Los días de ir al panteón

29 / Octubre / 2012

Por Óscar Verdín Camacho

Los días previos al uno y dos de noviembre se escuchan las escobas en los panteones. Huele a pintura. Y en los camposantos de los ejidos también se quema la basura, el zacate, la hierba que ha crecido alrededor de las gavetas. Hay quienes llevan su grabadora para oír música. Algún albañil cumple con un trabajo encomendado.

Son los días en los que se regresa a donde están los cuerpos de los tuyos.

Antes y durante los Días de Muertos te puedes encontrar a los paisanos que durante mucho tiempo no has visto. Hay quienes, resignada la pérdida, van a pasar el día y llevan los alimentos. Y hay quienes todavía lloran la partida.

La limpieza de las gavetas representa un mínimo respeto por el recuerdo de los que ya se han ido. Y por supuesto tendrán sus flores, sus coronas, sus rezos.

Camino a los panteones, en los patios y afuera de las casas ya hay venta de flores y coronas. Hay quienes buscan las más grandes mientras que otros las sencillas, del color que más agradaba al ya fallecido.

He oído hablar de un hombre que decía que en la tumba de su mamá siempre estaba la corona más bonita de todo el camposanto. Y sipero se la llevaba el día tres de noviembre, y podía escoger, de otras tumbas, la que más le gustara.

Sea verdad o sea mentira, siempre las flores, siempre las coronas que llevadas son, en las manos de cada quien, las más bonitas.