EL IV PODER

Por: Juan Fregoso
*Caso-Cassez, la prueba de fuego de la Corte

*Este miércoles el caso de Florence Cassez, podría cambiar de rumbo

*La francesa purga una condena de 60 años, acusada de secuestro

*Fue acusada por personas de dudosa solvencia moral

*Pero su principal acusador fue el ex presidente, Felipe Calderón

*Calderón desatendió los pedimentos del presidente francés, Nicolás Sarkozy

*Sarkozy reclamó al gobierno mexicano, la entrega de Cassez

*Con el fin de que purgará su condena en Francia, su petición fue rechazada

24 / Enero / 2013

Todo indica que el gobierno que encabeza el priísta Enrique Peña Nieto, se sacó la rifa del tigre, toda vez que su antecesor le dejó una herencia plagada de atropellos y de violaciones a los derechos humanos. Felipe Calderón no solamente dejó una estela de muertos y desparecidos, sino también dejó como asignatura pendiente el caso de la francesa Florence Cassez, acusada de presunto secuestro, delito por el cual fue sentenciada a sesenta años de prisión.

Florence Cassez llegó a México en 2003, empezó a trabajar en las empresas marketing And Technologys Imported y Servi Bosque. En ese entonces la francesa se relacionó sentimentalmente con Israel Vallarta, quien sería identificado como presunto miembro de la banda de secuestradores llamada Los Zodiacos.

En 2005, Florence Cassez fue capturada por la policía federal investigadora y se le acusó de participar por lo menos en diez secuestros, a pesar de que se argumentó que su detención fue una vil maniobra, ya que se trató de una operación prefabricada, televisada y orquestada por Genaro García Luna, a la sazón secretario de Seguridad Pública del gobierno federal

Sin embargo, a pesar del montaje policiaco el Poder Judicial encontró elementos para sentenciar a la francesa con sesenta años de cárcel en México. De acuerdo a las pruebas aportadas a los tribunales mexicanos por Cristina Ríos Balladares y su hijo Christian Hilario Ramírez, los cuales vivieron en cautiverio 54 días, identificaron a Florence Cassez por su voz,—es decir ni siquiera la vieron—dos meses después de ser liberados.
Cuatro años después, se realizó la primera sesión de la Comisión Binacional México-Francia, en la cual se analizó la procedencia de la condena y se impidió que las autoridades francesas la liberaran en el caso de que ésta fuese traslada a Francia. En aquella comisión participaron secretarios de Estado y legisladores de ambos países.

Un año más tarde, el presidente Nicolás Sarkozy solicitó a Felipe Calderón que Florence Cassez fuera entregada a ese país para que allá purgara la condena impuesta por delitos cometidos presuntamente en México, pero el entonces presidente se opuso terminantemente e insistió en la culpabilidad de la francesa, quien de este modo tendría que cumplir—como está sucediendo—su condena en territorio mexicano. Felipe Calderón al tomar parte en un asunto de índole judicial se salió de la órbita de su competencia, habida cuenta que el caso era eminentemente judicial, se irguió en fiscal implacable, en un férreo acusador, cuando su función no era esa.

El gobierno francés insistió vanamente en la defensa de su compatriota, pero el gobierno calderonista fue inflexible y mantuvo su postura, aun cuando los medios difundieron la especie que la aprehensión de la ciudadana francesa, fue una especie de venganza de Genaro García Luna, quien impotente por no encontrar a los verdaderos culpables de los presuntos secuestros, maquinó una estrategia malévola, en la cual jugaron un papel importante las empresas televisoras, que se prestaron vergonzosamente al montaje de que fue objeto Cassez.

Más aún, el gobierno panista eché mano de organizaciones como Alto al secuestro, México SOS, Causa Común, entre otras, bajo el liderazgo de empresarios y activistas, como Isabel Miranda de Wallace, Alejandro Martí y María Elena Morera, estos tres personajes presionaron al Poder Judicial a no ceder a la demanda de Francia, con el fin de que Florence Cassez no fuera trasladada a su patria, como así lo pidió Nicolás Sarkozy. La Corte se mostró complaciente y accedió a las presiones de Isabel Miranda de Wallace, la que con anterioridad se vio involucrada en actos ilícitos en agravio del gobierno del Distrito federal.

