CON PRECAUCIÓN: Una vida con mala estrella

Por Sergio Mejía Cano

13 / Octubre / 2017

Como de esas cosas que ocurren sin querer, me enteré de la posible vida de Maribel, la mujer que se dice, fue muerta cruelmente en céntrica calle de Tepic a principios de este mes de octubre. Así que con las reservas del caso, la transcribo tal y como la oí.

En 1972 en alguna región rural de la Hermana República de El Salvador, en Centroamérica, nace Maribel. Su madre biológica desde un inicio no tiene tiempo de atenderla por lo que recurre a su mamá, abuela materna de Maribel, para que ésta se haga cargo de ella.

Al cumplir nueve años de edad Maribel, es requerida por su madre biológica para ya hacerse cargo de ella, pero la abuela algo intuye, por lo que indaga a fondo cuáles son las intenciones de su hija para con su nieta y descubre que ya la tenía apalabrada a Maribel con un individuo que le había ofrecido cierta cantidad de dinero por la niña. La abuela va con las autoridades del lugar a denunciar a su hija que pretende vender a su nieta. Al darse cuenta la madre de Maribel que es buscada por la policía de su localidad emprende la huída con rumbo al país de México, llegando hasta el puerto de Mazatlán, Sinaloa en donde al cumplir diez años de edad Maribel, su mamá la entrega a un señor ya cuarentón quien encierra en una finca a la niña y comienza a cohabitar con la menor.

En el transcurso de cinco años, Maribel ya tiene tres hijos, dos varones y una niña la que apenas tiene ocho meses de edad. Maribel no salía ni a comprar a la tienda cercana, de todo se hacía cargo el hombre sin dejar salir a Maribel para nada de donde vivía prácticamente encarcelada. Pero en una de esas cosas que pasan, cierto día el hombre al salir de su domicilio se le olvida cerrar la puerta que daba al corral de la vivienda, por lo que Maribel aprovecha para saltar la barda y escapar dejando a sus pequeños en su casa porque lo que le interesaba de inmediato a Maribel era pedir auxilio con los vecinos, pero nadie le hizo caso posiblemente porque le tenían temor al vecino que tenía encerrada a la niña y que tal vez ya sabían de esto pero ese temor les impedía a los vecinos denunciarlo ante las autoridades.

Al ver Maribel que no obtenía respuesta de sus vecinos, comenzó a recorrer calles y calles hasta llegar a la estación del ferrocarril en donde en ese momento estaba saliendo un tren de carga al que se subió Maribel sin pensar en nada más que alejarse del lugar porque tenía miedo regresar a su casa por un posible maltrato del individuo que la mantenía encerrada bajo llave.

Maribel llegó a Tepic ya en la madrugada. En ese tiempo el restaurante de la estación estaba abierto las 24 horas por lo que la niña de apenas 15 años de edad se metió al restaurante y la señora encargada le dio de cenar y le ofreció un lugar en el traspatio del restaurante para que descansara mientras amanecía.

Maribel, bajo la tutoría de la encargada del restaurante de la estación, empezó a ayudar en el aseo en casas vecinas y poco a poco fue obteniendo más trabajos similares gracias a su honestidad. Pero al tiempo encontró un trabajo de ayudante de cocinera en un pequeño restaurante y ahí aprendió a cocinar. Conforme fue creciendo se relacionó con varios varones pero sin concretar nada. Al cumplir 20 años de edad, Maribel se aventuró a ir a Mazatlán a buscar a sus tres hijos, pro al llegar a su antiguo barrio se encontró con la noticia de que el hombre se había ido de ahí llevándose a los tres pequeños a Tijuana, Baja California. Este hecho la desalentó y como tenía pocos recursos económicos para viajar hasta allá y la desesperanza de no conocer Tijuana la hicieron que se regresara a Tepic, en donde poco tiempo después conoció a un hombre ya maduro con el que hizo vida marital teniendo dos hijos varones con este señor; sin embargo, con el tiempo Maribel se da cuenta de que el hombre es casado y viene la separación, pero el hombre no dejó de hacerse responsable de la manutención de los dos hijos procreados.

Maribel continuó en el ramo de la cocina y se hizo de la nacionalidad mexicana aconsejada por varias compañeras de trabajo, cosa que se le facilitó por tener hijos mexicanos.

Con el andar del tiempo Maribel se relacionó con otros tipos sin llegar a nada serio, hasta que conoció a su probable victimario con el que sí llegó a hacer vida marital hasta que descubrió que este señor ya tenía otra familia, por lo que vino la separación. Sin embargo, al parecer el individuo no quedó conforme y quería regresar por lo que a cada rato la acosaba para que volvieran a estar juntos.