Surge un negocio emergente afuera de la penal

28 / Enero / 2013

Por Óscar Verdín Camacho

Un pequeño negocio de venta de dulces y otros artículos, a unos metros del ingreso a la penal de Tepic, suele resultar de vital importancia para muchos de quienes acuden a visitar algún familiar en prisión.

Desde hace años, las distintas administraciones de la cárcel se han negado a guardar artículos que no pueden ingresar, como celulares, credenciales, llaves y muchos más, básicamente para evitar posteriores reclamos de objetos perdidos.

Frente a esa situación, poco a poco fue cobrando importancia un pequeño comercio que anteriormente estuvo ubicado junto al bulevar Tepic-Xalisco. En breve tiempo se conoció la versión de que ahí podían cuidar los objetos que no pueden ingresar a la cárcel.

Y ahora, diariamente pueden verse decenas si no es que cientos de bolsas de mujer colgadas de ganchos, o mochilas, maletines.
Lo que quiera dar, responde un joven que atiende uno de los extremos del lugar cuando una señora le pregunta cuánto debe pagar. Y le extiende cinco pesos, pero hay quienes dan más.

Podría decirse que se trata de un establecimiento que fue adaptándose a las circunstancias que se presentaron, pero en el que la seguridad es su principal garantía.
Además se trabaja todos los días, desde la mañana y hasta por la tarde, acomodándose a los horarios en que arriban o se van los cientos de visitantes que acuden a la prisión.