CON PRECAUCIÓN: No se parece en tiempo y forma

Por Sergio Mejía Cano

29 / Enero / 2016

Bueno, pues ya lanzaron la moneda al aire aparentemente destapando al joven empresario Antonio Echevarría García para la gubernatura del estado en 2017. Y si bien en su momento el joven Echevarría García señaló que más que ser candidato le interesaba más apoyar a otros candidatos, fueran del partido que fueren, pero que estuvieran más comprometidos con el bienestar la ciudadanía en su conjunto, luchando por la creación de empleos y con visión de progreso, al parecer alguien ya lo convenció de lo contrario, seduciéndolo para que sea él mismo ese posible candidato.

Desde luego que no se hicieron esperar las expresiones sobre todo como esa tan común de que nunca segundas partes fueron buenas; además de que para mucha gente, el gobierno de su señor padre don Antonio Echevarría Domínguez de 1999 a 2005 fue irrelevante y que no se guarda buen recuerdo de su gestión; y por lo mismo, de ser congruente consigo mismo, el joven empresario podría estar consciente de que no es lo mismo administrar empresas que un estado y mucho menos un país, de acuerdo con la experiencia que se dio con el sexenio del también empresario Vicente Fox Quesada.

El estado de Nayarit no es el mismo y mucho menos se parece en tiempo y forma al Nayarit de 1999, hoy existe más desempleo, hay más pobreza y si bien hay un cierto rasgo de seguridad, la delincuencia ha aumentado precisamente debido al mismo crecimiento de la población en sí y por la falta de oportunidades para las nuevas generaciones tanto de estudio como de trabajo. Y si bien alguno o varios de sus impulsores sueñan con volver a hacer la hombrada que se logró con su señor padre en las elecciones de 1999, también el mundo político es otro hoy en día.

Si don Antonio Echevarría García se alzó con el triunfo en 1999, hubo varios factores que contribuyeron a ello, como la novedad de una coalición entre partidos muy disímbolos entre sí, con una ideología muy diferente entre el PAN y el PRD y aunado a esto, el que mucha gente aun priista, quizás dolida con su propio partido político, le dio el espaldarazo al candidato aliancista y muchos electores votaron con la convicción de a ver qué pasaba; y desde luego las militancias de ambos partidos coaligados en donde sobresalían en un número mayor los del PRD, que en esas fechas tenía más presencia que los del PAN que, y aunque es un partido mucho más antiguo, su presencia en Nayarit no ha sido muy numerosa que digamos; y si bien el número de panistas aumentó un año después gracias al triunfo del abanderado del PAN la Presidencia de la República, Vicente Fox, aun así, el partido albiazul no pude considerarse un partido fuerte en tierra Cora. Por lo que se podría intuir que Echevarría Domínguez ganó gracias más al PRD y a la disidencia priista que al PAN; pero esa es otra historia. Lo que sí es un hecho, es que hoy en día, es muy probable que el empresario Echevarría García no le esté apostando, en caso de lanzarse a fondo para buscar la gubernatura del estado, en hacerlo apoyado con alguno de estos partidos políticos que fueron en sí los que llevaron a su papá a ser gobernador, sino más bien contender en forma independiente por estar de moda y además presente el reciente triunfo en el estado de Nuevo León, precisamente de un candidato supuestamente independiente, pero salido de las filas del PRI, cosa que no ocurre con el joven empresario nayarita. Y pensar en ser candidato de los demás partidos morralla o rémoras, pues mejor ni pensarlo porque esto no lo llevaría a buen puerto, así que mejor solo que mal candidateado.

Y si el PAN no es un partido muy fuerte en Nayarit, ahora el PRD está peor, pues ha quedado claro que ya es un partido en proceso de liquidación, desfasado en todos los sentidos. Y si a pesar de esto, en el hipotético caso de que Echevarría García aceptara la nominación de una alianza entre estos partidos, a nada lo conduciría el aceptar, aunque se le unieran las rémoras de siempre, porque ya estas alianzas no son ninguna novedad como lo fueron en 1999, y menos con el desprestigio que despertó el PRD entre sus militantes serios, al demostrar sus dirigentes tanto a nivel estatal como nacional su poca vergüenza y dignidad después de haber recibido una patada en el trasero por parte del mismo gobernador al que ayudó a afianzarse en ese cargo en 1999.

Así que por el momento no se ve un horizonte muy claro para Echevarría García, por lo que debería volver a pensar si está bien hacer caso a las adulaciones. Pero en fin. Sea pues. Vale.