Vivencias de una costeña Santiagoixcuintlense (Parte cinco)

25 / Febrero / 2013

Por: Emeria Navarro Narváez

El grupo de alumnos era numeroso, compuesto por docentes en servicio y la mayoría del sexo masculino. Fue mi condiscípulo Vicente Mejía, líder nacional de estudiantes, Julio Acosta El mano negra, Andrés Dueñas La chacuana, Quiñones El tibirichi, Edmundo Ochoa Zaragoza, Juan Pérez Vargas – años después mi cuñado-, Enrique Medina Lomelí –joven a quien nunca le oí su voz en clases y que posteriormente fue diputado distinguido.

Era la época en que mis condiscípulos más jóvenes hablaban de Castro Ruz, el Ché Guevara y Lumumba, yo me reunía casi siempre con Berenice Parra, Nancy Valtierra, Alicia Lizaola, Consuelo Alegría Arredondo y Martha Elodia Valle, -quien era la que mejor contaba los chistes en los 10 minutos de descanso que teníamos entre clase y clase-. Lástima que pocos se me grabaron, entre éstos recuerdo uno que después le leí a Catón y que más o menos decía: Alfredo Grimm Curiel y su hermano Florencio Román Curiel, santiaguenses, fueron de cacería al África y decidieron llevar a su sabueso komecuandohay, el primer día del safari, el animal en libertad, corrió por toda la pradera, persiguiendo mariposas, cuando menos se lo esperó, ya se había separado del grupo. El can, intranquilo, empezó a buscar las pistas de sus dueños, en eso, ve una pantera que furiosa se dirigía hacia él dispuesta a comérselo. Asustado, rápidamente piensa qué hacer, ve unos huesos que estaban junto a él y los empieza a morder. Justo cuando la pantera lo iba a atacar, el perro exclamó: ¡Umm umm, que rica pantera me acabo de comer! La pantera al escuchar esto, se frena repentinamente y huye muy asustada mascullando: ¡Pinche perro, por poco me come a mí también! Pero arriba de un árbol estaba un chango que vio todo lo que había pasado; se bajó rápidamente y va tras la pantera para chismearle de todo lo que se enteró. Al escuchar aquello, la pantera muy enojada le dice al mono: Súbete, vamos con ese maldito perro para ver quién se come a quién. El sabueso se da cuenta que la pantera se acerca con el simio trepado, dispuesta a todo. En un instante el perro adivina que el mono fue con el chisme, pero en lugar de correr, se da la vuelta como si no hubiera visto nada. Cuando la pantera ya lo iba a atacar el perro se queja: ¡Pinche chango, ya tiene más de media hora que lo mandé por otra pantera y el cabrón todavía no regresa!

Esta carrera me dio oportunidad de leer valiosos textos como 3 libros de Makarenko El poema pedagógico, dos de J. Jacobo Rousseau El Emilioy El contrato Social, uno del Dr. Francisco Larroyo –pedagogo mexicano- que estuvo en Santiago Ixcuintla estudiando la región para que fuera aprobada como sede del Ensayo Piloto de Educación Básica de la UNESCO.

A Margarita González Parra no le agradó que yo estudiara la Normal, porque imaginaba que desviaba mi vocación de enfermera, pero nunca pensé en dejar mi carrera en enfermería, aun cuando los maestros ganaban el doble de lo que yo cobraba por muchas horas de estresante trabajo. Además las técnicas de enseñanza me sirvieron para hablar mejor en público dado que en enfermería sanitaria se hace labor de educación para la salud por la razón de que para conservar ésta, se requiere del aprendizaje de buenos hábitos.

Casi siempre, iba a Santiago Ixcuintla y al Botadero cada 8 días, los fines de semana, para estar con mis padres. Asistía a alguno de los dos cines que había en el poblado, uno de los hermanos González y otro de Liberato González, anunciaban la función con ruidosos aparatos de sonido, lanzando a los cuatro vientos populares canciones grabadas por Pedro Infante, José Alfredo Jiménez, Javier Solís y otros, con dedicatoria de parte de enamorados jovenzuelos para las más bonitas señoritas de la comunidad como Pola Ramos, Gloria Ramos, Elodia Parra, Cristina González y otras; cuando ya estaba a punto de iniciarse la función, tocaban La Marcha de Zacatecas para que todo mundo se apresurara a llegar antes de que empezara la película. ¡Gran época de mucha afición al cine!

En algunos sábados o en días festivos como el 15 de Septiembre o en la Feria de Diciembre –la virgen de Guadalupe es la patrona de El Botadero- contrataban bandas como la de Cruz Lizárraga o bandas regionales como la Tabaquera de Puerta de Mangos, cuyo director era el Botadereño, Enrique Anzaldo, gran amigo de mis hermanos. ¡De qué grandiosos bailes disfruté! No obstante de que no soy agraciada, nunca permanecí sentada en las fiestas, ni en El Botadero, ni en Tepic, y menos en Santiago. Recuerdo gratamente que bailaba el fox Cinco de chicle con el apuesto Lupe Parra, gran pitcher del equipo de Beisbol Las águilas de Botadero. Me veo en el Casino de Santiago que en cuanto llegaba, casi siempre un mismo muchacho, me solicitaba que bailara con él, nunca conversaba conmigo, se concretaba a llevarme por toda la pista bailando un paso doble con gran habilidad y yo luciendo en cada vuelta mi amplia falda azul y crinolina con zapatillas del mismo color.

En mayo de 1959 me tocó presenciar en este lugar, la coronación de S.G.M. Margarita Arcelia Primera, -TITA- y que con gran emoción el cantante de moda, Javier Solís en persona, le dedicó la canción Gema. ¡Qué bella reina! – después esposa de mi amigo y compañero de secundaria el licenciado Francisco Coleman Romero González-. Las costumbres iban cambiando en la costa de oro, los jóvenes ya no eran tan broncos, ya la juventud asistía a la escuela secundaria, a las muchachas ya les permitían salir de su comunidad para estudiar y prepararse para la vida.

Francisco García Montero, Gobernador del Estado de Nayarit, fundó muchas escuelas y centros de salud en ambas márgenes del río Santiago, fue jovial y sencillo; el Día de la Enfermera auspiciaba un gran agasajo en nuestro honor y bailaba con cada una de nosotras, especialmente con las guapas enfermeras Carmen Ventura Reiments y Sixta Ramos Arámbula.

(Continuará)