NUMINOR: CONTROVERSIAS SOBRE EL PAPADO

Por Agustín Almanza Aguilar

07 / Mayo / 2015

El papado es una creación de los hombres, constituida poco a poco, en el curso de la vida de la iglesia, por la lógica de su evolución y por accidentes históricos En nuestros días, los teólogos católicos profesan, en lo concerniente a los orígenes del papado, una doctrina que puede llamarse ‘de fé’ y de la que no debe apartarse todo aquel que quiera mantenerse en la ortodoxia. Consiste ésta en que el propio Cristo determinó el lugar y la función del Pontífice en la economía de su iglesia La verdad histórica difiere sensiblemente de esta teoría tendenciosa Que Cristo no quiso fundar la iglesia católica, apostólica y romana, es una verdad tan incontestable que es inútil demostrarla San Pedro no se creyó ‘Papa’

En lo que leemos en el libro ‘El Cristianismo Medieval y Moderno’ (Charles Guignebert, Fondo de Cultura Económica, 1957). ¿Qué nos dice el catolicismo? Bueno, que ‘Papa’ (término que significa ‘Padre’, a pesar de lo advertido por el propio Jesucristo: Padre no llaméis a nadie en la tierra, porque uno es vuestro Padre, el cual está en los cielos –Mateo XXIII, 9- es el título que se le dá al Obispo de Roma, quien es el sucesor de San pedro (aquél que negó a cristo: Mateo XIII, 38; a todos aquellos que lo negarán el Gran Maestro advirtió que él los negaría: Mateo X, 33, y como tal ‘Vicario de Cristo’, cabeza visible de la iglesia por decreto de Gregorio VII (1073), se reservó como título oficial del Sumo Pontífice.

Ahora, al ‘Papa’ romano, ¿quién lo elige? Sabemos que el Sacro Colegio de Cardenales, pero, ¿por obra del Espíritu Santo, o en virtud de los acontecimientos históricos del momento? Preguntamos esto porque varios ‘Papas’ han sido sacados del escenario ya por envenenamiento o por ‘no hacerla’ –como dirían los chavos-. Otra que varios, también, accedieron al trono pontificio por simonía u otras cuestiones no muy religiosa, demás que sus comportamientos no resultaban muy cristianos. Aún no se olvida la inquisición, lo de las indulgencias, la insultante riqueza que ostentan, su soberbia y prepotencia, su vanidad, sus oscuras coaliciones con mafiosos y políticos corrompidos y criminales

Juan VII (siglo VIII, 705) se puso por primera vez la tiara coronada, luego Bonifacio VIII (1284-1303) agregó una segunda corona, y después Clemente V (1305-1314), o Benito XII, colocarían la tercera corona. Pero el Vicario de Cristo, el siervo de los siervos de Dios, llega aún a ser nombrado ‘Vicario de Dios’, ya no sólo del Hijo de Dios (este fue Inocencio III).

A ‘vuelo de águila’, ¿qué veríamos en la Edad Media europea? Buen, pues la terminación de la historia antigua con San Agustín, la caída del Imperio Romano de Occidente. San Agustín imponía la idea de que las Sagradas Escrituras sólo tenían valor por la garantía y según la interpretación de la iglesia. Una creencia que era aceptada de buen grado por los simples fieles: la iglesia no podía equivocarse nunca de los nuncas, pues era una institución divina; ella tenía las llaves del cielo y del infierno.
Ante estos ‘poderes sobrenaturales’ se amplifica, alarmantemente, el culto de los santos, de las reliquias y de las imágenes, la confianza en los ritos y en los ademanes y, lógicamente, las peregrinaciones, las ofrendas, donaciones y diezmos abundan, para alegría del clero y del ‘Santo Padre’: las arcas del Vaticano se llenan ‘milagrosamente’.

Otros asuntos: los dogmas y la infalibilidad papal; eso de aceptar como verdades cosas imposibles de verificar. ¡Ah! Y si a alguno de los viles mortales se le ocurría dudar de ellos y pensar diferente ¡Al potro, la tortura; a la hoguera! La inquisición representa una de las más espantosas invenciones del fanatismo de todos los tiempos una lucha contra la ciencia (Engelbert).
En nuestros tiempos tenemos visto el asqueroso vicio de la pederastia en esos ‘vicarios del siervo de los siervos de Dios’ –por consecuencia- se burlan de la idea del infierno y demuestran, con todos sus ‘Nicolaísmos’, la impostura de su sacerdocio.

Por lo que respecta al actual pontífice, Francisco (un memoriam del ‘pobrecito de Asís’), de la orden de los jesuitas, se le vé centrado, no exhorbitado como el anterior Benedicto XVI (¡Que qué horrible rostro mostraba el ex encargado del Santo Oficio). De él ya hablamos (‘Gente&Poder’, Marzo 19 de 2014).
Se ha afirmado que el título ‘Vicario del Hijo de Dios’ –Vicarivs Filio Dei, en latín, lengua oficial del Vaticano- conlleva, en la suma de las letras que corresponden a la numerología romana, el número apocalíptico de la bestia, es decir, el 666 –XIII, 18)-
Pero usted estimado lector (a) no haga caso de esto, iglesia verdaderamente ‘católica’, es decir ‘cósmica universal’ (sic), sólo hay una, y sólo hay un ‘Padre Celestial’, y sólo un Maestro. ¿Se cree usted ya salvo (a)? ¿Sí? ¡Felicidades! Disfrute el Cielo

NOBLEZA OBLIGA: Un reconocimiento de altura para nuestro director Antonio Lora Zamorano, por su efectiva labor informativa y su gran respeto a la Libre Expresión de las ideas en su congruente medio de comunicación, ‘Gente & Poder’. Gracias.

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