Estado de los estados: Retienen el Estado de México por Coahuila, Nayarit y Veracruz

Por: Lilia Arellano

11 / Julio / 2017

Los resultados finales de los pasados procesos electorales para gobernador en Coahuila, Estado de México, Nayarit y los municipales en Veracruz, serán decididos por los tribunales electorales, tras las negociaciones entre los partidos políticos, no por el voto de los ciudadanos. La fiscalización de los gastos de campaña en esas entidades abrió de par en par la sala de negociación entre el PRI de Enrique Peña Nieto con el PAN de Ricardo Anaya para garantizarle la matriz de los negocios del grupo en el poder en el Estado de México, a cambio del resto de las posiciones políticas en disputa.

Tal y como se lo adelantamos en estas mismas líneas, a cambio de respetar el triunfo de Alfredo del Mazo en el Estado de México y no unirse a las protestas y reclamos del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) de Delfina Gómez, al panismo le darían la gubernatura de Coahuila, a pesar de que los resultados electorales oficiales dan como ganador al priísta Miguel Ángel Riquelme, en contra de la voluntad del gobernador Rubén Moreira, a quien seguramente le tienen preparada una encerrona; le respetarían el triunfo de Antonio Echevarría en Nayarit, así como las victorias de los abanderados panistas en Veracruz.

En el caso de la elección del Estado de México, la Unidad Técnica de Fiscalización del INE determinó que en los comicios para gobernador no se reportó rebase en el tope de gastos de campaña. Aún cuando el límite permitido para los candidatos era de 285 millones de pesos, todos los candidatos quedaron lejos de esa suma, concluyó la autoridad electoral.

Todo parece indicar la elección en Coahuila será anulada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), tras el doble rebase de topes de campaña realizado tanto por el candidato del PRI como del PAN. En efecto, la fiscalización de los gastos de campaña en el terruño de los Moreira por parte del INE pone la mesa a los cabilderos políticos. Miguel Ángel Riquelme, de la coalición Coahuila Seguro (PRI-PVEM-Panal), no sólo rompió el tope de gastos en 5.9 millones de pesos -31% por arriba del tope permitido de 19.2 millones-, sino también omitió reportar 7.8 millones y contrató propaganda en radio y televisión (25 promocionales) prohibida por la ley, a un costo de 1.7 millones de pesos.

Pero también el candidato de Alianza Ciudadana por Coahuila (PAN-PES-Unidad Democrática de Coahuila y Primero Coahuila), Guillermo Anaya Llamas, rebasó el tope de gastos de campaña: gastó 24.3 millones de pesos, es decir, 5.1 millones más del máximo fijado para la elección (26 por ciento). Y dejó de reportar recursos por un monto de 5.2 millones de pesos (espectaculares, bardas, mantas, propaganda por internet y gasto operativo).

De acuerdo a las leyes electorales vigentes, las nulidad de las elecciones proceden cuando se rebasa el tope de gastos de campaña por arriba del 5 por ciento de la cantidad fijada. Este supuestos se cumple en Coahuila, pero esto lo decidirá el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, cuyos integrantes habrán de determinar la procedencia o no de estas violaciones graves y causal de nulidad de los comicios. Material para esto hay de sobra:

El triunfo de Riquelme fue ampliamente cuestionado por la manipulación del Programa de Resultados Electorales Preliminares, la operación del conteo rápido y la presunta manipulación de paquetes. El priísta rebasó el tope de campaña con 31.2 por ciento de lo permitido. Cuando excede el 5% es ya considerado como grave. Además, omitió reportar 25 spots, por un importe de un millón 450 mil pesos y cinco anuncios más en TV por 290 mil pesos. La Constitución establece como violación grave cuando se compre o adquiera cobertura informativa o tiempos en radio y televisión fuera de los supuestos previstos. Tanto el rebase de topes como la adquisición ilegal de promocionales son causales de nulidad de la elección.

De ahí que las declaraciones de Jorge Carlos Ramírez Marín, vicecoordinador de los diputados priístas, en el sentido de que retendrán el triunfo en la elección de Coahuila, no sean más que parte del tinglado de negociación con los panistas. Tenemos pruebas para demostrar que no rebasamos el tope. El triunfo de Riquelme para nosotros es inobjetable, dijo Ramírez, quien más parecía estar leyendo un guión que dando bases legales para rebatir las precisiones del INE.

