Una nota de una muchacha valiente

11 / Diciembre / 2017

Por Oscar Verdín Camacho

El domingo tres, alrededor de las siete de la noche, la muchacha descendió de un taxi y empezó a caminar por una brecha de terracería que conduce a su pueblo, Los Sabinos, ubicado a unos 10 kilómetros de Tepic.

Las primeras casas están a cientos de metros de la carretera que conduce a la presa Aguamilpa, por lo que suele ser común que sus habitantes caminen esa distancia para abordar algún camión o taxi y trasladarse a Tepic.

Aunque temprana la noche, la joven fue interceptada en el camino. Horas antes había estado en Tepic haciendo una tarea escolar. Un sujeto con el rostro cubierto y con cuchillo en mano la obligó a internarse en el monte, a caminar y caminar y allá pretendió abusar sexualmente de ella.

Pero la joven no fue y no sería parte de la estadística de víctimas sexuales o, posiblemente, de otro homicidio de una mujer. En algún momento de su defensa pudo tomar el cuchillo y alcanzó a herir al delincuente.

Hacía frío y, en el cielo, la luna. Batalló para ubicarse en el lugar, avanzó entre cañaverales, entre parcelas y, finalmente, a altas horas de la noche pudo llegar a su casa. Tenía heridas en el cuerpo y su familia la trasladó a un hospital en Tepic.

En las siguientes horas, pero especialmente el lunes, la muchacha detalló lo sucedido a policías estatales y habría presentado una denuncia por el intento de violación. Pero era obvio que no ubicaba a ciencia cierta el lugar por donde fue conducida. La policía continuó con la búsqueda del sujeto, considerando incluso que podía haber ingresado a un hospital, pero el martes cinco fue encontrado el cadáver en el monte, una situación que la muchacha desconocía.

Con las evidencias, la Fiscalía General del Estado (FGE) determinó no detener a la joven, no ejercitar acción penal al acreditarse que actuó en su defensa.

FRENAN JUICIO POR ENFERMEDAD MENTAL

En un caso por separado, una posible enfermedad mental de un sujeto motivó la suspensión del respectivo procedimiento penal que se le sigue, como probable responsable del delito de intento de violación.

La decisión fue tomada por el juez de control José Ricardo Rodríguez Valdés, a solicitud de un defensor público y con la aceptación de un agente del Ministerio Público, por la creencia de que el individuo que lo mismo dice llamarse Alejandro que Juan Pablo podría padecer una enfermedad mental.

Y es que a simple vista y cuando habla se le nota desubicado. Se le imputa que en el municipio de San Blas estuvo a punto de cometer una agresión sexual.

Según la explicación del juez, una vez la suspensión del procedimiento, se ha solicitado que profesionistas en psicología y psiquiatría emitan un dictamen sobre la situación mental del individuo. Si se acredita que está afectado, se le debe brindar la debida atención médica.

Puesto que el sujeto al parecer es originario del Estado de Guerrero y no cuenta con domicilio fijo, sino que deambula en las calles, se le decretó la medida cautelar de prisión preventiva, por lo que deberá continuar recluido en la penal de Tepic.

Casos como éste ilustran, nuevamente, una situación de fondo que priva en Nayarit: la falta de un hospital psiquiátrico. Y es que, lamentablemente, el Estado pone atención a los enfermos mentales hasta que participan en algún hecho delictivo, cuando escandalizan o son atropellados, pero prácticamente pasan desapercibidos mientras deambulan abandonados a la vista de todos.

Si se acredita que el sujeto es un enfermo mental, entonces no sería imputable, pero entonces habría otro problema: ¿a dónde se le llevaría?, ¿se le dejaría en libertad, sin familiares, con el riesgo de que vuelva a cometer delito?.