CON PRECAUCIÓN: Entonces el crimen no deja ni para zapatos

Por Sergio Mejía Cano

20 / Abril / 2016

Vaya si ha generado controversias entre gran parte de la opinión pública el hecho de que el Secretario de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos Zepeda, haya ofrecido disculpas públicamente por el maltrato y tortura hecha a una joven del estado de Guerrero. Desde luego que por esto no se hicieron esperar voces a favor y en contra, quizás por el consabido resultado de que hoy en día a las autoridades, de la corporación que sean, les va como al cohetero: si hacen algo bien hay quien les chifle, y si algo les sale mal, pues peor tantito.

Hay voces que señalan que esta disculpa no es suficiente, porque de no haberse dado a conocer el dichoso video en donde se ve el maltrato a la guerrerense por parte de personal militar y de la policía federal, tal vez nada hubiese pasado y todo seguiría igual; sin embargo, hay quienes dicen que como el famoso video se dio a conocer públicamente, el general Cienfuegos tuvo que salir ante la opinión pública para justificar como un hecho aislado y un acto de desobediencia, y además fuera de todo lugar sobre el actuar de las fuerzas armadas a su cargo. Pero sigue la duda de quién y por qué y para qué se dio a conocer el video en cuestión, si el horno no está para bollos en cuanto a lo que hoy en día piensa mucha gente sobre las fuerzas armadas y las corporaciones policíacas de todo tipo, por la violencia que se ha generado con el pretexto de la lucha contra el narcotráfico en donde por supuesto han caído tanto supuestos criminales, así como de las fuerzas del orden, pero también mucha gente inocente que ha sido víctima del fuego cruzado o por equivocación de ambos bandos.

También hay quienes dicen que la tortura de la muchacha, supuestamente coludida con una organización criminal, no merece ninguna disculpa porque esa clase de gente no merece compasión; y he aquí lo que llama la atención, ya que la gente que se inclina por esta clase de pensamiento, señala a la muchacha torturada como dando por hecho que es culpable de lo que se le acusa y que por eso tuvo que ser maltratada; y afirman la culpabilidad de la guerrerense tal y como si les constara y hayan sido testigos de los supuestos daños que causó al pertenecer a un supuesto grupo criminal, sin detenerse a pensar que se ha documentado que en muchas ocasiones para tapar una equivocación de las fuerzas armadas o presentar trabajo, detienen personas acusándolas de delincuentes y hasta se ha publicado que posteriormente se comprueba que las supuestas armas que se dijo en su momento traían consigo, se las habían sembrado y que en realidad eran unos pobres campesinos que iban a su parcela a trabajar cuando fueron detenidos. Así que existe la posibilidad de que tal vez la chica sí haya sido detenida en compañía de gente armada; pero ¿y si nada más era la pareja sentimental de uno de ellos sin tener nada qué ver con las actividades cotidianas de sus acompañantes? O si sabía a qué se dedicaban, en el supuesto caso de que sí pertenecieran a un grupo criminal, ella qué podía hacer, ¿acusarlos a sabiendas de que sería tomada esta acción como una vil traición?

Pero en todo caso y como sea. Si la muchacha torturada pertenecía a un grupo del llamado crimen organizado, pues entonces como que eso no deja ganancia, pues se ve que al parecer no es negocio, ya que la pobre muchacha hasta descalza se mira en el video y no porque le hayan quitado los cacles o los haya perdido en ese instante, sino que se le miran los pies como acostumbrados a andar descalzos; y además, su vestimenta no es de la mejor calidad que digamos, así que se podría deducir que a lo mejor ningún secuestro les había redituado todavía ganancia alguna o que en vez de comprarse ropa buena y zapatos, prefirieron comprar armas para emprender la empresa de la delincuencia organizada.

Es triste comprobar que hay gente que aprueba el maltrato hacia los detenidos y que de inmediato se dice que pertenecen al crimen organizado, sin que quienes así piensen les den a los detenidos el beneficio de la duda, una duda que hasta las mismas autoridades tienen porque de no ser así, entonces no tendrían por qué sacarle una confesión a la fuerza, ya que queda claro que como en este caso que nos atañe, al cuestionar los militares y federales a la detenida, es porque tienen la duda de quién es y a quién más conoce y que por medio del maltrato, quieren que la muchacha les diga lo que quieren oír, tal vez para justificarse ante sus superiores. Pero en fin. Sea pues. Vale.