La Guillotina : JODIDOS, PERO CONTENTOS

Por: Lic. Javier Durán

10 / Agosto / 2015

Dos personajes que ustedes nunca conocerán, me enseñaron el encabezado de esta columna.

Juan Arrazate y Felipe Somoza, uno rico y el otro pobre. El primero de ellos, dueño de una hacienda con cientos de árboles de caoba y cedro. Con una fortuna en maderas preciosas de más de 50 millones de pesos, hace más de 20 años.

El segundo, un campesino. Trabajador de campos ajenos y con un ingreso que apenas le daba para que él y su esposa, junto con una nieta que vivía con ellos, pudieran comer.

Siempre que se encontraban por la calle, el señor Juan Arrazate en su hermoso caballo y Don Felipe Somoza a pie, el rico le decía al pobre: ¿qué dice tu perra vida?, a lo que el pobre le contestaba: jodido, pero contento.

Las y los mexicanos estamos padeciendo una de las peores crisis económicas y de seguridad de los últimos años. En Nayarit, cada día son más las personas que se quejan de la falta de oportunidades para salir adelante junto con su familia. No hay generación de empleos, no hay dinero.

Por ejemplo, una señora de unos 50 años de edad venía contándole a una compañera de asiento en uno de los camiones que transitan por la cantera, que estaba contenta porque había ido a cobrar su semana. También, se quejaba de que sin explicación alguna su patrón le había bajado su sueldo. Antes, por 5 días de trabajo ella ganaba 600 pesos, ahora, su sueldo era apenas de $ 450.00.

¿Qué puede comprar una señora con 450 pesos para sobrevivir ella y sus familiares a la semana?

Otro caso: Una señora gana 100 pesos diarios en una cocina económica, ubicada por la Colosio. $ 40 les deja a sus hijos para que puedan desayunar, ella se va sin desayunar porque entra temprano a su trabajo.

La orden de comida que vende su patrona en $50, a ella se la vende en 30 (para que coman ella y sus hijos).

Los otros 30, son para su pasaje.
Esa señora que vive cerca de mi casa, me platicaba que tiene que cocinar con fuego (leña), porque desde hacía un mes se le acabó el gas y con lo que gana, no ha podido (ni podrá, pensé yo), comprar un tanque de gas que cuesta casi 500 pesos.

¿Qué pasa si uno de sus hijos se enferma?

Pero mientras la gente común y corriente se está muriendo de hambre, los diputados, senadores y políticos se están llenando las bolsas de dinero. Dinero que se debería usar para mejorar la calidad de vida de los nayaritas y que como por arte de magia se han encargado de desaparecer.

Para muestra, nuestros diputados federales: Roy Gómez, Rocha Piedra y Gloria Núñez, se llevarán un millón de pesos cada uno por no hacer nada en el Congreso de la Unión, como finiquito por sus tres años de ocio. Además, del sueldo de casi 200 mil pesos al mes que les pagamos sin hacer nada por los nayaritas.

Familias que comen solamente una vez al día. Jóvenes dedicados a la delincuencia por la falta de oportunidades para seguir estudiando o para encontrar un buen empleo. Incremento de la delincuencia en todo el territorio estatal que pone en jaque la tranquilidad que hasta hace unos meses veníamos disfrutando. Todo esto, más la tremenda devaluación que se avecina, nos habla de un estado fallido. De una sociedad que sufre cada día más carencias, mientras los políticos viven como sultanes.

Sin embargo, desde el gobierno no opinan lo mismo. Ellos piensan que todos somos felices. Comparto con ustedes la publicación de una persona que trabaja en el gobierno del estado y que cobra como directora: Pues este ha sido el mejor gobierno en los últimos 25 años. Hace mucho que yo no veía a la gente tan feliz.

¿Se imaginan si así piensan todos los que trabajan en este gobierno?

Por eso, en forma de sarcasmo yo digo que los nayaritas estamos jodidos, pero contentos.
Mi correo: guillotinakorayahoo.com.mx