En las elecciones: participar para transformar

31 / Mayo / 2018

Me dirijo a todos los ciudadanos en edad de votar: feligreses, hombres y mujeres de buena voluntad; y los invito a participar activa y responsablemente en las elecciones del próximo primero de julio emitiendo su voto libre, personal y secreto.

La política tan denigrada es una altísima vocación; es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común (Papa Francisco, Evangelii Gaudium n. 204). Sin embargo, hay un desencanto entre los mexicanos por la política, por eso es muy importante que todos le devolvamos a la política su dignidad, y que los candidatos que salgan electos hagan lo mismo.


El futuro del país está en tus manos

El primero de julio del presente año tendremos una jornada electoral histórica; es un proceso electoral muy importante, donde los ciudadanos tendremos la oportunidad de elegir a nuestros futuros gobernantes en los diversos ámbitos: presidente de la República, Senadores, Diputados, Gobernadores y Presidentes Municipales en algunos Estados.

El futuro del país está en tus manos. Por eso te invito a ejercer tu soberanía con responsabilidad e inteligencia, porque es el pueblo el que deposita la autoridad en los gobernantes que elige. Qué importante es elegir buenos gobernantes. Tu voto es personal y secreto; conoce a los candidatos, sus propuestas y elige correctamente; no te dejes influenciar por nada ni por nadie; ni siquiera por las encuestas; tu voto cuenta y la suma de los votos de los ciudadanos es la que dará legitimidad al futuro gobernante.


La política: al servicio del bien común

Un político auténtico es el que busca el bien de todos: el bien de cada persona y el bien común; respeta la dignidad de la persona y sus derechos fundamentales, como son: la vida desde el seno materno hasta la muerte natural, una vida digna donde ningún ciudadano quede excluido de los bienes básicos para su desarrollo, como el alimento, el trabajo, la vivienda, la salud, la educación; también es importante el derecho a la libertad religiosa. Un político que sabe escuchar al pueblo y hace participar al pueblo en la promoción del desarrollo humano; un político que sabe unir a los ciudadanos y no dividirlos; un gobernante que sabe integrar todas las fuerzas y a todos los ciudadanos: jóvenes, mujeres, familias, maestros, padres de familia, campesinos, pescadores, empresarios, hombres y mujeres de las culturas y de las artes, etc.; que sepa gobernar con el pueblo y para el pueblo. En pocas palabras, que ame al pueblo y busque el bien del pueblo, y no sus propios intereses, y se rodee de gente honesta y preparada que le devuelva a la política su dignidad, como el arte de buscar el bien común. Conoce, examina a los candidatos y elige correctamente.


Tenemos necesidad de buenos gobernantes

Nuestra patria, nuestros Estados de Nayarit y Jalisco, donde está ubicada nuestra Diócesis de Tepic, ha sido flagelada por la violencia, los secuestros, los levantamientos, el narcotráfico, la impunidad, la corrupción, los feminicidios, la situación de pobreza en que viven muchos sin lo elemental para comer, para una vivienda digna, un salario justo y una seguridad social, los migrantes maltratados y despojados, son retos que deben movernos a trabajar todos juntos: gobierno, sociedad civil, Iglesia, para erradicar esos males y buscar una vida digna para todos.


La riqueza de los mexicanos

Los mexicanos tenemos una gran riqueza cultural, incluidos los pueblos originarios, pero sobre todo la gran riqueza que tenemos son los jóvenes, como decía el Papa Francisco en su visita a México. Los jóvenes son muy sensibles ante las cuestiones sociales, como vimos en su participación activa y creativa en los desastres de los sismos que azotaron nuestra patria; démosle oportunidad de participar en la construcción de un México más fraterno, justo, solidario y en paz.

La familia es la institución más importante en la educación, porque es la formadora de ciudadanos y cristianos; que los próximos gobernantes implementen políticas públicas a favor de la familia, donde se construye la paz y se aprenden a vivir los valores de paz, justicia, solidaridad y amor que tanto necesita nuestro México, nuestros Estados y Municipios.

Por supuesto, también necesitamos una educación de calidad para todos los mexicanos; valorar y estimular a los maestros con una auténtica vocación de maestros; así como también impulsar a los centros de salud, para que todos los habitantes tengan acceso a la salud y valorar la labor humanitaria de los profesionales de la salud, como son los médicos y enfermeras. Además, un cuidado especial por la creación, nuestra casa común, como nos dice el Papa Francisco en su encíclica Laudato Si’.


A favor del trabajo y de salarios justos

Para erradicar la pobreza, el mejor instrumento es la creación de fuentes de trabajo, con salarios justos para todos los sectores de la sociedad: campesinos, pescadores, maestros, prestadores de servicios; y los empresarios, que sepan crear fuentes de trabajo con responsabilidad social buscando el bien de sus trabajadores y de las comunidades, donde se genera la riqueza. Los políticos, por supuesto, que le devuelvan su dignidad a la política, y si salen electos, ejerzan este servicio con honestidad y rechacen toda corrupción o enriquecimiento ilícito. Por eso, conoce a los candidatos y elige correctamente.


La responsabilidad es de todos

Todos juntos, con los gobernantes que salgan electos, podemos construir un México mejor, con la participación de todos y desde nuestra propia vocación; unidos podemos hacer un México próspero, de paz y justicia. Además, los creyentes hagamos oración para que Dios nos ilumine a elegir correctamente a nuestros gobernantes.

Por último, invito a los representantes de casillas a velar por una elección limpia, y a todos los electores a ser respetuosos del veredicto de las elecciones, y conservar siempre la unidad y la paz entre nosotros y entre las comunidades, valores que son un gran tesoro y no podemos perder.


Tepic, Nay. a 30 de mayo de 2018.


Luis Artemio Flores Calzada

VIII Obispo de Tepic