Hoy, a siete años de distancia, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), ya bajo la presidencia de Enrique Peña Nieto, tiene la oportunidad de reivindicarse de los atropellos cometidos en contra de Florence Cassez. Este miércoles 22 de enero, según el diario La Jornada, la primera sala de la (SCJN) decidirá si concede el amparo para efectos a la ciudadana Florence Cassez, para que un tribunal emita una nueva sentencia sin tomar en cuenta pruebas ilegales y testimonios influenciados por el montaje televisivo que tuvo lugar, cuando fue capturada el nueve de diciembre de 2005, en el rancho Las Chinitas, ubicado en la carretera México-Cuernavaca.

Se espera una intensa discusión en torno al proyecto elaborado por la ministra Olga Sánchez Cordero, quien sostiene que las violaciones a los derechos de la ciudadana en materia de presunción de inocencia, debido proceso y protección consular de su país, son suficientes para que en nuevo juicio el tribunal resuelva en definitiva, no tome en cuenta testimonios de víctimas que fueron clave para que la sentenciaran a sesenta años de prisión.

La ministra plantea que en la nueva sentencia no sean consideradas las declaraciones de Cristina Ríos y Christian Hilario Ramírez, quienes fueron liberados en el marco del show mediático en el que fue capturada Cassez, y quienes la mencionaron como presunta responsable de secuestro, dos meses después de la detención, consigna el diario capitalino.

En el debate que se llevará a cabo este miércoles, también se estima que serán inválidos los testimonios de Ezequiel Flores, presunta víctima, así como los partes policiacos de los elementos de la policía federal que tomaron parte en la captura de Florence Cassez, quienes además la habrían retenido ilegalmente por más de 24 horas antes de presentarla al ministerio público.

Si la Corte toma en cuenta todos estos elementos la sentencia de la francesa podría ser modificada. Sin embargo, lamentablemente la Corte ha caído en un gran desprestigio como ha quedado demostrado con sus acciones, pues lejos de aplicar un criterio jurídico ha politizado su actuación en detrimento de la justicia. En este sentido, la Corte se exhibió esplendorosamente durante el gobierno de Felipe Calderón, al cual le rindió pleitesía, plegándose ignominiosamente a sus caprichos, olvidándose de su autonomía y de ser el ente supremo garante de las garantías individuales consagradas en la constitución mexicana, de hecho se postró de hinojos ante el ex mandatario y secuaces, sin importarle que de esta manera se convertía en un remedo de Torquemada.
Ahora, bajo la batuta del gobierno priísta este asunto podría dar un giro a favor de Florence Cassez, aunque todo depende de la postura que asuman los ministros que se encargarán de ventilar nuevamente el caso-Cassez, que ha traspasado fronteras. Hoy, los ministros no se encuentran bajo el yugo del Poder Ejecutivo panista, por lo tanto, se supone que están en plena libertad de emitir un veredicto justo, apegado a derecho y a no criterios políticos, ya que por encima de todo está el imperio de la justicia.

Así pues, la suerte de Florence Cassez—que lleva ocho años presa—está echada, mientras que el reto de la (SCJN) consiste justamente en la valoración adecuada de las pruebas presentadas con anterioridad, pero también las que habrán de exhibirse en esta ocasión, las que serán decisivas para dictar una sentencia justa, de ahí que no solamente está en juego la conmutación de la pena de la francesa, sino la reputación que alguna vez tuvo la Corte como máximo tribunal de la defensa de los derechos de los ciudadanos, porque a la fecha ya nadie tiene confianza en ella. El desenlace de este caso que sacudió la conciencia mundial, lo conoceremos probablemente este miércoles, día en que sin duda, todos los reflectores estarán enfocados en nuestro máximo tribunal.