inquietudes-.

Bravo Mora ha luchado como los verdaderos guerreros en defensa del amor de su vida: el teatro. Y ha logrado triunfos significativos a través de luchas a brazo partido por presentar muchas obras que han dejado huella en los espectadores. Integrando grupos con personas de origen humilde y con destacados intérpretes ya cuajados y de los llamados hechos sobre la marcha. Ha ido formando una pléyade de teatreros bisoños, que se van enseñando bajo su dirección y con la práctica que les dan los continuos ensayos en busca de la soñada maestría.

Algunos se han quedado en el camino dejando un hueco muy difícil de llenar y aparte, causando gran dolor entre los compañeros, que nunca los olvidarán Otros simplemente o se casan o surcan otros caminos diferentes.

Pero como dicen el argot popular: La función siempre debe de continuar y esto es lo que hacen los intérpretes buscar el aplauso y la ansiada perfección.
Ahora la vida le presenta una de las mejores oportunidades de destacar en su trabajo como hacedor de arte y cultura, y el doctor Leopoldo Domínguez lo nombró atinadamente, titular de este Instituto –pero aquí entre nos, ni siquiera tiene legalidad dentro del organigrama oficial, y aparte gasta un buen dinero como pago de renta por el inmueble-. La cultura y el arte no tienen precio ni se miden en inversiones porque son inapreciables, pero cuando hay carencias y gastos superfluos, hay que eliminarlos.

Aparte, nuestro amigo Bravo, tiene que bregar contra los propios grupos políticos que se han venido incrustando en forma de grupúsculos –chupópteros- dentro del ayuntamiento, vislumbrando un futuro promisorio al entender que Polo tiene una gran proyección dentro del futuro de Nayarit, pero lo que no entienden es que hay que ayudar a obtenerlo con hechos, no con patadas debajo de la mesa De por sí ya ven como están recibiendo ganchos al hígado de parte de los del otro lado Hay que conformar equipos de trabajo, de camaradería con honestidad y compañerismo, no el quítate que ahí voy y el de fomento a la hueva y a la comodidad de obtener los famosos apoyos oficiales
En primer lugar, se va a lograr desocupar el inmueble, se va a contar con edificio propio, con equipo –no de lujo – pero cuando menos que permita hacer, promover y publicitar acciones que trasciendan entre el público, como por ejemplo tardeadas de baile popular, sesiones de aficionados que reciban la participación de todos aquellos que tengan una inquietud artística y quieran ganarse el aplauso del respetable o el acíbar del rechazo; el muestreo de las obras de fotografía, pintura, escultura –y toda la gama del arte- a través de exposiciones que lleven a nuestra gente esas inquietudes. Sin faltar las obras de teatro, y las literarias, como obras populares y libros de variados temas.
En fin, en lugar de criticar de primera intención, y de hacerlo con tono burlón o sarcástico, hay que aplaudir las participaciones de algunos artistas del Instituto Cultural, en los primeros Miércoles Ciudadanos que se presentan con mucho éxito, al aire libre, en las afueras de la Presidencia, cantando, bailando, contando cuentos, declamando y escuchando las propuestas del público –principalmente-, para ayudar a que este Instituto logre su cometido y sirva de muestra a otros que contando con fuertes recursos económicos no hacen gran cosa por promover el arte y la cultura en ninguna parte.

Control Señores Control Le han dado a Bravo la oportunidad de hacer lo que él sabe, hay que apoyarlo
311 145-18-81.