DICHO POR ROCHA: Meteorito Allende

José Guadalupe Rocha Esparza

13 / Febrero / 2013

El 8 de febrero de 1969, a la edad de once años, dormía cuando ocurrió lo inesperado: un gran estruendo acompañado de incandescente luz despertó a toda la gente de Parral, Valle y Pueblito de Allende. Se trataba de la explosión de un cuerpo celeste en su ingreso a la atmósfera. La Capital del Mundo se convertía a las 01:15 horas en el centro del Sistema Solar.

Mi padre lo distinguió desde el Boulevard Ortiz Mena como la brasa de un cigarro que se acercaba, sin explicar su asombro. Luego él y mis coterráneos vimos su caída como una lluvia de estrellas. Fueron momentos de terror, angustia; después nostalgia. Algunas ventanas se rompieron por las miles de piedras fragmentadas de una masa estimada en 7 toneladas.
Por el vórtice electromagnético del sur del Estado de Chihuahua ingresó el meteorito carbonoso más estudiado y grande en su tipo, cuerpo celeste de condritas, panguitas y sales orto-silicato de magnesio con peso atómico de 26 y 4 mil 500 millones de años de antigüedad. Al transcurrir los días juntamos esos minerales para venderlos, ¡otros para detener portazos!