La sociedad moralista que condena todo

* El Centro de Justicia Familiar documenta historias de personas adultas en aparente abandono, más sin embargo son apoyados por sus hijos; o casos a la inversa: hijos que esperan que mueran para quedarse con los bienes.

02 / Octubre / 2018

Por OSCAR VERDÍN CAMACHO


La situación de muchos adultos mayores en aparente abandono es compleja, porque las investigaciones arrojan que no siempre sucede así, sino que son ellos quienes en ocasiones se niegan a ser atendidos por sus hijos.

Y ello provoca el despertar de una sociedad moralista que lo condena todo aunque desconozca la realidad de los casos, según explica Maby Urania Silva Guzmán, directora del Centro de Justicia Familiar (CJF).

Para ejemplificar lo anterior se refiere a dos casos que conoce el CJF: el de un anciano cuyo supuesto abandono fue ventilado en redes sociales, y el de una señora en similares circunstancias, sin embargo la recopilación de información por parte de trabajadoras sociales concluyó que los hijos realmente hacían lo posible por la atención de sus padres.

De acuerdo con Silva Guzmán, un problema extra en estas familias es que el ahora adulto mayor en su momento prácticamente fue omiso con sus hijos, que sufrieron violencia familiar al igual que sus madres.

Los abandonaron de pequeños o nunca les dieron pensión alimenticia. Una persona me platicó así:

- ‘Un día llegué con mi padre y le dije que acababa de morir mi hermano. Le pedí que me acompañara para identificarlo’.

- ‘No, hijo, yo no tengo tiempo para andar en esas cosas’.

- ‘Después muere mi hermana y también le aviso. Y me responde’:

- ‘Mira, yo no tengo hijos’.

De acuerdo con la directora del Centro de Justicia Familiar, se ha plasmado de esos niños que veían a su padre comer carne, pero únicamente para él.

- ‘Quería que lo viéramos comer; nosotros estábamos pequeños y mi madre lloraba. Mi padre nos trató mal, no fue padre con nosotros’.

Maby Urania cuestiona:

Oscar, socialmente cómo le exigimos a alguien que al final nunca tuvo el respaldo de un padre o una madre. ¿Cómo les decimos cumple?, porque ellos y su madre fueron víctimas de violencia. Todavía hay un resentimiento, un dolor y un coraje.

- ¿Pero me dices que a pesar de ello en este caso sí lo están atendiendo?.

- Sí lo están atendiendo y a pesar de eso el señor ha buscado la forma de afectar a sus hijos. Hay registros, antecedentes de cómo lo han querido ayudar, al grado de ingresarlo a una casa en Ixtlán del Río y donde toda la familia ha colaborado.

- ¿Qué hace el Centro de Justicia en estos casos?

- Si de verdad hubiera una omisión de cuidado, se daría el delito de violencia familiar, pero en este caso no la hay. Aquí la situación es que la víctima, que en este caso sería el señor, no se deja ayudar, entonces no podemos presentar una querella en contra de los hijos, porque ellos sí están colaborando, el que no quiere que se le apoye es él e incluso ha malversado la información. Si vas y platicas él dice que sus hijos son malos.

Es de esos casos donde no hay, por ejemplo, un lugar donde podamos llevar al señor. Y si lo hay no lo aceptan. Ya se le ingresó a un lugar y también allá dijeron que no podían tenerlo. Hace como mes y medio salió.

- ¿Y cómo es su situación actual?

- Lo ingresaron al Seguro Social, han venido los hijos, solicitamos apoyo al CESAME (Centro de Salud Mental) para ver si lo atendía un psiquiatra.

Hay más casos reportados en redes sociales, por ejemplo el de una señora que gritaba, que lloraba y la dejaban encerrada. Fuimos una noche y efectivamente estaba encerrada, un policía quitó el candado, pero en eso llegaron sus hijas y les dijimos que no eran las condiciones para tener a la señora y nos contestaron que nosotros desconocíamos su comportamiento.

Y nos platicaron lo mismo: que de niñas no las cuidó, a una de ellas no la registró y que quienes las cuidaron fueron sus hermanos o su papá.

- ‘Y si la encerramos es para que no se nos salga porque hay días que se nos pierde’.

Entonces, esa noche una hija se llevó a la señora, las acompañó un policía, pero la señora no se quería ir. En la mañana siguiente vino aquí la hija a mostrarnos fotografías de cómo su mamá puso hasta bolsas de basura para poder brincar la barda y salirse’. Nos dijo la hija:

- ‘Se fijan, ¿cómo vamos a poder detenerla?’

- Entonces no todos los hijos rechazan hacer frente a esta situación, ni todos los padres en aparente abandono tienen la razón.

- No, no, lo peor de todo es que como sociedad moralista los estamos condenando, sin saber la realidad ni de lo que hay atrás de cada familia. Al final, se afecta a las hijas, hijos, nietos, porque hay mucha gente que los conoce y los identifica y creo que no debemos caer en ese juego de estar juzgando fácilmente, en el que pretendemos dictar qué se debe hacer, porque en realidad hay datos y pruebas de la verdad. A la señora que te menciono también la remitidos a la casa y tampoco la aceptaron.

Yo entiendo esa afectación en los hijos porque aquí llegaron llorando, con una expresión de quererle explicar a todo mundo la realidad, lo que es, por lo que están pasando y no es nada fácil. Están en sus trabajos y pensando en que su padre se puede salir o se desnuda, y además que no se deja cuidar. Nos consta que lo quieren ayudar, incluso poniéndole una enfermera, pero la trató mal y ya no fue.

Pero así como la directora del CJF describe esa problemática, también existe la parte opuesta, donde un adulto mayor es víctima de su familia:

Presenté una denuncia en la Fiscalía porque documentamos que un adulto mayor es maltratado por la hija y otros familiares, que esperan que se muera para heredar los bienes, quedarse con la casa. Y es que viven en casa de él.

Son los dos extremos. Hay veces que nos llegan reportes de personas muy mayores que están en abandono y no tienen familia. Nosotros como institución no podemos referir a esa persona a un asilo de ancianos porque debe haber un compromiso económico y situaciones que no tenemos. Sí está complicada la situación en muchos adultos mayores.