Ahuacatlán de luto por deceso de ex alcalde Ignacio García Bueno

20 / Agosto / 2018

UZETA//REDACCIÓN

Cientos de personas fueron las que ayer domingo participaron en el funeral del ex presidente municipal, Ignacio García Bueno, fallecido el pasado viernes víctima de una falla orgánica múltiple.

Residente del poblado de Uzeta, Nacho –como mejor se le conocía- gobernó a este municipio durante el trienio 1990 -1993.

Tenía ya algún tiempo sorteando adversidades producto de varias complicaciones orgánicas. Se desplazaba con dificultad y no hace mucho fue presa de un derrame cerebral, situación que orilló a su esposa e hijos a internarlo en un hospital de Tepic.

Los médicos hicieron todo lo posible por prolongarle la vida, pero de pronto su corazón dejó de latir a los 80 y tantos años de edad.

Ignacio García Bueno fue un líder natural y un incansable luchador social que tuvo su mayor época cuando fundó –junto con otros dirigentes campesinos- la Unión de Ejidos Lázaro Cárdenas, de la cual fue Presidente durante varios años.

Solía usar bota, sombrero y un pañuelo rojo que ataba a su cuello. Esta vestimenta fue parte de su personalidad; y una de sus cualidades más acentuadas fue su sencillez y sus discursos llanos y directos.

A principios de 1990 se le proyectó como precandidato a la presidencia municipal a través del Partido Revolucionario Institucional, midiéndose a otros dos contendientes, resultando ganador en la consulta interna.

Ya como candidato venció a Francisco Javier Nieves, su adversario que participó en la contienda constitucional a través del naciente PRD, asumiendo la presidencia municipal a partir del 18 de septiembre de 1990, para concluir su período el 17 de septiembre de 1993.

Su administración tuvo algunos altibajos, pero nunca se doblegó y logró superar todos los obstáculos, enfrentando incluso paros laborales y la toma de la presidencia por grupos de inconformes.

Con todo y todo, García Bueno realizó muchas obras a lo largo y ancho de la geografía de Ahuacatlán y en todos los rubros, pero su gestión se caracterizó por su sólido apoyo al sector agrícola y ganadero.

Su cuerpo fue sepultado ayer en el panteón de Uzeta en medio del dolor de su esposa Marina Altamirano y de sus hijos, a quienes desde esta redacción les deseamos una pronta resignación. DESCANSE EN PAZ.