EL IV PODER: Mientras algunos maestros mexicanos defienden sus derechos ante una reforma que afecta sus conquistas adquiridas

Por: Juan Fregoso

19 / Febrero / 2013

Mientras en nuestro país se han reformado los artículos 3º, 73 y 123 de la constitución con el supuesto propósito de mejorar la educación, otros países se colocan en una situación privilegiada en esta materia en beneficios de la niñez, jóvenes y docentes, México ha implementado una política educativa que, según los expertos, lesionan los derechos laborales de los trabajadores de la educación.

De acuerdo con la perspectiva del abogado Manuel Fuentes Muñiz, quien coordina el equipo jurídico del magisterio disidente, los cambios a los artículos 3º y 73 constitucionales, persiguen aplicar una reforma al sistema educativo nacional, que atenta contra tratados, pactos y convenios internacionales en materia de garantías individuales, al reducir derechos laborales a administrativos.

Por lo tanto, Fuentes Muñiz sostiene que hay materia para que se conceda un amparo a todos los trabajadores de la educación contra una enmienda constitucional que viola derechos adquiridos. De ahí que de aplicarse perderán toda posibilidad de una relación bilateral con su contratante, es decir, con la Secretaría de Educación Pública, lo que significa que no podrán hacer valer sus derechos como la inamovilidad en el empleo, derecho reconocido expresamente en el apartado ‘B’ de la Ley Federal de los Trabajadores al servicio del Estado.

En realidad, no se pueden negar tales argumentos esgrimidos por el representate legal del ala discrepante magisterial, pero vale la pena señalar que el sistema educativo en México está conformado por un buen número de maestros que dejan mucho que desear, que no cumplen debidamente con su trabajo, que no están lo suficientemente preparados académicamente para sacar adelante a sus alumnos, por supuesto, que esto no quiere decir que la citada reforma no lesione sus derechos y que no tengan el derecho de defenderse, pero es necesario hacer hincapié en que los maestros requieren cumplir con sus obligaciones e incluso actualizarse para brindar una enseñanza de calidad, concepto que en posteriores colaboraciones habremos de analizar.

Por ahora, la intención de esta columna es hacer notar la gran diferencia que existe en materia educativa entre México y Finlandia, en donde los niños en un futuro próximo estarán entre los profesionales más preparados del mundo, desde luego, que esto no lo predice una bola de cristal sino que lo pronostican datos objetivos. Desde que la OCDE comenzara en el 2000 a elaborar su informe PISA, Finlandia ha acaparado los primeros puestos del podio en Europa por su excelente nivel educativo.

Apenas un 8 por ciento de los alumnos finlandeses no terminan sus estudios obligatorios, mientras que en México cuatro de cada diez jóvenes dejan sus estudios antes de concluir la secundaria. El psicólogo escolar y ex director del colegio Claret de Barcelona, Javier Melgarejo, desde hace más de diez años emprendió la tarea de estudiar el sistema educativo finlandés. En su investigación, pudo comprobar que a los cuatro y cinco años menos de la mitad de los niños finlandeses acuden a guarderías y no empiezan el colegio hasta los siete años.

Constató que dos años después, sus puntuaciones son mejores que el resto de los países estudiados por la OCDE. Durante los primeros seis años de la primaria los niños tienen en todas o en la mayoría de las asignaturas el mismo maestro, que cuida porque ningún alumno quede excluido. Es una manera de fortalecer su estabilidad emocional y su seguridad. Hasta quinto año no hay calificaciones numéricas.

No se busca fomentar la competencia entre alumnos ni las comparaciones. La educación gratuita desde preescolar hasta la universidad incluye las clases, el comedor, los libros y hasta el material escolar, aunque si alguien lo pierde está obligado a pagarlo. La jornada escolar suele comenzar entre las 8:30 a 9: 00 de la mañana, con el paréntesis del almuerzo. En total, suman 608 horas lectivas en primaria, ante 800 de México, con deberes en casa que no son excesivos. ¿Cómo consiguen mejores resultados en menos tiempo? El éxito finlandés se debe a que encajan tres estructuras: La familia, la escuela y los recursos socioculturales (bibliotecas, ludotecas, cines, etc), explica el psicólogo Javier Melgarejo, quien abunda que los tres engranajes están ligados y funcionan de forma coordinada.

Esto es, los padres tienen la convicción de que son los primeros responsables de la educación de sus hijos, antes que la propia escuela y complementan el esfuerzo que se hace en el colegio. En Finlandia, el 80 por ciento de las familias van a la biblioteca el fin de semana, asegura el psicólogo catalán, para quien este estímulo de la lectura en casa resulta fundamental. El sistema social finlandés contribuye con numerosas ayudas oficiales a las familias, que pueden ajustar su trabajo y la atención a sus hijos.

Por otra parte, existe una herencia cultural luterana basada en la responsabilidad que fomenta la disciplina y el esfuerzo, a la que también acompaña una climatología que empuja a encerrarse en casa, pero estos factores también están presentes en otros países vecinos, como Suecia o Dinamarca, que disfrutan de mayor nivel económico y sin embargo figuran varios puestos por debajo en PISA. No son las variables socioeconómicas las determinantes, expone el investigador.
El profesionista detalla que la diferencia radica en la elevada calificación académica del profesorado en Finlandia, principalmente en educación primaria. Los finlandeses consideran que el tesoro de la nación son sus niños y los ponen en manos de los mejores profesionales del país.

Melgarejo sostiene que los mejores docentes se sitúan en los primeros años de enseñanza, donde se aprenden los fundamentos de todos los ulteriores aprendizajes. Se considera que hacia los siete años el alumno se encuentra en la fase más manejable y es cuando realiza algunas de las conexiones mentales de trascendencia que le estructurarán toda la vida. Por ello, se estima que es esencial seleccionar a quien ayudará en este proceso

A diferencia de México en que cualquiera puede ejercer el magisterio, en Finlandia para ser maestro se necesita una calificación de más de un 9 sobre 10 en sus promedios de bachillerato y de revalidación y se requiere además una gran dosis de sensibilidad social. Cada universidad elige después a sus aspirantes a profesores con una entrevista para valorar su capacidad de comunicación y de empatía, un resumen de la lectura de un libro, una explicación de un tema ante una clase, una demostración de aptitudes artísticas, una prueba de matemáticas y otra de aptitudes tecnológicas, son las pruebas más duras de todo el país, opina Melgarejo.

Por tanto, no es de extrañar que los profesores estén muy bien considerados socialmente en Finlandia, en donde es un honor nacional ser maestro de primaria. El gobierno finlandés está convencido que la educación es la llave del desarrollo de cualquier nación, por ello el país nórdico dedica del 11 al 12 por ciento de los presupuestos del estado y los Ayuntamientos a financiar este modelo de educación. Es una política inteligente que les está dando frutos, puntualiza el investigador, Javier Melgarejo.