En día de las madres una humilde mujer donó sus órganos en Tepic

16 / Mayo / 2017

Por Oscar Verdín Camacho

Si se supone que el 10 de mayo las madres reciben regalos, ese día una mujer de 44 años dejó de existir en Tepic como había sido su vida: ofreciendo lo que tenía y convirtiéndose en donadora múltiple de órganos: sus dos riñones y sus dos córneas.

Dos días antes, la mañana del lunes ocho, la humilde ama de casa sufrió un desmayo súbito mientras se encontraba en su casa, en un poblado a unos 70 kilómetros de Tepic. Fue llevada a un hospital de la Secretaría de Salud estatal y, dada su gravedad, se le trasladó al Hospital General de Tepic.

Sometida a diversos estudios médicos, se determinó que existía una muerte encefálica o muerte cerebral, a causa de una hemorragia en el cerebro. Se trataría de un padecimiento hereditario puesto que otros familiares fallecieron en similares circunstancias.

La señora, mantenida con vida de manera artificial, se convertía así en potencial donadora de órganos, pero era necesario el consentimiento de su familia.

Édgar Moisés Rivera, médico y coordinador de donación del Hospital General, recuerda el gesto humano del esposo y de un hijo de la señora que a la primera entrevista, el martes nueve, concedieron la donación de los órganos, basándose en la forma de ser de ella: mi mamá se quitaba un taco de la boca para dárselo a otra gente. Daba lo que tenía. La gente la quería, le contó su hijo de veintitantos años. Y su esposo habló de lo mucho que la quería.

Por cierto, la esposa del muchacho está embarazada y pronto tendrá una niña. El próximo nacimiento causaba emoción a su abuela.

De acuerdo con Rivera, el acercamiento con familiares de una persona con muerte cerebral se vuelve sumamente especial, porque hay que ubicarlos en la realidad de su ser querido y de su inminente muerte, y mientras ellos generalmente están viviendo un shock o buscan dar aviso a otros parientes, de igual forma transcurre un tiempo valioso porque empieza el deterioro natural del paciente, por lo que la donación de órganos debe agilizarse.

En el caso particular, aceptada la donación, se ofreció exentar cualquier gasto en el nosocomio estatal. Para entonces, Rivera ya había tenido comunicación con Alejandro Ayón Ruvalcaba, coordinador de donación del hospital 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tepic.

Ayón coordinaría a todo un equipo médico. Una ambulancia del IMSS trasladó a la paciente al hospital 1 y ahí se tuvo que realizar un nuevo estudio para confirmar la muerte cerebral. Así sucedió.

Para entonces, explica Rivera, el Centro Nacional de Trasplantes (CENATRA) ya tenía conocimiento del caso y empezó un trabajo de comunicación nacional para decidir el destino que tendrían los órganos.

Mientras tanto, el cuidado al máximo de la paciente continuó en terapia intensiva. Los datos particulares, como su tipo de sangre y demás eran suministrados al CENATRA.

Rivera, que recibió preparación en el Centro Médico de Occidente, precisa que en donaciones de cadáver se toma una larga lista de pacientes en espera y se les está llamando a su casa o a celular para que estén pendientes en caso de concretarse la donación. Y añade que cualquier padecimiento que en ese momento tengan, como fiebre, tos, o una caries, imposibilita el trasplante porque pondría en riesgo al órgano y entonces se busca a otro receptor.

Para el caso, el CENATRA resolvió que los dos riñones de la señora serían trasplantados en el Centro Médico Nacional La Raza, en la Ciudad de México, y las dos córneas en el Centro Médico de Occidente, en Guadalajara.

El miércoles 10 de mayo, precisamente el Día de las Madres, se efectuó la sustracción de los órganos, con personal del IMSS-Tepic y dos especialistas que arribaron del hospital La Raza. Un avión convertido en ambulancia aérea condujo los órganos de manera rápida, mientras allá esperaban los pacientes para prolongar su vida.

Las córneas fueron trasladadas por tierra a Guadalajara por un equipo encabezado por un oftalmólogo.

Para Rivera, si bien falta cultura de donación de órganos, historias como la de esta señora y su familia animan para que en un futuro se concretice la idea de que aumenten las donaciones de cadáver.

Se trata de la muerte cerebral de personas cuyos órganos puedan dar vida a otras personas.

Personas que han recibido trasplante, especialmente de riñón, y con las que este reportero ha platicado en los últimos años, señalan la importancia de que alguien que quiera ser donador debe contarlo en su familia más cercana para que, si llegara a presentarse una muerte cerebral, no haya oposición a la donación.