VISOR NAYARITA : MANIFESTACIONES Y QUEHACER LABORAL

Por: Lic. Francisco Pérez Gómez

12 / Diciembre / 2014

No se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito así reza el primer párrafo del artículo 9º constitucional, y el artículo 6º de nuestra carta magna establece en su primer párrafo, que La manifestación de ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que se ataque la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público, lo anterior viene a relación por la manifestación que hicieran el pasado miércoles los miembros integrantes del SUTSEM en la Plaza Bicentenario de nuestra capital, en ella los sindicalistas dieron suelta a su pasión desbordada, válida de acuerdo a sus derechos constitucionales y en la que las autoridades fieles a dichos mandatos no impidieron su realización, más al contrario ofrecieron todas las facilidades para su celebración, lo reprobable fue que los sindicalistas injuriaron en público a el ejecutivo estatal atentando contra el estado de derecho y donde se ataco la moral, la vida privada y los derechos de terceros constituyendo un delito que debería ser sancionado

Ahora bien, respetando opiniones contrarias al respecto y para no emitir un juicio meramente unilateral hablemos de las consecuencias legales, sociales y políticos que devienen de éstas manifestaciones burocráticas, por un lado, los sutsemistas vierten sus razones arguyendo que se atenta contra la autonomía y sus derechos sindicales y que los Gobiernos estatales y municipales no deben incidir en la vida sindical, lo que podría interpretarse como hago lo que quiero y el gobierno me tiene que cumplir, cuestión que raya en la simpleza y en suficiencia sindicalista, pero veamos, para exigir derechos se deben cumplir necesariamente con obligaciones, y en esto, los miembros del sindicato en mención con sus contadas excepciones no cumplen a cabalidad, de la misma forma y entrando a la cuestión legalista un sindicato para tener formalidad jurídica debe por necesidad tener registrado a su ente sindical, de esta manera sus dirigentes contaran con personalidad jurídica para representar legalmente las peticiones y demandas de sus agremiados ante las autoridades e instituciones correspondientes quienes en este caso por obligación deberán de atender a quienes cumpliendo las modalidades legales son los verdaderos representantes de las bases sindicales, si no se cumpliera con tal registro se entiende por ley que no existe tal asociación y por lo tanto no se puede hablar de derechos contraídos ni de antigüedad ni de otros derechos, cuestión medular en toda relación sindicato-gobierno, porque definitivamente que el objetivo del líder y guía es representar estos intereses gremiales pero si no cuenta con esta formalidad jurídica los trabajadores no verán llegar a buen puerto sus demandas y anhelos y se estancaran haciendo mas difícil su quehacer laboral, en este sentido si los representantes hacen a un lado tan importante punto, difícil seran las respuestas a corto plazo y tales demostraciones de fuerza si ese fuera el cometido los aleja de la conciliación pacifica para la solución pronta de sus demandas y requerimientos.

Por otro lado, la sociedad, como parte de sus derechos emite su opinión al respecto señalando varias vertientes, se habla de que estos paros violentan la tranquilidad social, porque se ve afectado el tránsito vehicular causando varias situaciones que van desde que los padres de familia no llegan a tiempo a dejar a sus retoños a las escuelas, de que al no presentarse a tiempo a sus albores los trabajadores de diversas negociaciones tengan que recibir reprimendas y sanciones y de que los negocios y empresas pierden millonarias cantidades, situación que nuestros amigos sindicalistas no ven pero que si se reflejan en el costo de los artículos por lo que se habla de ataques a los derechos de terceros y porque perturban el orden público.

En conclusión, todos tenemos derechos y obligaciones y nadie debe estar por encima de la Ley por lo que las manifestaciones públicas sea cual fuere el motivo deberán estar enmarcadas en el contexto del derecho y respeto a los demás, recordando el dicho que reza Mis derechos terminan donde empiezan los derechos de los demás, solo en este equitativo equilibrio podremos seguir conviviendo en paz y en armonía. Al Tiempo.
Esperemos y comentaremosfrago2009@hotmail.com