Grecia, la enferma mental que genera un debate: ¿debe continuar detenida?

02 / Mayo / 2018

Por Oscar Verdín Camacho

Grecia sonríe y hace gestos repetidamente. Habla bajito, como si la oreja de otra persona estuviera cerquita de su boca, o si se contara sus cosas en secreto para que nadie más lo sepa.

Sus manos se mueven con insistencia, en especial tocándose la cabeza rapada. Si acaso una vez junta las manos y las acomoda en la boca cerrada, aparenta poner atención pero pronto las deja volar otra vez, igual que sus ojos, que no encuentran un lugar fijo para detenerse unos segundos. Y vuelve a reír, a sonreír, a hablar, ignorando las indicaciones de una policía estatal que le pide comportarse.

Grecia ha despertado un debate y no lo sabe: ¿sufre locura?, ¿puede enfrentar un proceso penal?.

Esta mujer que aún no llega a los 30 años fue detenida el pasado 23 de abril, momentos después de que hirió con un cuchillo a su ex pareja, en la espalda y en el pecho.

El lesionado contó que fue a buscarla para llevarle algo de dinero y una despensa para que comiera junto a su mamá, que también sufriría una enfermedad mental.

Una hermana de Grecia ha robustecido la anterior versión: ella tuvo que dejar la casa luego de que su mamá llegó a amenazarla con un cuchillo, dispuesta a atacarla. Incluso, una pequeña hija de Grecia vive con su papá porque a ella le resultaría imposible atenderla.

El asunto es que Grecia está en reclusión y es probable responsable de los delitos de lesiones calificadas y violencia familiar, según el expediente 548/2018.

Así, este caso sensible fue abordado al mediodía del lunes 30 en una audiencia de vinculación a proceso que encabezó el juez César Octavio García Torres.

La semana pasada, una defensora pública asignada a Grecia solicitó un estudio psiquiátrico y cuyo resultado presentó en la audiencia.

Según anunció la defensora, Grecia vive en riesgo de autoagresión, su estado mental es fuera de la realidad, no puede completar frases, padece un trastorno mental, una psicosis, resultándole imposible enfrentar un proceso penal: ni siquiera sabe qué estamos haciendo aquí, completó la abogada, pronunciándose para que se decrete la libertad de Grecia porque es inimputable.

Cuando el juez García Torres dio el uso de la palabra a una agente del Ministerio Público, la representante de la Fiscalía General del Estado (FGE) señaló que el dictamen psiquiátrico no precisa si el padecimiento de Grecia es permanente o puede ser transitorio, por lo que pidió que se dictara auto de vinculación a proceso, a lo que se sumó una asesora jurídica de la parte agraviada.

Nuevamente en uso de la voz, la defensora solicitó la no vinculación a proceso: ella no tiene la capacidad para comprender los hechos por el trastorno mental (), no está apta en sus facultades mentales.

Agotado el debate, el juez retomó lo anotado en el dictamen de psiquiatría: la falta de ilación en las ideas, la psicosis aguda que enfrenta, el no poder enfrentar un proceso penal, aunque faltó precisar si la situación mental de Grecia puede ser transitoria o si es un daño irreversible, definitivo.

Por el momento, Grecia está en prisión preventiva y hay evidencias de que cometió los delitos mencionados, por lo cual se le dictó auto de vinculación a proceso, aunque, explicó el juez, lo siguiente es girar oficio al director donde está recluida, para que permanezca en un pabellón específico y sea atendida de manera integral de su situación mental, ofreciéndosele el medicamento que necesite, además de que deberá concluirse si el padecimiento es transitorio o irreversible.

Y mientras tanto, completó García Torres, debía continuarse con las etapas del proceso.

Por ello, lo siguiente fue fijar en dos meses la investigación complementaria, tiempo que servirá para determinar el futuro de Grecia, que siguió en lo suyo, como ausente en la sala de audiencias.

El de Grecia es otro ejemplo del abandono en que se encuentran muchos enfermos mentales, en especial quienes no cuentan con suficientes recursos económicos.

La realidad es severa: Grecia tuvo que herir con un cuchillo a su ex pareja para que el Estado como tal le pusiera atención. Ahora representa un reto: ¿qué hacer con ella?.