EL IV PODER

Por: Juan Fregoso
-Los millonarios sueldos que ganarán los altos funcionarios
-Incluido, por supuesto, el presidente de la República
-Y en este festín, también los ex presidentes y viudas continúan sangrando al pueblo
-La política del gatopardismo sigue siendo la constante del sistema político mexicano
-México cambió de siglas, pero no de ideología porque es la misma del calderonismo

09 / Enero / 2013

En un país como el nuestro en donde el índice de pobreza es impactante, es una insolencia que el nuevo presidente de la República, Enrique Peña Nieto vaya a ganar tan sólo en este año alrededor de 4 millones 210 mil pesos, es decir, 350 mil 848 pesos mensuales.

La prensa nacional reveló recientemente que dicha cantidad constituye la suma anual de los ingresos totales brutos que percibirá el presidente este año, esto es, antes de impuestos, de acuerdo con el Presupuesto de Egresos aprobado para 2013. Posteriormente, una vez que le hayan sido descontados los impuestos, sus ingresos anuales netos por sueldo serán de 2 millones 502 mil 861 pesos, lo que equivale a 208 mil 570 pesos al mes, exactamente lo mismo que ganaba el multihomicida de Felipe Calderón.

A esto deben sumarse sus prestaciones, que constan en total de 876 mil 889 pesos al año, lo que hace un total de 3 millones 48 mil 780 pesos anuales. Esto quiere decir que el sueldo base neto del presidente de la República, es de 40 mil 766 pesos mensuales. Mientras que su compensación garantizada mensual es de 167 mil 804 pesos.

Sus prestaciones están divididas en aportaciones a seguridad social, ahorro solidario, prima vacacional, aguinaldo, gratificación de fin de año, seguro de vida institucional, seguro de gastos médicos mayores y seguro de separación.

Por tanto, en 2013 el primer mandatario recibirá por concepto de prima vacacional un total de 13 mil 589 pesos. Su aguinaldo, en diciembre de 2013, fue de 76 mil 848 pesos, más una compensación de año por la cantidad de 319 mil 628 pesos.

Además de esos ingresos anuales, el presidente también recibe un bono extraordinario por riesgo en su trabajo, de 840 mil 446 pesos. Este pago constituye una potenciación del seguro de vida institucional, establecida por su antecesor, el panista Felipe Calderón, con la cual ciertos funcionarios reciben un ingreso extra por el riesgo—como si no anduvieran superprotegidos po el EMP—que corren en el ejercicio de su trabajo ante las amenazas del crimen organizado, lo cual es por demás irónico ya que no puede haber crimen organizado sin que se de el concubinato entre gobernantes y delincuentes.

Según los conocedores en política internacional, México es el segundo país en América que más paga a sus presidentes, de acuerdo a un ranking (o lista) publicado el año pasado por el diario colombiano El Tiempo, que situó en tercer lugar a Estados Unidos, con Barack Obama; en segundo a México, cuando fungía como presidente Felipe Calderón; en tercero a Brasil, con Dilma Rousseff; en cuarto a Chile, con Sebastián Piñera, y en quinto a Uruguay, con José Mujica.

Empero, dentro de México, el presidente Enrique Peña Nieto, no es el funcionario público que más ingresos percibirá este año. Por encima de él—y para consuelo nuestro—se ubican los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los cuales tendrán ingresos brutos anuales del orden de los 6 millones 118 mil 837 pesos, es decir, 509 mil 903 pesos al mes, antes de impuestos. Asimismo se verán beneficiados los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con un ingreso bruto anual similar al de los ministros de la Corte—instancias que sólo han servido para avalar los fraudes electorales—esto es, 6 millones 118 mil 837 pesos al año, que al mes representan 509 mil 903 pesos.

Por otra parte, el primer mandatario publicó el pasado 10 de diciembre un decreto de austeridad que, entre otras medidas, ordenó fijar una meta de reducción de 5 por ciento en el rubro de salarios de los mandos medios y superiores de la Administración Pública Federal. En contraste, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, explicó que esto no significaba reducirse el salario de todos los funcionarios en 5 por ciento, sino que la cifra es el objetivo de ahorro a cumplir por las dependencias después de que este año se realice un diagnóstico para mejorar la administración de sus nóminas.

Pero cualquiera que sea el cariz que se le quiera dar al asunto, es evidente que el sueldo del presidente de la República, así como de los otros funcionarios mencionados, son estratosféricos y constituyen una soberbia bofetada al pueblo de México, sobre todo para aquellos sectores que apenas perciben un salario de hambre, llamado eufemísticamente salario mínimo, que no les alcanza ni para satisfacer sus más elementales necesidades, como la obtención de un techo digno en donde vivir, vestirse decentemente y una alimentación suficiente y sana para el desarrollo del hombre.

Por tanto, el molde del nuevo gobierno sigue siendo el mismo de siempre, esto es, vuelven a aplicarse las medidas neoliberales emanadas de un sistema capitalista que sólo ve por los poderosos y no por los pobres, de ahí que cabe preguntarse en dónde está el nuevo PRI tan cacareado durante la campaña peñanietista. Es la misma gata nomás que revolcada, porque no existe ningún cambio en materia económica, por una razón muy simple: El gobierno de México sigue atado a los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial, entre otros, que son los que dictan las políticas económicas no solamente para México sino para todos los países subdesarrollados, a los cuales no les queda de otra más que apechugar, aunque por supuesto, los altos funcionarios no resentirán tales medidas criminales, porque ellos ya tienen asegurado sus buenos sueldos que les permitirán vivir holgadamente durante los próximos seis años.

