CON PRECAUCIÓN: Lavándose las manos

Por Sergio Mejía Cano

27 / Abril / 2016

No cabe duda que nuestro país está bastante descompuesto, y al parecer no hay por el momento quien detenga esta descomposición ya de por sí más que alarmante. Desaparecen 43 estudiantes normalistas del estado de Guerrero y a más de un año de su desaparición no hay autoridad que diga algo coherente al respecto a sabiendas de que nadie se esfuma en el aire, que nada se desintegra sino que todo se transforma, ya lo dijo alguien alguna vez. Que la Iniciativa Privada (IP) quiebre bancos y el gobierno en turno salga al rescate con dinero público; que expriman las autopistas, los ingenios azucareros, que las compañías mineras contaminen el subsuelo donde se asientan, y que nadie salga al paso para al menos remediar en algo esta situación que nos hunde cada vez más como nación.

Es en verdad preocupante que el padrón electoral ya sea público nuevamente y esté en manos nada convenientes para gran parte de la población; nuevamente, porque está documentado que allá por el 2006 hasta estuvo a la venta en Tepito, barrio bravo del entonces Distrito Federal, hoy Ciudad de México (CDMX). Esto es un claro indicio que en nada preocupó a las autoridades de de todos colores y sabores, el que dicho padrón electoral se estuviera vendiendo como cualquier mercancía al mejor postor, porque de nueva cuenta ya apareció a la venta como si fuera un best seller de moda. Se podría decir que para nosotros los pobres podría no significar nada que nuestros datos anden en todo el mundo, pero sí para la gente pudiente que podría ser víctima de algún tipo de extorsión o equis delito debido a que en ese padrón está nombre, apellidos y domicilio, así como claves y datos que los expertos en extorsión o algún tipo de fraude, así como conocimientos cibernéticos, podrían utilizar para sus aviesos fines.

Y ahora la explosión del conjunto petroquímico Pajaritos, en Coatzacoalcos, Veracruz, en donde ya a través de las redes sociales y páginas de internet hay analistas que no se explican el porqué se dice que la explosión sucedió en una planta de Pemex, siendo que dicha planta desde el año del 2013 es una coinversión público-privada, en donde la empresa Mexichem tiene la mayoría de las acciones, por lo que debería considerarse desde ya que el siniestro sucedió en una empresa prácticamente privada y no pública al querérsela achacar a la agonizante Pemex. Y peor aún, es que ya hay versiones de que dicha petroquímica Mexichem perteneciente a la IP, se quiere lavar las manos sin recato ni pudor, haciendo declaraciones su presidente el señor Antonio Carrillo Rules, diciendo que los muertos y accidentados no pertenecen a su empresa privada, que son trabajadores de contratistas que están ahí desde el año 2013, por lo que su empresa no tiene ninguna responsabilidad para el pago de las indemnizaciones correspondientes. Entonces, ¿se los querrán cargar a Pemex también? Porque es posible que los dichos contratistas se vuelvan ojo de hormiga o que igualmente se quieran salir por la tangente aprovechando la crisis de impunidad que adolece ya desde hace mucho tiempo nuestra depauperada Nación.

Y he aquí uno de los grandes riesgos que tiene la gente productiva que es contratada por medio de los llamados outsourcing, ahora ya hasta legalizados, pues se han dado casos en que los trabajadores que son contratados mediante este sistema, al tener algún tipo de problema laboral, la empresa en donde prestan sus servicios se hace pato diciendo que en sí no trabaja para ella, sino que para el intermediario outsourcing que lo contrató, y cuando acude con este contratista, muchas de las veces ya desapareció o se la hacen tablas trayéndolo de un lado para otro.

Casos similares se han llegado a documentar por lo menos en el Jardín Industrial de El Salto, Jalisco, en donde se han dado esta clase de problemas de que un trabajador firma su contrato laboral con una firma outsourcing, y lo mandan a trabajar a equis empresa de las instaladas en el Jardín Industrial, y al rato que quiere reclamar algo por abusos patronales, falta de pago o prestaciones, la empresa en donde labora le dice que ahí no tiene nada que alegar, que vaya con quien lo contrató; pero ¡oh, sorpresa!, la empresa en donde había firmado su contrato laboral ya desapareció o al menos las oficinas ya no están donde mismo o mínimo, cambió de razón social. Así de fácil.

Así que buen problema tienen los deudos de los fallecidos en el accidente de Pajaritos para que les paguen sus indemnizaciones. Pero en fin. Sea pues. Vale.