AMPARAN A MAESTRO QUE BESÓ Y PEDÍA FOTOS A ALUMNA DE SECUNDARIA EN TEPIC

20 / Abril / 2017

Por Oscar Verdín Camacho

Un maestro de secundaria en Tepic, al que se identificará como Juan Carlos, que enamoró a una de sus alumnas de 14 años de edad, recientemente obtuvo un amparo de la justicia federal en contra del auto de formal prisión dictado por el delito de acoso sexual.

En este espacio, en los meses de septiembre y octubre del 2016 se hizo referencia a ese asunto. Juan Carlos inicialmente enfrentó un proceso como presunto responsable de corrupción de menores, pero un juez federal determinó la inexistencia de ese delito, por lo que el Juzgado Cuarto Penal en Tepic dictó nuevo formal prisión, ahora por acoso sexual.

Según la información del caso, el sujeto llegó a besar a la adolescente dentro de un aula, o incluso le pidió que le enviara fotografías desnuda, a lo que la joven no accedió, aunque sí le mandó otras fotos, con ropa, o accedía a subir al vehículo de él.

También, en una ocasión le habló de que quería tener relaciones sexuales con ella, a lo que le respondió negativamente.

La situación fue descubierta de manera circunstancial por familiares de la menor, al percatarse de los mensajes que intercambiaban por celular.

Amor, pero no me diste un abrazo. Sí me gustan los chocolates, pero me gustas más tú. Algo más rico que los chocolates, que me encantan tus besos, le escribió en una ocasión Juan Carlos, que es 25 años mayor.

¿POR QUÉ EL AMPARO?

De acuerdo con el fallo del Juzgado Segundo de Distrito de Amparo Penal, de los hechos narrados en el sumario, no se puede advertir la existencia de un acoso del sujeto para cometer fines sexuales sobre la ofendida, mucho menos que se valía de su posición jerárquica, como lo exige el tipo penal 264 Quater, del Código Penal del Estado y como lo aseveró la responsable.

Ello, en razón de que el acoso implica una conducta reiterada en un periodo más o menos prolongado, efectuada por una o dirigida generalmente a otra, que tenga por finalidad o efecto un trato objetivamente degradante con la consiguiente lesión de la integridad moral de la persona afectada.

Es decir, el acoso requiere una persecución a una persona sin descanso y acorralándola.

Más adelante, el juez federal Luis Armando Pérez Topete remarcó:

no se desprende que el sujeto activo hubiese acosado reiteradamente con fines sexuales a la menor de edad, pues de las probanzas de referencia solo se desprende que el sujeto activo del delito ejecutó sobre la menor, sin su consentimiento, actos eróticos sin el propósito directo e inmediato de llegar a la cópula, pues sólo consistieron en los besos que le dio en la boca que se han señalado, así como que le pidió fotos desnuda, a lo cual nunca accedió la menor, ni tampoco a tener relaciones sexuales, ya que no se lo pidió, únicamente la cuestionó al respecto.

Y continuó desmenuzando su postura:

resulta incorrecta la afirmación de la autoridad responsable, en el sentido de que el activo del delito con fines sexuales, acosó reiteradamente a la menor de edad, ya que los besos a que se hicieron referencia no se pueden considerar como acoso por parte del activo para fines sexuales, porque los mismos se estiman como un acto erótico; y el hecho de que haya pedido a la menor que le enviara fotos desnuda, tampoco puede apreciarse en el sentido de un acto de acoso, pues la menor nunca accedió, de igual forma el que hubiese cuestionado a la menor para saber si deseaba tener relaciones sexuales, ni siquiera fue una petición directa de que tuviera relaciones sexuales con el sujeto activo, y por ende no puede decirse que éste la acosó reiteradamente con fines sexuales.

Así, concedido el amparo la semana pasada, se ha pedido al Juzgado Penal que deje insubsistente el auto de formal prisión dictado por acoso sexual y, con libertad de jurisdicción, dicte una nueva resolución.

Fuentes que conocen el asunto insisten que hay material para sostener el delito de acoso sexual, por lo que esperarían que sea interpuesto el recurso de revisión ante un Tribunal Colegiado.

El caso es que el acoso de maestros a sus alumnas parece ir en aumento, o al menos ahora son más fácil de ser descubiertos por los padres, a través de los mensajes que se intercambian por celular o redes sociales. Es decir, se trata de herramientas que deben ser monitoreadas a menores de edad para conocer con quienes tienen comunicación.

Tan sólo el mes pasado, se documentó en este espacio, un maestro de sexto grado de primaria confesó que cometió el delito de estupro agravado en agravio de una de sus alumnas, de apenas 12 años, y por lo que se le impuso condena de tres años.

Al respecto, los Servicios de Educación Pública del Estado de Nayarit (SEPEN) ha precisado que mientras duran los juicios el docente permanece suspendido de sus funciones, y se procede a su cese cuando hay sentencia definitiva.