Pero no solamente el gobierno entrante gozará a plenitud de todos estos privilegios, sino también los que ya han abandonado las marquesinas políticas. Así, tenemos que los ex presidentes de la República tienen derecho de recibir hasta 205 mil pesos mensuales por concepto de pensión vitalicia, y entre otras prestaciones a que se han hecho acreedores por servir a la Patria destaca el apoyo de seguridad permanente con personal del Estado Mayor Presidencial, para ellos y sus cónyuges, con un promedio de 67 elementos de las Fuerza Armadas, mientras que el ciudadano común y corriente queda a meced de la delincuencia.

A los ex presidentes, también se les paga—les pagamos—mensualmente los servicios de teléfono, derecho a automóvil y pago de derechos y mantenimiento. Asimismo, se les pagan los servicios públicos domiciliarios para sus fastuosas residencias como el impuesto predial, jardinería, consumo de energía eléctrica y limpieza. Y todo esto se les paga con recursos del erario por haber prestado sus servicios a la nación. Más aún, los ex mandatarios tienen a su disposición 25 empleados adscritos a la Presidencia, subsidios para gastos de oficina, seguros de vida y gastos médicos mayores.

Y todas estas prestaciones se extienden a sus familiares, por citar un ejemplo, a la viuda de José López Portillo, —aquel que prometió defender el peso como un perro—la actriz vodevilesca Sasha Montenegro, recibe por lo menos 73 mil pesos mensuales, no así los ex presidentes Ernesto Zedillo y Carlos Salinas que, en un gesto de pudor patriótico, renunciaron a la pensión vitalicia, aunque no a los 10 mil 476 pesos mensuales por concepto de seguro de vida y gastos médicos mayores.

El asesino de Tlatelolco, Luis Echeverría Álvarez, sigue cobrando religiosamente la pensión y recibiendo las mismas prestaciones que sus homólogos, sin duda, es el premio que el sistema le otorga por haber sido el autor intelectual de la muerte de miles de estudiantes aquel 2 de octubre de 1968, mientras que Vicente Fox Quesada, aparentemente rechazó tales beneficios, sólo que el guanajuatense no debe haber dado el apoyo al Partido Revolucionario Institucional a cambio de nada en las elecciones pasadas, lo más probable es que en recompensa a su adhesión de facto al PRI le será muy bien remunerada, porque en política todo es negociable. Y así como en 2000, Fox sacó a patadas al PRI de los Pinos, en 2012 contribuyó a meterlo con sus arengas lambisconas, sin importarle traicionar los principios de su partido, cumpliéndole el deseo a su candidata, Josefina Vázquez Mota, Fox se encargó de hacerla viuda de sus aspiraciones presidenciales.

Pero el eje del asunto que se aborda gira en torno a los descomunales sueldos que percibe esta caterva de pillos privilegiados. Y este es un tema hartamente polémico habida cuenta de que en tanto miles de mexicanos se mueren de hambre, la casta dorada conformada por estos dizques servidores de la Patria, ya tienen asegurada su vida como la de sus descendientes, por lo menos—y no es exagerado decirlo—hasta su quinta generación. Así las cosas, México sigue bajo la férula del gatopardismo, lo que quiere decir que cambió pero para seguir igual, en otras palabras, el PAN deja el poder que tuvo durante doce años y el PRI recupera la estafeta bajo el slogan de que ahora sí todo será diferente, pero la realidad es que absolutamente nada cambiará sustancialmente en los próximos seis años, por una sencilla razón: La simbiosis PRI-PAN, continuará con las mismas políticas antipopulares, al servicio del imperialismo y en contra de un pueblo sediento de justicia y democracia, como dijera el malogrado Luis Donaldo Colosio Murrieta.

Si durante el panismo el Ejército fue sacado a las calles en clara contravención a la Constitución, el presidente priísta Enrique Peña Nieto ya declaró que los militares van a seguir haciendo el trabajo que le compete a otros cuerpos policiacos y el despilfarro que distinguió al calderonismo en aras de una guerra fallida, seguirá con el gobierno priísta. Insisto, México cambió de siglas pero no de ideología, en consecuencia, no se avizoran cambios verdaderos, cambios que se vayan a reflejar en el bienestar de los mexicanos, pues está visto que el número de ricos seguirá creciendo, de igual manera los pobres se multiplicarán como setas en la selva de la corrupción, y nadie podrá impedirlo, ni siquiera los llamados partidos de izquierda—que en esencia nunca lo han sido—puesto que se han entregado a un sistema político que los aquieta con toda suerte de prebendas, ya que ha sido una gran mentira que luchan por los más marginados; la frase lopezobradoristas de primero los pobres, no fue más que un vil engaño, porque en México, desde hace tiempo la izquierda desapareció para dar paso a un puñado de vivales y oportunistas que han sabido aprovecharse de la nobleza del pueblo que ha creído en sus embustes mezquinos.