El reportero Marcos Beltrán narra agresión de policías estatales

22 / Octubre / 2012

Por Óscar Verdín Camacho

El reportero Marcos Beltrán sintetiza lo ocurrido la noche del jueves 18, al quedar en manos de agentes de la Policía Estatal Preventiva (PEP): me pusieron una chinga. No dejan huellas, saben golpear con la mano abierta.

Beltrán, quien escribe para el periódico Avance y el portal El Sol de Nayarit, dice que ha tenido contacto con altos funcionarios del Gobierno del Estado, pero aún no decide si presentará denuncia penal o una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH).

Yo no tengo nada que ver en este caso y no tolero la injusticia, le respondió el gobernador Roberto Sandoval en un mensaje por celular. También el secretario General de Gobierno José Trinidad Espinoza lo ha contactado.
De acuerdo con Beltrán, los policías seguramente argumentarán que se encontraba ebrio. Cuando me llevaron, esposado, yo pedí que me hicieran el alcoholímetro pero no se hizo.

Tal y como él mismo lo hizo público, explicó que tres elementos de la PEP, a bordo de una patrulla le cerraron el paso en el bulevar Colosio, a la altura de la colonia Tierra y Libertad, luego de que él, conduciendo un automóvil, les reclamó que golpearan a una persona junto a las vías del tren y la calle Guadalajara.

¿Qué dijiste, hijo de la chingada?, recuerda que le dijo uno de los policías. Lo bajaron del vehículo, tomado del pelo, y fue esposado. Varias veces le pegaron con la mano abierta. Saben golpear para no dejar huellas, aunque sí muestra una lesión en el brazo izquierdo.
Según el comunicador, no se le permitió comunicarse con algún funcionario, aunque ya en las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, arribó Pavel Valdez, director de Averiguaciones Previas. Luego fue liberado y se le regresó su vehículo.
Sé que van a decir que iba tomado. Me había tomado un bote de cerveza y acababa de comprar hamburguesas que llevaba a mi familia.
Ayer por la mañana, dice, sujetos a bordo de un vehículo color blanco se detuvieron afuera de su casa: ¡ya bájale de huevos!, gritó uno de ellos y se fueron.

Me comuniqué con Pavel y le conté lo que pasó; ¿de qué se trata?.
Este domingo, Beltrán aún no decidía si formalizará una denuncia penal.