Fosas, desaparecidos y un pueblo que debió omitirse

30 / Mayo / 2018

Por Oscar Verdín Camacho

El hallazgo de nuevas fosas clandestinas en el municipio de Xalisco, que este martes arrojaron cinco cadáveres, volvió a mostrar el destino que en los últimos tiempos han tenido numerosas personas desaparecidas.

Los cuerpos, igual como ha sucedido en meses recientes, han sido trasladados al Servicio Médico Forense (SEMEFO) y se les someterá a estudios como el ADN que conduzcan a su posible identificación.

A la fecha, autoridades federales aún no revelan los resultados científicos del ADN para establecer cuales cuerpos corresponden a las personas que ofrecieron muestras de sangre en meses recientes, en la búsqueda de tantos desaparecidos.

La entrega de un cuerpo debe ser precisa, con el 100 por ciento de seguridad sobre su identidad.

Pero el destino de desaparecidos no siempre ha sido la muerte, como ha sido informado por la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSPE) a propósito del enfrentamiento registrado el viernes 25 que dejó la muerte de seis probables delincuentes y la liberación de un hombre y dos mujeres.

Según la SSPE, las jóvenes eran objeto de agravios sexuales, un dato que debió omitirse, pero igualmente grave es que se haya divulgado a la opinión pública nombres –aunque haya sido sin apellido-, edad y, en uno de los casos el poblado de origen, situación que podría poner en riesgo a la víctima.

A estas alturas la situación por la delincuencia obliga a las autoridades a guardar datos que puedan conducir a identificar a personas agraviadas.

De igual forma, la situación de esas jóvenes reafirma que hay personas que son privadas de su libertad no porque participen en la distribución de drogas, como muchas veces se generaliza en la opinión pública.

De hecho, en ambos casos sus familiares denunciaron la desaparición, iniciándose las respectivas carpetas.