A casi un siglo de su asesinato, los campesinos le agradecen la propiedad social y los ejidos a Emiliano Zapata

12 / Abril / 2017

Cuando el coronel Guajardo asesinó a Emiliano Zapata en Chinameca, hace 98 años, pensó que ahí terminaba la vida del caudillo. Pero estaba muy equivocado, porque aquí en el lugar donde cayó abatido, hoy lo recordamos a casi un siglo de aquel acontecimiento. Los campesinos de México siguen agradecidos por su gran legado, que es la tierra y la libertad de ellos y sus familias.

Por eso Zapata vive y vivirá mientras exista pobreza en este país y mientras exista la propiedad social, los núcleos ejidales, las comunidades y los sujetos agrarios. Eso va para muchos años, enfatizó con la representación del Presidente Enrique Peña Nieto, el subsecretario de Desarrollo Agrario, Gustavo Cárdenas Monroy, frente a la estatua del ‘caudillo del sur’ en Chinameca, Morelos.

Destacó que el Plan de Ayala, emitido por Zapata en 1911, fue el preludio de la promulgación de la Ley Agraria del 6 de enero de 1915, y la Constitución de 1917.

En este ordenamiento jurídico, se generó un artículo especial para la propiedad social de este país, que es el Artículo 27 Constitucional, y que en 1992 se reformó para que los ejidos fueran propiedad de los ejidatarios y comuneros.

De ahí se derivaron grandes transformaciones que dieron forma a un México de Leyes e instituciones, con la creación de la Procuraduría Agraria, el Registro Agrario Nacional y los Tribunales Agrarios, para que con una Ley especial se puedan atender a todos aquellos que forman parte de la propiedad social, sin perder de vista los postulados zapatistas revolucionarios.

Fue un luchador incansable. Puso en manos de los campesinos millones de hectáreas. El reparto masivo abarca más de 33 mil núcleos agrarios, integrados por 5 millones de familias rurales que, por instrucciones del Presidente de la República, son atendidas con acciones y programas para el combate frontal de la pobreza y por una mejor educación, vivienda, servicios sociales, respeto a los derechos agrarios, financiamiento y difusión de tecnologías, con la premisa presidencial de avanzar de manera expedita en la solución de problemas agrarios a favor de las familias campesinas.

El dirigente de la Confederación Nacional Campesina, Rubén Escajeda Jiménez, destacó que las tierras ya están en manos de quienes las trabajan, pero necesitamos que los insumos baratos; que las tengan precios adecuados y que, todo ello, se manifieste en una actividad agropecuaria más rentable, que sea negocio. Esta es nuestra lucha de todos los días.

Expresó que a través de los espacios políticos que se otorgan a los cenecistas por la vía de la democracia, a los diputados locales, a los presidentes municipales, la CNC lucha por la conquista de espacios políticos en órganos legislativos, en las instancias municipales, estatales y federales.

A través de estos espacios, dijo Escajeda Jiménez, se otorga un empoderamiento a nuestra gente para aumentar su capacidad de gestión para la solución de problemas campesinos.

Así, en la candidatura emblemática del cenecismo de México en estos momentos, es la que representa nuestro candidato a gobernador del estado de Nayarit, nuestro hermano y orgullo del cenecismo, el senador Manuel Cota, a quien le enviamos desde aquí, todo el apoyo del cenecismo nacional.

Advirtió que hoy los emblemas del populismo asoman sus intereses, o la intolerancia de un gobierno como el de Estados Unidos, que maltrata, agrede y ofende a los migrantes mexicanos, aquí está la CNC lista, actuante, diligente, con energía y carácter, para encabezar la lucha de los intereses de los campesinos mexicanos, con altura de miras y con el legado de Emiliano Zapata, llevando siempre por delante la causa campesina.

Destacó que es un deber de todos los campesinos del país, honrar a Emiliano Zapata en cada aniversario luctuoso por lo menos y exaltó la figura del caudillo del sur. Dijo que sólo los grandes son capaces de emprender una tarea revolucionaria como la que encabezó Zapata, junto con Pancho Villa y muchos otros revolucionarios.

Zapata y Villa, apuntó, dieron vida a la Primera Revolución Social del Siglo XX. Y destacó también que las balas no asesinan las ideas, y añadió que la muerte de Zapata no ha sido en balde, porque persiste su pensamiento a pesar del tiempo y de algunos gobiernos, con una clara intención de señalar que no han sido priistas.

El líder Escajeda Jiménez encabezó a más de 800 campesinos de la organización, y previo a la ceremonia oficial, se realizó una cabalgata que reunió a campesinos de varias comunidades de Morelos, en un acto multitudinario para recordar al líder desaparecido que luchó por el respeto de los derechos de los campesinos.