La UAN honra al maestro Germán Rodríguez y se honra a sí misma

07 / Abril / 2017

Por Oscar Verdín Camacho

En el caso del maestro Javier Germán Rodríguez Jiménez no aplica el dicho de que nadie es profeta en su tierra, porque este miércoles por la tarde se le hizo un reconocimiento, ahí en su querida tierra: la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), distinguiéndosele como Doctor Honoris Causa.

Con la decisión, tomada por el Consejo General Universitario a principios de diciembre pasado, la UAN no sólo honra a quien fue su rector entre 1979 y 1986, sino que la Universidad también se está honrando a sí misma, consideró el ex rector Alberto Rivera Domínguez al hablar durante el acto, en el que igualmente aplaudió que estos homenajes se realicen en vida.

Familiares, amigos, profesionistas que un día fueron alumnos de Javier Germán Rodríguez, en la Preparatoria 1 ó en la escuela de Derecho, asistieron al evento celebrado en la Biblioteca Magna.

Cuando el rector Jorge Ignacio –Nacho- Peña González y el secretario General Adrián Navarrete cumplían con la colocación de la banda, de la medalla, por el micrófono se colaba un insistente gracias, gracias, gracias del maestro Germán. Entre el público la emoción alcanzaba las lágrimas de quienes lo quieren y quienes lo respetan.

Y cuando el rector le tomó la protesta como Doctor Honoris Causa, Rodríguez Jiménez repetía en cada oportunidad: ¡así lo protesto y quiero!.

Después, de pie, leyó un discurso en el que no dejó dudas: para mí, se convierte en el más alto honor que he recibido a lo largo de más de 50 años de ejercicio profesional, tanto en el ámbito universitario, como en el servicio público y privado.

Y añadió:

Ahora, comparezco ante ustedes a recibir con humildad esta alta distinción, espero llevarla con dignidad.

Rodríguez Jiménez hizo un breve repaso por los primeros años de la casa de estudios, por su primera etapa con vida autónoma en que la Universidad pagó el precio de su inexperiencia, y se vio envuelta en una serie de conflictos que produjeron un clima de inestabilidad. Y completó citando que la Universidad ha sufrido los más duros embates de los enemigos de afuera, pero también de adentro, pero que aún así tuvo la fortaleza para salir adelante.

El homenajeado hizo, a su vez, un reconocimiento a todo su equipo de trabajo en su época de rector que inició el cuatro de mayo de 1979.

No obstante –indicó más adelante-, debemos decir que no todo es perfecto, porque aún existen algunos nubarrones que empañan momentáneamente su prestigio y pretenden demeritar lo que se ha logrado, haciendo que no todo sea favorable para garantizar el adecuado y permanente desarrollo futuro de la Universidad, entre otras cosas, porque aún persiste el eterno problema económico que aqueja a la institución, desde su fundación

Habló del regateo de distintas instancias de gobierno, como el Federal, que con una actitud obstinada, se niega a analizar la situación que priva en la individualidad de cada institución, tratando en forma igual a los desiguales, con reglas rígidas de asignación de recursos, o en el ámbito estatal que, apuntó, siempre han sido más las promesas de impacto político momentáneo, que los hechos que representen una auténtica ayuda económica para la Universidad

Firme, no fue traicionado por los nervios, por algún temblor en su voz o en sus manos:

y si bien debemos reconocer y aceptar que en fechas actuales hay un pretexto, aparentemente válido, para regatearla recursos a la Universidad, imputando la situación deficitaria presupuestal a malos manejos financieros en alguna administración rectoral, pues que se determine con precisión el grado de responsabilidad en que los imputados hayan incurrido y se proceda en consecuencia contra ellos, pero que no sea este pretexto el que venga a frenar el bien desarrollo de la Universidad, porque creo, sinceramente, que ella merece más apoyo de todos. No podemos dejarla caer y menos dejarla sucumbir en su intento de saneamiento económico.

El ahora Doctor Honoris Causa no aprovechó el momento para ajustar cuentas con nadie. No cayó en lo corriente. No valía la pena.

Somos otros los que hemos apuntado que el homenaje ha sido con una coincidencia en el tiempo, porque él fue procurador General de Justicia en este gobierno y, a las pocas semanas se retiró del cargo, al advertir que las cosas no iban bien. El tiempo le dio la razón.

Siempre serio acorde al momento solemne, sólo al final, aplaudido y felicitado por tantos, se permitió sonreír.