Festejan el día de San Blas en honor al Obispo Mártir Blas de Sebaste

07 / Febrero / 2013

Claudia Isela Hernández

El Puerto de San Blas Nayarit, es nombrado así en honor al Obispo Mártir, Blas de Sebaste, llamado después San Blas.

San Blas, fue médico Obispo de Sebaste Armenia (actual Turquía), además de mártir cristiano; su festividad se realiza el 3 de Febrero y se le considera Santo Patrono de los enfermos de la garganta.

Los feligreses de la religión católica en el puerto histórico, veneran al Santo Patrón este día desde el año de 1949.
El Padre Pedro Fránquez Pérez Sacerdote de la Iglesia católica de San Blas; informó que su patrocinio fue concedido formalmente en el año de 1954 por su Santidad el Papa Pío XII.

Se hizo un juramento de rendir el culto de San Blas, un compromiso que se tomo ante el papa, en el que el pueblo se comprometía a realizar como el santo se merece, cada año se renueva afirmó.

La tradición contempla ofrecer una misa conmemorativa en la que algunos sacramentos se llevan a cabo, algunos sacerdotes de la Diócesis de Tepic asisten a ella y ocasionalmente el Obispo se hace presente.

En esta fecha, 13 Sacerdotes, 3 seminaristas y religiosas evangelizadoras eucarísticas de los pobres de Tepic, así como religiosas locales del Sagrado Corazón de Jesús asisten a la misa solemne.

Por la tarde el Santo es cargado tradicionalmente en hombros por voluntarios que llevan su imagen a pasear en aguas del estero del pozo y mar adentro donde está ubicada la piedra blanca.

La procesión se realiza con gran número de feligreses mientras la danza religiosa la encabeza.
En la mar, es rodeado de embarcaciones pequeñas (pangas) y acompañado mientras se oficia la Santa Misa, además alabanzas y rezos del Santo Rosario.

La bendición de las embarcaciones es esencial, ya que la comunidad principalmente es subsistida por la pesca, por lo que pescadores y sus familias son bendecidos por el Párroco con agua bendita para una mejor captura de especies marina como cada año.

San Blas; Obispo Mártir, era conocido por su don de curación milagrosa, que aplicaba tanto a personas como a animales.
Su historia cuenta que salvó la vida de un niño que se ahogaba al trabarse en la garganta una espina de pescado.

Este sería el origen de la costumbre de bendecir las gargantas en su día.

Esta tradición es también, parte fundamental de la fecha y es llevada a cabo por sacerdotes que colocan dos velas en la garganta de los feligreses, como culto al Santo.

Ese día, después de los eventos eclesiásticos, por la noche se realiza la quema del castillo pirotécnico, espectáculo que pequeños y adultos esperan como parte del cierre de las festividades locales del Santo Patrono.