Atisbando en la Bahia: • Guillermo Rodríguez El Guango de Sayulita.

Por: Roberto Cervantes Flores

06 / Julio / 2015

Pocas personas en Nayarit tienen la particularidad de la que goza Guillermo Rodríguez Isiordia, a quien sus incontables amigos le dicen Guango. En una ocasión al autor de la presente columna le tocó estar presente cuando a alguien que recién le conocía, le preguntó: por qué te dicen guango y no te molestas? Pareciera que la respuesta estaba debidamente preparada: porque cuando los agarro los dejo peor.

Quien ha ido al pueblo o playa de Sayulita, si no conoce al guango y su restaurant El Costeño, no puede jactarse de haber estado ahí. Y es que Guillermo Rodríguez es propietario de un restaurant de mariscos frente al mar, donde sus platillos, aparte de ser exquisitos, son espléndidos al momento de servirse.

No le importa obtener muchas ganancias, más bien le interesa continuar con la filosofía de su padre, Don Ruperto Rodríguez (Q.E.P.D.), fundador de este restaurant con mucha historia, tanta, que es uno de los primeros restaurantes de mariscos que abrieron sus puertas en esta región. Don Ruperto era muy cuidadoso con los platillos que se servían, siempre estaba preocupado porque los clientes se fueran contentos y satisfechos, antes de pensar en sus ganancias. Así es su hijo Guillermo, quien presume siempre la pasta de camarón Ruperto creada por su padre y que en ningún otro lugar se puede encontrar.

Guillermo Rodríguez Isiordia El Guango es alegre, siempre anda contento, es vacilador en su máxima expresión. Quien tiene la oportunidad de platicar con él, tendrá igualmente la seguridad de que no se va a aburrir, gusta de hacer bromas a sus amigos, de hecho, aprovechamos para mandar un saludo al amigo Dengue (Q.E.P.D.) de Bucerías, quien sostenía una relación de amistad con Guillermo muy cercana y quien, además, era cliente de Guillermo para las bromas, aunque todas dentro de los límites.

Conocí a Guillermo allá por el año 2001. Era gobernador del estado Antonio Echevarría Domínguez y presidente municipal Luis Carlos Tapia Pérez. Un grupo de amigos entonces solteros, solíamos beber cerveza en el bar Guekos de Bucerías, entonces comenzamos a notar a una persona que pegaba lonas, mantas y calcas o simplemente publicidad en general del precandidato del PRI a la presidencia municipal Héctor Paniagua Salazar.
Nosotros a manera de broma, en un descuido que se daba esta persona, las quitábamos. Fue de esta manera como conocí a Guillermo Rodríguez Isiordia, quien fue a encararnos y a reclamarnos por qué retirábamos la publicidad de su candidato. Guillermo es amable, buen amigo, alegre, pero también tiene su carácter el cual muestra cuando se trata de política o mujeres. Cuidado si alguien molesta a su dama.

El Guille es en su pueblo y en toda la costa un líder natural. En tiempos electorales muchas personas le siguen, por lo que puede marcar la diferencia en esta zona, durante un momento determinado a favor o en contra de cualquier candidato. Ayuda a muchas personas, siente los problemas de los demás como propios, pero a pesar de tener incontables amigos, mucha aceptación social y un liderazgo respetable, pocas veces se ha visto interesado en participar para cargos de representación popular.

Cuando se trata de evitar una injusticia, no le da flojera meterse a donde tope, esto me consta cuando a causa del despido de un mesero del restaurant, todo el poder estatal, al inicio del gobierno de Ney González, le intentó embargar un terreno muy cercano a la playa y con un costo muy alto, nada que ver con el despido de un trabajador. Nos enfrentamos a lo que vino, pero nunca lo vi dudar o flaquear. Guillermo es un tipo muy peculiar.

En su juventud era un destacado jugador de fútbol, de hecho llegó a jugar profesional con Las Chivas del Guadalajara, donde lamentablemente le quebraron un pie, lo que causó su baja. Desde entonces es fanático de las chivas rayadas.

Un día, en el gobierno de Héctor Paniagua, fue coordinador de deportes. Un mar de deportistas iba a pedirle apoyos y, como no le autorizaban o se tardaban en entregar los apoyos en el ayuntamiento por la sonora burocracia, entonces se gastaba su salario dando respuesta a lo que le pedían.

Así es Guillermo quien en estos momentos es secretario del ejido Sayulita, cuya participación en este núcleo agrario ha sido fundamental para lograr ahora tener un ejido unido, que tras casi diez años de conflictos por la representación legal del ejido, finalmente todos los ejidatarios y ejidatarias trabajan juntos como un solo grupo. Saludos amigo, presumo de serlo
Grilla Política:
Hoy no será política, más bien recordar cuando Guillermo le dijo a mi padre Chilo Cervantes (Q.E.P.D.): su hijo y yo somos buenos amigos a pesar de la diferencia de edades. En realidad no la es tanta lasemanadenayarit@hotmail.com