LIBRE PENSAMIENTO

JULIO CASILLAS BARAJAS

22 / Enero / 2016

URGE RECOBRAR LA CONFIANZA PERDIDA

Es necesario recobrar la confianza en México y en Nayarit para avanzar seguros. Estamos ciertos que hay algo en común entre individuos, organizaciones o países: la confianza. Si se desarrolla y aprovecha ésta, encierra prosperidad. Se trata de un activo tangible y medible que puede crearse mucho más rápido de lo que se piensa, tal como la onda expansiva que se hace al lanzar una roca al agua. Cuando la confianza se pierde con ella se van anhelos, propósitos, sueños y esperanzas.

México puede construir las bases para elevar la confianza como principal motor de su economía y desarrollo, y comenzar a ver resultados. La confianza colectiva de un país se puede construir para sostener al mismo tiempo la estabilidad y el progreso, obligando a que sus líderes apliquen conductas positivas y no gobiernen con demagogia y simples palabras.

DESCONFIANZA EN TODOS LADOS

La sociedad no confía en partidos políticos, instituciones ni en personas que siempre la han engañado. Es el tiempo de las decisiones colectivas aunque no sean las acertadas. Por ejemplo, si la obra pública se hace con el criterio de muchos ciudadanos y no de unos cuantos políticos, sería mejor. Si se equivocan las mayorías está bien, son las mayorías. Ahora se hacen obras por antojo del gobernante, por intereses financieros o de puro relumbrón, sin tomar en cuenta la opinión de los beneficiarios que a la mejor quieren otras y no las que están en marcha.

¿Puede un pobre matar el hambre dando mordidas al pavimento?

CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD

En el mundo, en muchos aspectos, hay una crisis de confianza. Cierto que la percepción ha mejorado un poco comparada con el lapso previo a la crisis financiera de 2008, pero no está en el nivel que se busca. Industrias como la de servicios financieros que nunca se han destacado por la confianza, deben ganarla, así como todos los segmentos de la economía. Es un hecho que la confianza decrece en gobiernos y medios de comunicación. Son muchos los factores que influyen para esa reprobación pero en concreto se trata de que hay una pobre transparencia en los gobiernos, se carece de comunicación directa, de hablar derecho; además, cuando la corrupción existe se pierde la confianza. Y a eso hay que agregar la impunidad.

REFORMAS SIN CONFIANZA IGUAL A CERO

Evidentemente se pueden tener buenas reformas estructurales en el país -que si son implementadas en la forma correcta hacen que los inversionistas tengan confianza-, pero todo se viene abajo en cuanto aparece la corrupción, tema que representa un costo muy alto para la sociedad; es como un impuesto lesivo y una barrera para la llegada de inversiones.

Siempre que la confianza sea baja, estamos hablando de un impuesto que se manifiesta en una baja inversión; los planes y la implementación del crecimiento también se reducen por la falta de confianza y esto afecta a toda la economía de un país.

Hablando con optimismo, creemos que es posible recuperar la confianza pero los gobiernos y los políticos tienen que dejar de hablar y tomar acciones.

Definitivo: no se puede salir de una crisis por medio de las palabras si lo que ocurrió fue un fracaso inhibido por medio de conductas fallidas y políticas públicas inconvenientes.

En México y en Nayarit se tiene que cambiar la manera de hacer las cosas porque fue ese comportamiento lo que dañó la confianza, y esto lleva tiempo de recuperar, al menos que se dé marcha atrás y se recule en el procedimiento.

EQUIPOS Y ADMINISTRACIONES QUE TRABAJEN

Los especialistas señalan que la confianza sostenida viene de adentro hacia afuera y la administración federal o estatal (también la municipal) tiene que crear (AL LADO DEL GOBERNANTE) un equipo que lo acompañe, que le de esa confianza para que la emane hacia su entorno.

En términos generales debe haber un punto de partida y a partir de su inicio va creciendo de niveles de baja, mediana o alta confianza de acuerdo al comportamiento que se va manifestando; es un proceso que va de menos a más. El pueblo vale más que los deseos o intereses de los políticos.

Entonces, debe arrancar un proceso para rescatar y convertir la confianza colectiva hasta aumentarla. Se trata de hablar al pueblo con franqueza, respeto, crear transparencia, corregir errores, enfrentar la realidad y ser claros en las expectativas, con rendición de cuentas y el cumplimiento de los compromisos.

CAMBIAR LA DECEPCIÓN POR EL ÉXITO

En algunos países la confianza de la sociedad es producto de su historia, por ejemplo Dinamarca, uno de los países con mayor nivel de confianza entre su población y hacia su gobierno por su historia, geografía, demografía; son muchos factores y hay otros países en el mundo que carecen de confianza y la misma sociedad la ha perdido por las experiencias vividas a lo largo de su historia. Sin embargo, la historia es un punto de partida pero no es determinante.

Dicen los estudiosos de la historia de México que aquí predominan episodios de decepción.

Así ¿es posible como sociedad recuperar la confianza, si es que alguna vez ha existido? Creemos que sí es posible pero no es fácil. Se necesita un modelo de transparencia, de confianza, que derive en resultados. Las personas necesitan modelos y mentores para inspirar al resto de la sociedad y crear mayores expectativas en cuanto al concepto, heredarla a los siguientes grupos; educar para que se vaya adquiriendo esa confianza, es un proceso pero sí es posible.

Un experto señala: La manera en la que se logra la confianza es empezando de forma individual, de organización en organización para crear esas ondas expansivas, tal como lo hace una roca lanzada al agua, y así es la velocidad de la confianza, con un grupo que lo haga se extiende. No es algo que se implemente de forma masiva.

Pero hay que empezar ya.

VEREMOS Y DIREMOS.