Visión Política

Por: Edmundo Virgen

14 / Marzo / 2013

Uno de los problemas ancestrales que ha prevalecido por décadas y que no ha podido ser disminuido en lo más mínimo por las distintas administraciones estatales en NAYARIT, ha sido la marcada pobreza extrema en que viven las etnias Coras, Huicholes, Tepehuanos y Mexicaneros que habitan en la zona serrana, en especial en el municipio del NAYAR, el cual sigue estando en el grupo de los cien más pobres de MÉXICO. Pero la pobreza que afecta a una buena parte de los habitantes del NAYAR no es porque hayan sido abandonados a su suerte por las autoridades gubernamentales, ya que aparte del presupuesto estatal que reciben, el gobierno federal mensualmente les destina un recurso adicional estimado en varios millones de pesos por el simple hecho de contar con una población indígena, este beneficio económico también lo reciben los municipios de la Yesca y Jala.

Precisamente la marginación y pobreza en que viven las etnias se debe principalmente a la corrupción que siempre ha imperado en el ayuntamiento del NAYAR, que como muchos otros municipios no se ha escapado de tener presidentes municipales ladrones y bandidos, quienes sin el menor escrúpulo malversan los recursos destinados a la obra pública y a los programas sociales, es por eso que los presidentes municipales del NAYAR al terminar su gestión abandonan la sierra para irse a vivir a exclusivos fraccionamientos de la capital nayarita, ya que el enriquecerse con el dinero del presupuesto lo consideran parte de sus usos y costumbres.

Por cierto que el líder Huichol Braulio Muñoz, en una ocasión señalaba que el actual edil del NAYAR, Pedro Flores de la Cruz, se negó a llevar en la camioneta Ford, Lobo, modelo 2011 propiedad del ayuntamiento, a una indígena que necesitaba atención médica, sucedió que el edil causalmente circulaba en la camioneta por un camino vecinal y le solicitaron el famoso raite para llevar a la mujer al hospital de Jesús María, pero se negó a llevarla argumentando que la unidad no era ambulancia, lo que significa que entre las etnias no son muy solidarios, de tal manera que los recurso destinados a obras y acciones de beneficio colectivo se lo gastan en parrandas y en la compra de residencias en TEPIC sin el menor remordimiento, tal como lo hizo el anterior edil del NAYAR que compró una finca muy costosa en Ciudad del Valle y el actual ya hizo lo mismo en otra zona importante de esta capital.
Otro claro ejemplo del valemadrismo que existe entre los Huicholes que ostentan cargos de representación popular, lo es el actual diputado de la sierra J. Santos de la Cruz Rentería, quien en su oficina del Congreso del Estado acostumbra darle con la puerta en las narices a todos los indígenas que acuden a solicitar algún apoyo, de esas promesas que hizo en campaña por mejorar la calidad de vida de las familias de la sierra, lo cual le sirvió para que los habitantes del NAYAR con su voto lo hicieran diputado, al llegar al congreso prácticamente se olvidó de sus representados que reciben mejor atención de cualquier otro ciudadano que de su propio legislador, y mientras siga prevaleciendo esta forma de llevar agua a su molino de las autoridades municipales en el NAYAR enriqueciéndose con toda impunidad con los dineros del presupuesto, la pobreza y marginación seguirá existiendo en toda esa zona sin que alguna otra autoridad lo pueda evitar.