Padres de fallecida piden liberar a ex esposo; ella abusó física y psicológicamente de él

09 / Noviembre / 2017

Por Oscar Verdín Camacho

Eva Catalina Oviedo Núñez, José de Jesús López Cuentas y Édgar Ulises López Oviedo, mamá, papá y hermano de la ahora occisa Diana Cristina López Oviedo, se pronunciaron este martes para que Guillermo Macías Ávila, probable responsable del homicidio, fuera puesto en libertad ya que, coincidieron, fue Diana Cristina quien durante años ejerció violencia sobre él de manera física, verbal y psicológica.

Los tres rindieron declaración la tarde de este martes ante el juez de control Guillermo Agustín Romero Ríos, en una audiencia que duró más de tres horas y cuya sala estuvo llena y en el pasillo hubo más personas, todas insistiendo en que Memo –como lo llaman- debía recuperar la libertad.

La muerte de Diana Cristina, con heridas producidas con cuchillo, ocurrió al mediodía del uno de noviembre en el domicilio de Guillermo, por la calle General Ruiz, en Compostela, donde vivía y se hacía cargo de su pequeña hija. Por su parte, su ex pareja radicaba en otra casa.

Sentada en el lugar destinado a los testigos, limpiándose las lágrimas, la señora Eva Catalina señaló: la verdad, señor juez, éramos víctimas de ella (), yo no quiero perjudicar a Memo, él es bueno, ha sido una buena persona y me duele reconocer que mi hija fue la culpable de todo (), ella fue a buscar su muerte, pero se lo quiso llevar entre los pies y también a la niña, que ahora busca a su papá (), fueron 10 años en que ella abusó física y psicológicamente de él (), yo ya no sabía quién era mi hija (), sí le pido señor juez, este muchacho no puede quedar aquí, es una injusticia.

Según el testimonio de la señora, su hija hacía tres años que dejó de hablarle pero un día antes de su muerte le pidió que fuera a su casa, pero el diálogo fue lo mismo: reclamos, ofensas.

Por su parte, José de Jesús López Cuentas indicó: ella agredía mucho a Memo, él le daba todo lo que podía y se pasaba de buena gente. Él no tiene la culpa.

Édgar Ulises López Oviedo confesó que su hermana dejó de hablarle y que conocía del maltrato que daba a Macías Ávila. Por eso le dijo, tras conocer la muerte de Diana Cristina: tú tranquilo, todo va salir bien.

Otro testigo, vecino de la casa de Guillermo, habló de las ofensas que durante años escuchó, separadas ambas fincas por una barda: lo pendejeaba y muchas otras cosas. Y ese uno de noviembre no fue la excepción.

Dos testigos más tuvieron menos impacto puesto que si acaso hicieron alusión a que, desde la calle, escucharon gritos dentro de la casa.

Y el mismo Guillermo rindió declaración: ese día salió temprano del trabajo y al llegar a su casa la puerta no tenía seguro. Diana Cristiana estaba adentro, provocando destrozos, arrojando objetos al suelo e iniciando una nueva agresión verbal y empujándolo en la espalda, la cabeza o pateando una moto. Él le pedía calmarse. Guillermo perdió el control: tuvo a su alcance un cuchillo y cuando reacciono –ella- ya estaba en el suelo. No supe ni qué pasó. Cuando te pierdes, te pierdes por un segundo

Fue el mismo Guillermo quien avisó personalmente a familiares de Diana Cristina lo sucedido. A esas horas, la hija de ambos estaba en una escuela primaria.

La defensa particular insistió que en el caso se daba la legítima defensa o, en su caso, el homicidio en riña, argumentando que Diana Cristina fue al domicilio de Guillermo a provocarlo, a causar daños, a agredirlo.

Sin embargo, el juez dictó auto de vinculación a proceso por el delito de homicidio calificado, puesto que la representación de la Fiscalía General del Estado (FGE) precisó, por ejemplo, que según los dictámenes de peritos, el ahora detenido no presentó lesiones y que la occisa tuvo no una, sino cuatro heridas cortantes en el cuerpo, además de que no se encontraron evidencias de que ella hubiera luchado o forcejeado.

De por si obligados al silencio en la sala, el auto de vinculación a proceso por homicidio calificado se resintió entre los asistentes. Los padres de Diana Cristina se habían quedado ahí, en su calidad de familiares de la víctima y se notó el desacuerdo con el fallo. Ellos quieren la libertad de Guillermo, no sólo porque era violentado en exceso, sino porque su pequeña hija lo busca y lo necesita.

En el pasillo, algunas personas lloraron, desanimadas, al conocer la resolución del juez.

A petición de la defensa, el juez concedió un plazo de seis meses para realizar la investigación complementaria.

Mientras tanto, Memo continuará recluido en la penal de Tepic.