LA CREME: Defensores mal pagados

Norma Cardoso

27 / Noviembre / 2017

Cómo inédita fue catalogada la designación de la directora de la Defensoría Pública del Estado, así se dio a conocer ante los medios de comunicación, ya que, por primera vez fue elegida democráticamente la titular de dicha oficina.

Los defensores públicos, son los más olvidados por el propio gobierno, en primer lugar, son profesionistas, licenciados en Derecho (algunos con maestría), con demasiado trabajo y responsabilidad, y poca retribución.

Para poder recibir un sueldo de profesional, como trabajador de base, tienen que obtener el nivel categórico 7 y desgraciadamente pocos cuentan con ésta condición; y no se diga los licenciados en derecho contratados para laborar como defensores, el sueldo es mucho menor.

Se suponía que, con las reformas constitucionales, la Defensoría Pública se convertiría en Instituto, con un presupuesto propio, con el cual se daría mejores prestaciones a quienes pertenecieran a él; más, hasta el momento no es así. Solo basta pasar a las ocho de la mañana de lunes a viernes, para uno darse cuenta de la cantidad de gente que quiere el servicio de un defensor. Se hace fila para ser atendidos; los defensores no se dan abasto, diariamente les llega trabajo nuevo, sin contar los expedientes abiertos con anterioridad.

En el sexenio anterior, en la Defensoría había un director de apellido Momita, que nunca asistía; ah, pero dejaba en su lugar a una licenciada que, a decir de los que ahí laboran, el trato era despótico y los amenaza con enviarlos fuera de Tepic a trabajar, los tenía asolados; afortunadamente esta mujer ya anda por otros laredos, nos dicen.

Ahora, hay nueva directora de la Defensoría Pública, se trata de la licenciada Rosa Margarita Inzunza Osuna, quien asumió su nueva responsabilidad, el pasado viernes, al tomar la protesta de Ley.

Resulta que, para elegir al titular de la Defensoría, se abrió una convocatoria, se inscribieron siete defensores con deseos de ganar el cargo; algunos hicieron proselitismo y otros no, como una licenciada que ningún voto obtuvo, o sea ni ella mismo votó a su favor.

El sábado 18 de noviembre se realizó la votación, libre y secreta. En el recuento de los votos ganó la licenciada Inzunza Osuna; lo asombroso fue que las autoridades ahí presentes, tales como el Subsecretario de Asuntos Jurídicos, entre otros, dijeron que se llevarían los nombres de las tres personas con más votos, es decir, dos hombres y una mujer; pues, ese no era el resultado definitivo.

Tal pareciera que no les hubiera gustado que una mujer llevara la representación de la Defensoría Pública; y tenían que solicitar a los de más arriba si estaba bien que una mujer fuera la titular de la Defensoría. Entonces, ¿de que sirvieron las votaciones y haber ganado la licenciada Inzunza Osuna? Ganó, no se requería que alguien la aprobara.

Total, se llevaron la terna, según se la mostrarían al gobernador, quien una vez analizados los perfiles, tomaría la decisión de nombrar a la persona que encabezaría la Defensoría Pública, con esta intervención, dejo de ser democrática, aun cuando ganó a quien eligió.

Y el pasado viernes, en representación del Secretario General de Gobierno, Jorge Aníbal Montenegro Ibarra, fue el Subsecretario de Asuntos Jurídicos J. Guadalupe Campos, el encargado de la toma de protesta y de darle la posesión de su encargo a la nueva titular. Enhorabuena.