Hacer de la política un estercolero es otro de los objetivos presentados a través de la supuesta determinación de declarar nulas las elecciones en Coahuila al aplicar el texto del artículo 41 Constitucional, en donde se marca el 5 por ciento de margen para exceder los gastos de campaña y la diferencia entre el primero y segundo lugar en la captación de votos. Tanto la alianza encabezada por el PRI como la panista, rebasaron estos gastos. Los blanquiazules se defienden señalando que las entregas económicas hechas a los vigilantes en las mesas de recepción de sufragios ya no entran en los gastos de campaña; los tricolores niegan haber superado el tope de gastos.

De esta forma, unidos el desencanto sobre el manejo de los votos, los resultados, las mapacherías y las acciones tanto del INE como las esperadas en Tribunales, al temor, al miedo, a la inseguridad, a la paralización humana, la vista más allá de la económica, se pretende generar el punto de partida de una reelección de priístas o inclusive de panistas, no vista en encuestas en las cuales sigue mostrándose a los de Morena en un primerísimo lugar, con todo y la probable incursión del ex foxista Lino Korrodi a esas filas. Pretender resurgir cuando apenas si se logra contar con un 13 por ciento de simpatías, hace cuesta arriba las expectativas priístas, por lo cual sembrar el terror, la inseguridad, es visto como las cartas a jugar.


NAYARIT, RESPETARÁN TRIUNFO DEL PAN

En Nayarit todo parece apuntar a ratificar y respetar el triunfo del abanderado de la coalición Juntos por Ti (PAN-PRD-PT-PRS), Antonio Echevarría, quien de acuerdo con el INE, gastó 20.78 millones de pesos, es decir, 310 mil más al tope fijado en 20.46 millones de pesos. A diferencia de Coahuila, el rebase podría quedar en una multa económica, pues es apenas de 1.5 por ciento. Echevarría ganó por 11.5 puntos porcentuales.

La campaña de Echevarría reportó haber gastado 13.5 millones de pesos, pero el órgano fiscalizador del INE acreditó que omitió declarar 7.2 millones de pesos. Mientras, su competidor más cercano, el priísta Manuel Cota, tuvo una erogación de 14.7 millones de pesos.

De acuerdo con la legislación vigente, si hay un rebase de más el 5 por ciento del candidato ganador, la elección deberá ser anulada. Cuando el porcentaje es menor al 5%, el TEPJF, con base en una interpretación jurídica, tendrá que tomar en cuenta el principio de determinación, es decir, si el rebase impactó en la victoria.

Pero la mesa de negociación entre panistas y priístas se amplió hasta Veracruz. El rebase en los topes de campaña puso en riesgo las victorias del PAN-PRD en 25 municipios veracruzanos, incluida la de Fernando Yunes Márquez –hijo del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares- en la alcaldía de Veracruz.

De acuerdo a los dictámenes de la Unidad Técnica de Fiscalización del INE, 25 de los 107 abanderados de la alianza que ganaron el 4 de junio, en municipios como Boca del Río, Tuxpan y Fortín, sobrepasaron el límite de erogaciones permitidas. Yunes Márquez rebasó en 25 por ciento el tope de gastos. En su campaña erogó 6.06 millones de pesos, cuando el límite era 4.8 millones.

En Boca del Río, el candidato de la coalición PAN-PRD, Humberto Alonso Morelli, rebasó el tope de gastos en 3.49 por ciento. Erogó un total de 1 millón 373 mil pesos, mientras que el tope en la localidad fue de 1 millón 327 mil pesos. En Tuxpan, Juan Antonio Aguilar Mancha, gastó 1.58 millones de pesos y superó en 31 por ciento el tope de gastos establecido en el municipio, de 1.2 millones de pesos. En Fortín, Antonio Mansur gastó 560 mil 675 pesos y superó en 8.2 por ciento el tope de gastos, el cual fue de 518 mil 90 pesos.