Critican presidentes de ejidos actitud de Gumercinda Villegas

23 / Noviembre / 2012

Por José María Castañeda

No le queda a Gumersinda Villegas, hacerse la mártir al culpar al gobierno federal de ser los principales responsables de adquirir cantidades exageradas de fríjol; ya que esas importaciones masivas deterioran la maltrecha economía de los productores.

Lo anterior, lo explicaron al reportero un grupo de presidentes de ejidos que diariamente se dan cita en una lonchería ubicada en los portales del centro histórico de esta ciudad. Luego de leer una de las principales notas del periódico Realidades, donde manifiesta la nativa del poblado de Otates que el gobierno federal atenta contra la economía de los productores del grano, al autorizar la importación de frijol, de China y de Argentina. Justo cuando el frijol mexicano está siendo cosechado; y pues aquí lo que parece ser es que la ‘amnesia’ –que es muy común en la dama a la que no le gusta que le digan Coyota-, se le olvida que fue ella la que anduvo con su escandalera la zafra pasada, diciéndole a propios y extraños que entregaran su frijol a los comercializadores del grano ya que les pagarían 10 mil 500 pesos por tonelada. Y que si continuaban con su fríjol acopiado en sus domicilios podrían vender aún más barato, ya que estoy enterada que el gobierno federal acaba de autorizar la introducción al país de 300 mil toneladas de fríjol argentino, dijo entonces.

Esto obviamente provocó que cientos de productores del alimento básico desesperadamente acudieran con los compradores del grano -habiendo quienes aprovechando la desesperación por vender de los productores compraron fríjol a razón de 9 mil pesos la tonelada-, todo esto que fuera provocado por Gumersinda Villegas Virgen.

Llama la atención de los campesinos; cuando ahora levanta la voz indignada, culpando de nueva cuenta al gobierno federal de permitir la importación de fríjol chino, y argentino con el fin de crear una psicosis entre el campesinado; y de esta forma abaratar el producto cuando están los campesinos a escasos 60 días en que comiencen a levantar sus cosechasSea por Dios.