¡TRISTE HISTORIA! Camila y Domingo

FRANCISCO JAVIER NIEVES AGUILAR

14 / Febrero / 2019

Desde que la vio supo que iba a ser el amor de su vida. Era un muchacho extremadamente tímido. Solía avistarla con frecuencia caminando cadenciosamente por las calles del pueblo; pero nunca tuvo el valor de declararle su amor.

Ella también parecía retraída, huidiza. Sus ojos denotaban una gran tristeza, como si fuese presa de una enorme aflicción. Sus amigas eran contadas y tampoco acostumbraba asistir a eventos sociales. Era muy callada. Con nadie conversaba.

Domingo se llamaba aquel introvertido joven. Camila, era seis años menor que él y había llegado al pueblo algunos añas atrás, procedente de otro estado, Nunca reparó en aquellas tiernas miradas que despedían toneladas de amor.

Corrían los días de verano cuando convergieron en la playa. Sus miradas se cruzaron y el corazón de Domingo latió con más fuerza. Ella, en cambio lo vio con indiferencia. Ni siquiera sabía su nombre y tampoco percibía los sentimientos de ese joven, hijo de padres humildes.

Para ese entonces el estado de civil de Camila y de Domingo ya no era el mismo. Ella había contraído nupcias con un joven y apuesto profesor. Él por su parte unió su vida a una mujer, tal vez por desencanto.

Cada cual siguió su camino; claro, por senderos diferentes; y así pasaron muchos años, hasta que un venturoso mes de agosto se volvieron a encontrar.

Para entonces Camila ya había enviudado. Sus hijos sólo la visitaban de vez en cuando. Por eso intentó refugiarse en distintas agrupaciones de autoayuda y de superación personal; pero nada parecía hacerla feliz.

Dejando de lado prejuicios y cortedad, Domingo se armó de valor y le confesó lo que por largos años mantuvo en su pecho o más bien en su corazón; pero ella lo rechazó con aguda crueldad. Pensaba que sólo quería jugar o que buscaba quizás alguna aventura pasajera.

Con esa desilusión, Domingo se mantuvo en la distancia. Su amor platónico lo había desairado, pero aún así siguió cortejándola. A veces pecaba de atrevimiento, luego retrocedía y volvía a insistir.

Y tanto fue su insistencia, que Camila terminó por aceptarlo, aunque con ciertas reservas. Una y otra vez él le demostró su amorun amor limpio y puro; pero ella parecía estar a la defensiva, tal vez por su no tan placentera experiencia en su matrimonio.

Al final de cuentas, Camila comprendió todo. Supo del sólido amor de Domingo y así iniciaron un sólido romance que fue creciendo y creciendo, pero un mal día ella recibió la fatal noticia: Domingo había muerto de un paro cardiaco llevándose hasta la tumba aquel amor perene que durante muchos años guardó en lo más recóndito de su corazón.

Bonita historia de amor, ¿No te parece? Por eso, mañana que se festeja el Día del Amor y la Amistad, quiero decirte a ti que eres mujer, o a ti que eres hombre, a ti que tienes esposa o esposo, novia o novio, ¡Dile que él -o ella- es tu amor!, la única estrella a tu alrededor, ¡Bésalo o bésala! Y dile que iluminará todo tu camino hasta la eternidad, pero ¡Díselo ya!, ¡Díselo ya!