Líneas: Una sugerencia para los presidentes municipales

Por: José Ma. Narváez Ramírez.

13 / Diciembre / 2012

Entre otras acepciones de la palabra sugerir, están las de proponer y aconsejar, por lo tanto, antes de que se acabe el año -y el mundo, según los mayas- trataremos de insinuar algunas ideas a los primeros ediles de la entidad, aclarando que están muy retrasados en la mentalidad de fungir como empleados del pueblo, y un servidor se cuenta como parte de ese todo que es el pueblo.

Todos esgrimen como excusa de que no tienen con qué hacer obras, el que no les alcanza el presupuesto para cuando menos, pagarle a los burócratas el dineral que se llevan de sueldos, aguinaldos y demás prestaciones que el mismo gobierno les ha autorizado. No tienen para comprar carros nuevos recolectores de basura en las cabeceras municipales, mucho menos para dotar de uniformes a los empleados de aseo y limpia.

Carecen de partidas para cubrir el salario de los que trabajan como policías, aunque en la capital obtienen buena paga, uniformes, vehículos, armas y equipo nuevo y casa, de la que al final del sexenio recibirán las escrituras –si cumplen con lealtad y honestidad en su labor-. Lo cierto es que ha disminuido considerablemente el problema de la inseguridad y la delincuencia organizada se ha quedado prácticamente muda.

Pero el asunto es que a los presidentes municipales no les ajustan los dineros que recaban ni los que les llegan etiquetados por los gobiernos federal y estatal, para –como decíamos arriba- pagarle a los trabajadores afiliados al SUTSEM, que gracias a la dama de fierro doña Águeda Galicia, vienen recibiendo a duras penas lo prometido, con la amenaza de paro al canto.

Algunos se avientan al ruedo tratando de provocar un pleito que pudiera ayudarles a eximir o a alargar dicha deuda, recuérdese el caso del loco de Tuxpan y las provocaciones de Pavel Jarero de Santiago, pero han pegado en tepetate y tienen que agarrar el toro por los cuernos y apoquinar esa droga.

El asunto no es andar buscando como orates los centavos para salir de esos adeudos, en eso pierden un tiempo que resulta muy caro para el pueblo porque es el que les paga (y muy bien) por administrar el poco o mucho dinero que manejan; el quid real de la situación es obtener emolumentos suficientes para cubrir todos los renglones que manda el Plan de Desarrollo Municipal y ya. Lo demás son tontas excusas que a un año y fracción siguen esgrimiendo mientras reciben –sin desquitar- los altos salarios que son el motivo principal de que haya tanto pretenso a substituirlos. Deberíamos de luchar por reducir esas elevadas pagas y subsidios exorbitantes, para comprobar que muy contados ciudadanos estarían dispuestos a seguir en la brega política. Pero esto es un sueño guajiro que mientras estén en los puestos los politiqueros de marras, jamás de los jamáses lo veremos.

¿Qué no daría por ver en mi pueblo de banquetas viejas el quiosco de la plaza principal remozado, no que se está casi cayendo a pedazos por falta de mantenimiento? ¿O que hubiera reposición de las luminarias en el tramo del nuevo puente inaugurado por el presidente Zedillo, y que es un verdadero paraíso para los asaltantes que por la noche ejercen sus nefastas actividades? ¿O para cuándo tendremos un mercado de dos pisos –cuando menos- que albergue a la gran cantidad de comerciantes que han convertido al actual en un mercado persa, y no se puede caminar con libertad por los pasillos atestados de puestos?

¿O para cuándo le tocará a Santiago ver sus playas limpias, sin el basurero que han hecho las autoridades con su indolencia, con ordeñas y estacionamientos permitidos impunemente? ¿En lugar de esos nauseabundos tiraderos entre los sauces contemplar lugares de esparcimiento y descanso para los lugareños y visitantes?

¿Cuándo constataremos la correcta pavimentación de las calles de las colonias y del centro de la ciudad, que hoy se encuentran muy bien dotadas de hoyancos y desniveles idóneos para el encharcamiento del agua y los lodazales?
¿Hasta cuándo permitiremos que sigan proliferando las cantinas, burdeles y restaurantes disfrazados de lo mismo, por todos los rumbos de los municipios y que con disimulos paguen a nuestras autoridades por funcionar?

¿Hasta cuándo permitiremos que se refugien en la supuesta hegemonía de la cacareada autonomía de los ayuntamientos?
Y así podríamos seguir enumerando una enorme falta de responsabilidad de aquellos que supuestamente el pueblo votó por ellos y que estos campechanamente se pasan por el arco de triunfo el puesto obtenido, aduciendo mil excusas y solamente cumpliendo a medias con el mandato popular.

Control Señores Control Ya se mamaron año y fracción haciéndole a los que la virgen les habla, pero ¿hasta cuándo les vamos a permitir que siga la burla a la gente, mientras cuentan y recuentan los fajos de billetes que reciben por no hacer nada, solamente aclaraciones ciudadanas y fiesteritas en las que participan? No señores, NO están haciendo algo que valga la pena.

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