CON PRECAUCIÓN: El provechoso buen fin

Por Sergio Mejía Cano

24 / Noviembre / 2016

Pues ya culminó el tan cacareado Buen Fin que, como dicen los enterados no es más que una mala copia de un sistema implementado en el vecino país del norte al que se la ha dado en llamar algo así como Black Friday, y mala copia porque de acuerdo a los que saben, en los USA sí hacen buenos descuentos en infinidad de artículos de hasta el 70% del precio original, y no como se ha estilado aquí en donde lo más que se ofrece son mensualidades sin intereses, pero el precio siempre queda en duda si subió o bajó.

Se ha dicho desde siempre que para todo hay gente, y desde luego que no ha faltado quien se haya ido con la finta de que va a comprar algo bueno, bonito y barato; sin embargo, existen personas que ya cumplieron cinco años de maldecir el haber acudido a una tienda a adquirir algún aparato electrodoméstico o de línea blanca desde que inició el mentado buen fin, porque si bien no han podido salir de esa deuda desde entonces, también los hay quienes ya no tienen en su posesión lo que compraron supuestamente en una buena oferta por haberles sido embargado junto con otras de sus pertenencias al no poder seguir cubriendo las cuotas.

Pero, ¿en realidad a quién beneficia más el dichoso buen fin, a los empresarios o a la ciudadanía en sí? Porque resulta por demás extraño tanta promoción que se le da en todos los medios, sobre todo televisivos con falacias como de que desde antes del primer minuto en que comenzó el Buen Fin ya había grandes colas en las tiendas para aprovechas las maravillosas ofertas; tal y como se ha dicho también que sucede en los USA de que hasta se pelean entre los consumidores con tal de que no les ganen determinados artículos ofrecidos a la venta a bajo precio. Así que igual aquí se anuncia algo parecido como si la mayoría de la población estuviera en bonanza o en Jauja con un poder adquisitivo envidiable para los habitantes de otros países; cosa más alejada de la realidad por la que pasa la mayoría de la población que en muchos de los casos no saben qué van a comer al día siguiente.

No por nada comenzaron a circular en las redes sociales los famosos memes respecto al llamado buen fin, en donde sobresale una caricatura en que determinado artículo durante todo el año tiene un letrero señalando que cuesta 15 mil pesos, pero al llegar el buen fin el anterior letrero ha sido sustituido por otro que dice: Buen Fin, de 20 mil pesos a solo 16 mil, aproveche, y cosas así, en donde los descuentos y ofertas son ficticios nada más.

Pero aún así, desde luego que hay ilusos que se embarcan con una deuda que posteriormente es difícil salir de ella, y todo por creer que en verdad ha comprado una buena oferta, sin saber quizá que si acaso encontró algún aparato de cualquier línea barato, bien podría ser ya usado, de esos que les recogen a los clientes morosos que ya no pudieron pagar y que al ser embargados, nada más se les da su manita de gato o garra de tigre y los ponen a la venta como nuevos. Y entre estos clientes desde luego que ya no son los mismos de los años pasados, quienes ya tuvieron su mala experiencia, sino que son clientes que no han caído en el garlito del engaño de que todo es más barato con el Buen Fin, y ahí van alegremente a aprovechar el buen fin; y córrele porque son pocos días de ofertas y si no aprovechamos, nos tendremos que esperar un largo año para que vuelvan estas ofertas.

Pero como señalan familiares, vecinos, amigos y conocidos de que un verdadero buen fin sería que pusieran a mitad de precio los productos de la canasta básica como frutas, verduras y legumbres, leche, huevos, carne, frijol, café, azúcar, así como descuentos efectivos en ropa y calzado; descuentos reales en el pago de luz, agua, gas, el transporte urbano, etcétera. Porque si de verdad le interesara al gobierno federal cuidar la economía de la gran mayoría de la población, haría realidad descuentos en todo lo que cotidianamente usa la gente o en su defecto, cancelar de una vez y para siempre esto que se ha dado en llamar El Buen Fin, porque perjudica más que beneficiar a la población, y más a la de escasos recursos. Porque ¿quiénes son los que pueden comprar al contado artículos electrodomésticos y línea blanca?, pues obviamente que no es el grueso de la población, sino las clases más pudientes, a veces, porque no siempre, porque si bien llegan a comprar a plazos, los pueden pagar más pronto que la gente de escasos recursos. Pero como se dice: infortunadamente para todo hay gente. Pero en fin. Sea pues. Vale.