EL IV PODER

Por: Juan Fregoso

17 / Diciembre / 2012

La educación es un factor importante para el desarrollo espiritual y material humanos, para el crecimiento de los pueblos. Sin ésta no puede haber desarrollo y crecimiento en los pueblos, cualesquiera que éstos sean necesitan tener un mínimo de conocimientos para progresar, para avanzar en todos sus aspectos.

La educación es consustancial al ser humano, es un derecho similar al de comer, vestir, formar una familia, hacer una vida digna que se refleje en la sociedad a la cual pertenece; mediante la educación el hombre contribuye a la edificación de una sociedad justa porque esta le permite comprender el entorno en que vive y lo hace ser libre dado a que abre su mente y fortalece su espíritu para enfrentar los cotidianos problemas que se le presentan.

En contraste, la ignorancia es una venda, un obstáculo a la libertad, porque para elegir algo hay que conocerlo, por lo tanto, el hombre debe entender el contexto en que se desenvuelve, de otra manera se cosifica y al ser cosificado pierde su esencia humana y en consecuencia se introduce en un laberinto que, al no encontrar la salida, se pierde en un mar de confusión siendo presa fácil de aquellos que sí tienen ilustración.

La educación es la madre de todos los derechos del hombre, por ello el constituyente elevó a rango constitucional el derecho a ser educado y dio esa facultad al estado, le confirió esa obligación que sólo le compete al ente estatal. En consecuencia, nadie debe apropiarse de este sagrado derecho que engrandece a la persona humana, sin embargo, el estado al tomar la rectoría del sistema educativo, su misión es enfocarlo al amor a la patria y a fomentar los más altos valores del hombre, es una tarea, sin duda, titánica porque para ello se requiere contar con un presupuesto suficiente para dar educación a todo un pueblo, aparte de tener la voluntad para hacerlo.

Desde esta perspectiva es inaceptable que durante muchos años la educación se encuentre en manos de caiques magisteriales, de sindicatos charros como el SNTE que comanda doña Elba Esther Gordillo Morales, quien ha contribuido a la degradación de todo el sistema educativo, vendiendo plazas a pesudoprofesores que le reditúan pingües ganancias, sin que le interese en absoluto el daño que se le ocasiona a la niñez y a los jóvenes al recibir una educación mediocre que nos mantiene entre los últimos lugares en este rubro.

Comparto la idea de muchos padres de familia en esta materia en el sentido de que cada sexenio se intenta realizar una dizque reforma educativa tendiente a mejorar su calidad o promover un alto rendimiento en los educandos, lo cual es una falacia, porque no se puede eficientizar la educación con maestros sin una preparación sólida, faltistas, maestros que no saben nada, porque muchos, de la secundaria saltaron a las aulas, es decir, sin haber cursado los estudios normalistas necesarios para estar en posibilidades de enseñar adecuadamente.

De ahí que los estudiantes de nivel preparatoria no sepan ni siquiera escribir correctamente, sumar, ni realizar una elemental ecuación, que no conocen la historia de México, se puede afirmar con toda certeza que la preparatoria de hoy ni siquiera es comparable con la primaria de antaño, en la cual sí se enseñaba, porque los hombres y mujeres encargados de la instrucción eran verdaderos maestros, maestros de vocación, no como los de ahora que sólo se dedican a grillar, a realizar paros o marchas exigiendo mejores salarios como si de veras trabajaran en la formación de los alumnos, cuando todo lo que hacen—y lo hacen con mucha frecuencia—es faltar a las escuelas.

Finalmente, es lo mismo que si no asistieran, porque no transmiten nada, ningún conocimiento a los educandos y esto no lo podrán negar porque el grado de aprovechamiento se ve reflejado en los niños de primaria, de secundaria y preparatoria, ellos son el espejo o el parámetro de sus maestros, los mismos que continuamente piden y piden aumentos de salarios, entre otras prestaciones. Por tanto, la cacareada reforma educativa de llevarse a cabo debe contemplar a ese gran número de analfabetos funcionales que a duras penas saben leer y escribir, por consiguiente, cabe preguntarse ¿cuántos libros lee cada mexicano al año? Se estima que el promedio es de uno o dos libros, cuando la cruda realidad es que los mexicanos no lee ni siquiera un libro en toda su vida, vaya, ni siquiera los escolares.

Hace unos tres años, el columnista realizó una encuesta sobre este particular en esta localidad. El resultado fue que los entrevistados sin ningún empacho revelaron que no habían leído ni un solo libro, incluso, una bibliotecaria aceptó que tampoco ella no había leído ningún libro, a pesar de estar rodeada de un mundo de libros. A la bibliotecaria le pregunté cuál era su autor favorito, me contestó que Gabriel García Márquez, que había leído Cien años de Soledad, pero que no le había entendido nada a este señores que no se le entiende nada, me confió.

Por tanto, sin ahondar mucho en el tema concluyó que la reforma educativa que está impulsando el nuevo gobierno federal tendrá que ser una transformación integral, lo que implica deshacerse de todos los maestros faltistas, chantajistas, corruptos e impreparados. Acabar de una vez por todas con prácticas perniciosas, como la venta y herencia de plazas a los amigos, compadres e hijos de los dizques mentores, igual o peor de analfabetos que ellos.

Asimismo, sería saludable que se cambien las reglas para lograr que a los maestros corruptos se les reduzcan sus sueldos que no devengan porque no cumplen cabalmente con sus obligaciones, ya que por lo menos el 80 por ciento de su tiempo lo dedican a hacer política al ser comisionados por sus dirigentes sindicales, dejando al garete las aulas en detrimento de la niñez y de los jóvenes que sólo asisten a la escuela a perder el tiempo, desde luego, que la reforma educativa debe contemplar la destitución inmediata de la cacique magisterial, Elba Esther Gordillo, la principal responsable de que nos encontremos en el cabús del sistema educativo.

El ciclo de la maestra Elba Esther Gordillo debe cerrarse para abrir uno nuevo que comprenda la implementación de nuevos programas y planes educativos y la selección de profesores verdaderamente capacitados, con vocación de servir a la sociedad, capaces de formar hombres y mujeres de bien a través de la herramienta de la educación, porque ya no es posible seguir solapando a esa caterva de gandallas que sólo han corrompido la educación en México.

Así pues, pienso que la educación debe quedar en manos de auténticos maestros y no de impostores que han usado la cátedra como trampolín para encaramarse en algún cargo público, tal como lo ha hecho el SENTE con su monstruosa criatura denominada Panal, hechura de la nefasta maestra chiapaneca, Elba Esther Gordillo, autoproclamada lideresa vitalicia de ese engendro llamado SNTE. Espero que el gobierno que encabeza Enrique Peña Nieto, tenga el valor y la capacidad de sacar de la jugada a esta señora que tanto daño le ha hecho a la niñez y a la juventud mexicana, pienso que muchos mexicanos se lo agradecerían, sobre todo, todo ese cúmulo de jóvenes ávidos de superarse.