CON PRECAUCIÓN: Español y matemáticas

Por Sergio Mejía Cano

25 / Noviembre / 2015

Es indudable que la enseñanza básica ha ido en detrimento considerablemente; pero, ¿son realmente culpables los profesores de esto? Desde luego que no, porque han influido varios factores que se gestaron probablemente allá a principio de los años 70 del siglo pasado, en que se cambió la enseñanza de la caligrafía derivada del cambio total del cuadro básico de la enseñanza a nivel nacional que también conllevó la cancelación de la materia de civismo, así como serios recortes a la historia tanto nacional como universal; y en la secundaria, la eliminación casi por completo de la literatura.

Mucha gente mayor de la tercera edad se pregunta constantemente que cómo es posible que si antes una persona que nada más cursó hasta el cuarto grado de primaria allá por los años 40 haya salido más preparado en ese entonces que muchos preparatorianos de hoy en día; y no nada más en cuestión caligráfica, sino en conocimientos generales, como la aritmética que en sí es la base para las matemáticas que tanto énfasis se ha puesto ahora en que se dice que a partir del año entrante se pondrá mayor empeño tanto en español como en matemáticas. Y he aquí en donde salta otra pregunta: ¿Será acaso que el español ha demeritado considerablemente por como escriben hoy en día las nuevas generaciones? ¿Y será que las matemáticas se tendrán que fortalecer aún más, porque se dice que se ocupan para casi todo?

La enseñanza del español y matemáticas ha existido desde siempre en la educación básica, y las reglas básicas para el aprendizaje de dichas materias prácticamente son las mismas de siempre, pues en el español se sigue enseñando la gramática fundamental que conlleva la sintaxis, la prosodia y desde luego la caligrafía y por ende la ortografía; sin embargo, ahora a gran parte las nuevas generaciones poco les interesa hablar y escribir bien, y muchos de los jóvenes se defienden con la frase tan común de pero me entendiste, ¿no?; lo malo es que no se ponen a pensar que en el futuro, el haberse acostumbrado a no escribir medianamente bien, les podría acarrear problemas al momento de tan solo llenar una solicitud de trabajo, así de sencillo; y peor si tienen que redactar una carta a mano, atenidos quizás a que si la escribieran en una máquina computadora esta misma se encarga de corregir las faltas ortográficas y tal vez hasta la sintaxis; pero si la tienen que hacer a mano, sí que se verán en problemas para darse a entender. Desde luego que no toda la chavalada, porque es obvio que sí hay chicas y chicos que se interesan por las letras.

Y respecto a las matemáticas, en la educación básica es elemental la enseñanza de las cuatro operaciones fundamentales de la aritmética: sumar, restar, dividir y multiplicar, operaciones que se podrían considerar como los cimientos para las matemáticas superiores que siguen después como el álgebra, la trigonometría, problemas de cálculo y medición y de elevación al cuadrado y máximas potencias.

Así que el próximo año se centrará el estudio en español y matemáticas, pero ¿y las demás materias? Porque no todo es español y matemáticas; claro que teniendo una mayor comprensión del idioma y la mente enfocada en números se podría llegar a más, pero también están las ciencias naturales, biología, física, química, historia, lógica, etimología, literatura y demás artes y conocimientos culturales que englobarían un conocimiento generalizado de la humanidad en sí para las nuevas generaciones, porque aparte del español, eso de engorrarles con las matemáticas pues como que lo único que se quiere formar con las nuevas generaciones son robots; mentes automatizadas y nada más que no tengan en cuenta la ecología, la flora y la fauna y desde luego, desechar los sentimientos humanos.

Ahora bien, se dice que hay gente para todo, pero no para todo hay gente, pues está comprobado que a muchas personas las matemáticas nomás no se le dan, por más explicaciones que se les dan nomás no agarran la onda. Me comentaba un profesor que esto quizá se deba al entorno familiar y de desarrollo de un individuo en que los números no se usan para nada hasta que llega a la escuela y que por eso no se le dan las matemáticas; sin embargo, también hay gente que de inmediato aprenden las cuatro operaciones fundamentales de la aritmética. Y está comprobado que en un aula de clases, hay escolares que entienden una cosa y otra no; alumnos que son buenos para leer y escribir pero que no entienden la aritmética y viceversa.