Numinor: Vudú y Macumba: Rebelión del alma negra; una realidad distinta

23 / Febrero / 2017

Aquí nos encontramos en dos lugares diferentes de planeta, Haití y Río de Janeiro donde, en el primero, los esclavos negros (que odio llamarlos así a éstos mis hermanos) encontraron en las raíces de su religión africana, y en la memoria de sus antepasados, un elemento fortaleciente y unificador: el Vudú. En el segundo caso, con la aparición, otra vez, de rituales mágicos, de la Macumba, los conceptos del bien y del mal formaron parte orgánica de la existencia de sus habitantes. Comencemos con ésta última.

En los comienzos, había madrugadas somnolientas, cuando la policía invadía los ‘Terreiros’ (nombre de los lugares donde se practica el culto) para, por quejas de los vecinos, callar el escandaloso ruido de los timbales; hoy ya es cosa del pasado. Intelectuales y artistas acudieron mucho a los ‘Terreiros’, contemplando exóticos rituales y misticismo menos racionalizado que el de las religiones occidentales. Escuchando ‘cantigas’ o coplas donde se alaba a los ‘orixas’, sus dioses. África está presente al especie de sacerdote se le llama ‘pai de santo’ (padre santo). La Macumba, se dice, es cosa de pobres y de negros (ibídem), que acudían, por necesidad a los ‘rezadores (as)’, y tales médiums, una vez poseídos, los liberaban de sus males y enfermedades. Se mencionan entidades espirituales que se posesionan de personas se habla de hechizos.

La Macumba es una encarnación de religiones africanas, y los de mayor influencia fueron los Yorubá o Nagóes, los Jejé, y los bantús, es decir los pobladores de Nigeria, Dahomey, y los de Angola y el Congo, respectivamente. Luego, por la influencia amerindia, a través de ‘pajelanca’, que era un culto donde se mezclan las religiones de las tribus brasileñas con las creencias populares europeas, se sincretiza lo que será el ‘candombié’ (que en sí es más africano). Aquí son los representantes de los dioses, los ‘caboclos’, los que se posesionan del iniciado, el cual habla y dá consejos en virtud de aquellos, y ya no sólo danza y dá bramidos.

La Macumba se dividiría, después, en ‘umbanda’ y en ‘quimbanda’. La primera asimila lo europeo, mientras la segunda es la de los trabajos de hechicería, del mal.

‘Exu’ sería el intermediario, el mensajero, entre los ‘orixás’ y la humanidad, y sin él no se logra nada. En la Macumba se lo identifica como un demonio, como un ser infernal. Pero tiene un ser infernal. Pero tiene una moral ‘sui generis’, pues dice: me ven como la propia maldad, pero si una persona me pide dañar a otra, ¿quién es el malo, yo o ella?. La Macumba es una amalgama de creencias cristianas y africanas, y particularmente del ‘Vudú’. La posesión de entidades espirituales no humanos en los cuerpos de los participantes es uno delos propósitos básicos, gracias a las danzas, ritmos, cantos, música, tambores. En Brasil, como se sabe, abunda la práctica del espiritismo. Por lo cierto, a Jesucristo se le identifica como ‘Oxala’, dios de la pureza y de la bondad. ‘Exu’ es el más violento, y se le ha visto que ha llegado a golpear al médium iniciante. Pero, hay también una ‘Exu’, conocida como ‘Pomba-Gira’, encarnación de la sexualidad, y, a veces, agresiva también. Los hechizos de amor son su especialidad.

La sola mención de la palabra ‘Vudú’ manda a las mentes comunes las ideas de brujería, hechicería, orgias sexuales y sangre, aparte de los muñecos (cas) aterradoras y los zombies o muertos vivientes. Es el rostro desvirtuado que deja el consumismo, imagen de supermercado o de barato folletín.

La voz ‘vudú’ nace entre los indios Fon, de Dahomey, como ‘vodú’, divinidad nacida de la unión de Lisa y de Mawu se cree que todo lo que nos rodea pese su ‘vodú’ propio, aún entre los gobiernos del mundo, pero no son creadores. Los estudiosos de las religiones llaman a todo esto ‘animismo’, donde a las fuerzas de la naturaleza se les diviniza y se les teme. Sin embargo el ‘vudú’ se aproxima –y muy cerca, por lo cierto- a la ciencia actual, pues maneja la idea de que éste universo todo está organizado. ‘Energéticamente’, y así ya se le mira con ojos nuevos.

Aquí otra vez africanismo y cristianismo, donde las deidades del Vudú encontraron equivalentes en los santos del catolicismo.

Un hecho histórico: la noche del 14 de agosto de 1791 los tambores se consternaron hasta alcanzar el clímax, luego, cuando el sacerdote Hounga Boukman clavó su estilete sagrado en la garganta de un cerdo y repartió la sangre caliente entre todos los asistentes: un ‘loa’ (ángel, un santo, un ‘misterio’) supremo rompió las cabezas de la esclavitud en Haití; había nacido la revolución y el Vudú Fué la fórmula para unir voluntades y fuerzas contra la opresión y el abuso; el recuerdo de la tierra primigenia, la esencia de las creencias originales, daban valor para recuperar la dignidad y el lenguaje común.

Al sacerdote y a la sacerdotisa –que son particulares, no centralizados-, se les llama ‘hungan’ o ‘mambo’, respectivamente. Para atraer a los ‘loas’, el ritual vudú usa la sangre de animales, sacrificados, que debe ser bebida por los asistentes, aparte de ciertas pócimas (¿drogas?), con cantos y bailes y tambores. El vino no falta. Así entran en ‘trance’ con efectos impactantes. Hay que anotar que el ‘loa’ supremo es ‘Damballah Usedo’, el ‘jinete’ que cabalga a los médiums. Pura catarsis

Se cuanta que antiguamente las ceremonias se llevaban a cabo en los bosques, en noches especiales, y la víctima para el sacrificio era una mujer (¡Satánico! ¿No?) Se trataba de obtener los favores de los ‘loas’, pues su poder permitía curar o matar a los semejantes, a otros humanos. En el Vudú existen los temibles ‘wanga’, que son los venenos que se administran a las víctimas elegidas: es el ‘arma mágica’ por excelencia, y consiste en sustancias, objetos o combinación de objetos cargados de propiedades nocivas contra las personas. Entre éstas está la muñeca (co) vudú, aquella que se le atraviesa con alfileres o se le asfixia con una cuerda, con la seguridad de que la víctima sufrirá dolores, enfermedades, angustias, o la muerte. Pero, en la farmacopea vudú también existen antídotos, remedios para esos males

La medicina moderna viene jugando con seriedad la validez de la herbolaria, el poder de la sugestión, y otras fuerzas, como la hipnosis y la psicología, aunque haya gente que tenga una opinión ligera sobre éstas actividades ‘pseudo religiosas, según califican algunos.

El vudú es conocido –aparte de la Macumba brasileña- como ‘santería’, en Cuba, o ‘changó’, en Trinidad. Se asimiló fácilmente al catolicismo, y es una ‘religión’ de hermandad, en nada incoherente e inconsciente. El termino correcto –finalizamos- es ‘vodoú’.