Simpatizantes de la senadora Margarita Flores se preguntan, ¿dónde andas Margarita?

27 / Abril / 2016

Por José María Castañeda

Decenas de simpatizantes de la senadora priísta Margarita Flores Sánchez, se hacen las cruces al no tener información de la rubicunda legisladora, que de la noche a la mañana desapareció de la escena política, dándole paso a las aspiraciones de los también aspirantes a la gubernatura del estado Nayarita, Manuel Cota Jiménez y Raúl Mejía González.

Conjeturas hay muchas y variadas, luego que unos aseguran que salió mal con el gobernador Roberto Sandoval, y que este decidió ya no apoyarla, luego que le recriminara el que Cota Jiménez, al igual que Mejía González, habían hecho reuniones cada uno con 300 mujeres priístas y que ella –Margarita-, siendo mujer no haya podido agrupar a las 300 mujeres como sus antagonistas, por lo que decidió el gobernador retirarle el apoyo del que antes gozaba, junto con toda la maquinaría priísta. Y es que al reportero de esta editorial nadie se lo platicó, sino que lo ví y escuche, cuando el presidente del PRI, en el mes de enero, en una finca que se ubica salida al poblado de Paredones o entrada a Santiago, según sea el caso, arengaba a grupos de Copades, diciéndoles que era el momento de cerrar filas en torno a Margarita Flores, aún que ahora el chaparrito bigotón del estado de Guanajuato diga que él y Manuel Cota han sido soldados de mil batallas -¡Caray como cambia la mentalidad de algunos!-

Pero retomando el tema, sería saludable que la senadora Margarita Flores volviera a Santiago, para decir que fue lo que sucede con su precampaña, o si de plano ya decidió negociar su presumible campaña a la gubernatura por una candidatura a presidente municipal, luego que podría ser la buena para Santiago, aún que esto les provoque escozor a más de alguna (o) que ya se sienten candidatos apoyados en la amistad que dicen tener con el mandatario estatal.

Por lo que a manera de rúbrica, aquí en Santiago había una mujer a la que el cantautor Napoleón llamó Pajarillo en una de sus gustadas canciones a la que le gritaban sus clientes: ¿A qué horas sales Senorina?; y aquí podemos aplicarla a la legisladora diciendo: ¿A qué horas sales Margarita? Digo, para que nos aclare la duda, ¿continuará en campaña, o habrá calmado sus ansias de novillera?