REDESCUBRIENDO: ¡Deja de Preocuparte!

Por: José Miguel Cuevas Delgadillo

22 / Noviembre / 2017

Pensar continuamente en nuestros problemas interfiere con nuestra capacidad para solucionarlos; esto puede crear un círculo vicioso, pues al seguirnos preocupando acarreamos más problemas y, lejos de solucionarlos, nos hundimos en un gran dilema. La mente es el lugar donde más cansancio acumula la persona, es donde moran nuestros sentimientos; la depresión es el cansancio de la mente. Las preocupaciones afectan la mente y esto puede llevar a enfermar el cuerpo. Uno de los efectos negativos en el organismo son los Dolores de cabeza. No es raro que estas personas padezcan dolor de cabeza, generalmente localizado sobre los ojos. A nivel mental estas personas son poderosas y tienen una energía mental desbordante, pero por desgracia, no saben cómo utilizarla o la usan de manera incorrecta y agotadora. El dolor de cabeza tensional es el más común, por desgracia, aunque son personas que domina más el lado intelectual, por cuanto usan la mente demasiado, la usan de manera incorrecta y agotadora. Otro de los efectos es el Insomnio. Preocuparse de manera exagerada no sólo te conduce a problemas de salud física y emocional, sino que además produce un gran malestar, interfiere en el trabajo y no te tienen un sueño reparador.

Un ejemplo, llegas a casa después de un día difícil, tuviste problemas en el trabajo y, aunque parece que todo está solucionado, no eres capaz de olvidar lo sucedido. Se te vienen un sinfín de pensamientos en relación a lo que debiste haber dicho en esa reunión y no las dijiste. La sensación de haber cometido algún error te pone nervioso y tienes miedo de quedar mal ante tu jefe. Repasas mentalmente una y otra vez lo sucedido, cada palabra dicha, cada decisión tomada. Encuentras errores, los analizas, recuerdas alguna frase concreta y te preguntas ¿qué quiso decir realmente con eso?. Al final, el cansancio mental te vence y decides ver un rato la tele y no pensar más en eso por el momento. Pero llega la hora de dormir y mientras estás en la cama empiezas de nuevo a darle vueltas y vueltas al mismo tema, incansablemente. Se te ha quitado el sueño y te mueves inquieto en la cama; tal vez en ese momento empieces a preocuparte también por ese insomnio que hará que no estés despejado a la mañana siguiente. Deseas dormir, olvidar, dejar de torturarte y hundirte en un sueño profundo, pero parece imposible. La persona preocupada tiene un predominio del lado intelectual sobre el emocional; vive más en su cabeza que en sus sentimientos. Analiza, piensa constantemente y en su cabeza hay una continua lucha mental. A veces me dan ganas de golpearme la cabeza contra la pared para que pare esto, piensan algunos. Es como si todo lo que llegara a la mente de esas personas fuera importante y digno de ser tenido en cuenta: cada idea, cada recuerdo o imagen que surge en su cabeza. Nada se puede desechar; no son capaces de separar lo que verdaderamente importa de lo que no importa tanto. ¿Dónde está la cura? El cansancio físico lo podemos resolver durmiendo, pero la enfermedad de la mente, el cansancio y la preocupación se ponen peor con el dormir, pues nos despertamos más decaídos. Hasta la próxima. Orientador Familiar y Conferencista. Consultas Celular 311 136 89 86.