EL ITACATE: LA BANDA DE LOS MACHINES (¡AY GÜEY!) DEL BARRIO

Por Agustín Almanza Aguilar

17 / Enero / 2013

Traían tanques
de bolsillo / granadas
bazuqueras y R-79,
Cuernos de bisonte
Y 439 ½ kilos de cola.

Nuevo éxito Los Gatos del Sur.

Sin rodeos: la muisca grupera, la de banda, sus letras cursis y violentas, sus integrantes y su modo de vestir, comportarse y pensar (¡?), son ya una contaminación aberrante y una verdadera ofensiva para la cultura: toda una apología –por lo común- del delito y del narcotráfico. No hay autoridad competente que los detenga pues hasta los organizadores de los eventos oficiales gustan de llevar ese tipo de sonsonete a amenizar esas fiestas del pueblo, pueblo de por sí cada día más analfabeta y jodido por la demagogia imperante de esa runfla de políticos cínicos y corruptos.

Eran los del cártel
de la plaza del loco
que junto con el tamales
amarraron a los de las motos.

Y allí vemos esas pandillas de barrio, cerveceando a morir, con su música narcoléptica a todo volumen en sus carros. Sin que les importe la salud mental, ni el reposo necesario de los vecinos, y –como siempre- la inútil polecía mañocipal viendo las apariciones de la virgen.

Aullaban los malandrines
en los recodos del barrio
que eran los muy machines
los güeyes troqueros.

Subcultura corrosiva que hace creer a débiles mentales que oyendo sistemáticamente esos bodrios obtendrán títulos pesados de mafiosos, cuando que éstos sí son de temer

Nadie ya los tocaba
tocados ya estaban todos
su banda desafinada
lanzaba a diario cultura.

¡Ay güey! ¿Nó, güey? ¡Sí, güey! He aquí un argot muy sofisticado, muy criptográfico, muy machín. Después de su coco-wash ya los vemos caminando con miradas de perdonavidas, como si no reflexionaran que sus pellejos no son de acero

Volumen a todo dar
gustaba a esos güeyes
eran los amos del medio
ciertos como ninguno.
Finis Terrae: NO HAY