CON PRECAUCIÓN: Un país distante y distinto

Por Sergio Mejía Cano

29 / Junio / 2016

En la mayoría de los medios informativos a nivel nacional, resaltó más una de las declaraciones –entre otras- que hizo el presidente mexicano Enrique Peña Nieto dentro del marco de su visita a Quebec, Canadá, y que llamó la atención en gran parte de la opinión pública, sobre todo mexicana, al decir que la reforma educativa no está sujeta a negociación, y añadió que ésta ni ninguna otra ley; y obviamente, lamentó en aquél país los hechos lamentables sucedidos en Nochistlán, Oaxaca, aunque en descargo, dijo que no era la primera vez que el Estado haya tenido que recurrir a la fuerza pública para mantener la tranquilidad social y el orden. Tal vez recordó Atenco.

Y fue más allá al afirmar –entre otras argumentaciones- que su reforma educativa alcanzó un alto nivel de consenso y respaldo, ¿de quién o quiénes? Asimismo, añadió (de acuerdo a La Jornada, de este 28 de junio de 2006, bajo la firma de Rosa Elvira Vargas), que la reforma educativa se diseñó para dar una mejor preparación, formación, un mejor futuro y oportunidad de incorporación al mercado laboral a la niñez y juventud mexicana. Dicha reforma tiene beneficios para el magisterio, pone a la escuela en el centro y presta especial atención al contenido educativo que deben recibir los alumnos. ¡Sopas!

Es evidente que el presidente mexicano Peña Nieto, vive en un país distante y distinto al que aparentemente está gobernando, pues al decir que la reforma educativa ni ninguna otra ley están sujetas a negociación, cree fehacientemente que su voz es ley y que al afirmar esto claramente está dando a entender que su reforma educativa es ya una imposición y que autoritariamente dice que no hay vuelta atrás, y por lo mismo no entiende que está pasando por encima del artículo 39 constitucional que claramente establece que: La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder dimana del pueblo y se instituye para beneficio de este. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno. Así que en este entendido si hay protestas y marchas manifiestas que se oponen no nada más en contra de la reforma educativa, sino de la laboral, de la fiscal y hasta en la de Salud, es porque el pueblo no aprueba esas reformas y se deben volver a poner en consenso, pero a fondo y con entes que estén versados en todo lo que conllevan esas reformas y que en verdad satisfagan las necesidades de la población.

Las reformas y leyes que dice Peña Nieto que no están sujetas a negociación, fueron aprobadas por una minoría que se apegó a una línea ya trazada de antemano y que jamás consultó al pueblo si se aprobaban o no. Se podrá decir que quienes la aprobaron fueron los supuestos representantes populares; sin embargo, ninguno de estos salió a las calles de sus respectivos distritos para preguntarle a quienes los eligieron para que fueran su voz en el Congreso de la Unión; así que en sí y de acuerdo al artículo 39 arriba citado, esas leyes no tienen el sustento de la aprobación de la mayor parte de la población por lo que deben ser derogadas. Y tan no tienen el sustento, porque tanto senadores como diputados que aprobaron las reformas en cuestión lo hicieron bajo consigna, para no contraponerse con las dirigencias de sus partidos políticos y desde luego, para proteger más sus propios intereses y aspiraciones políticas que el beneficio de sus supuestos representados.

Peña Nieto dijo en Canadá que su reforma educativa se diseñó para para dar una mejor preparación ; sin embargo, infinidad de analistas han afirmado que dicha reforma no tiene nada de educativa, sino que más bien es laboral, pues no contiene ningún cuadro básico de educación avanzado ni planes de enseñanza que mejoren los actuales. Y de acuerdo a como está, en sí no abre una mejor oportunidad para que la niñez y juventud se incorporen al mercado laboral, porque no van a tener mejor preparación. Y qué beneficios podría traer para el magisterio, si son la mayoría de los integrantes del mismo quienes están protestando por dicha reforma, precisamente porque les afecta sus derechos laborales, pero más porque no ven ningún contenido educativo que mejore las condiciones de estudio y preparación tanto para alumnos como profesores.

Y otra falla es el estar aplicando esta ley de la reforma educativa en forma retroactiva, pues de todos es sabido que ninguna ley puede ni debe aplicarse en esta forma, por lo que el despido de los profesores es a todas luces ilegal.