REDESCUBRIENDO: El Suicidio en Nayarit ¿Qué Debemos Hacer?

Por: José Miguel Cuevas Delgadillo

14 / Marzo / 2013

En las últimas semanas el suicidio en el estado se ha incrementado. Se han documentado, por los menos, veinte suicidios en los últimos dos meses. El asunto se torna un tanto complicado, ya que de los eventos trágicos registrados, la mayoría son jóvenes menores de veinte cinco años. La pregunta es ¿por qué la gente en Nayarit está considerando el suicidio como una alternativa? Es muy difícil saberlo, ya que en muchos casos no se deja la famosa carta póstuma; sin embargo, podemos adentrarnos un poco en la casuística que para nuestra región se puede aplicar. La actual descomposición social que vive el estado incrementa la desesperanza, y por ende, agudiza la sensación de vacío asociado al suicidio en el habitante promedio. Si le sumamos a eso los diferentes factores de riesgo que se asocian a este mal, la situación no es alentadora: separaciones y divorcios, muerte del cónyuge; pérdida inminente de un ser querido (muerto por alguna balacera siendo el objetivo o de manera accidental), la soledad y el aislamiento social, problemas económicos, paro reciente o jubilación; mala salud, depresión, enfermedad terminal, problemas con alcohol y/o drogas, historia previa de trastornos afectivos, alcoholismo; entre otros factores. Los grupos de alto riesgo son los adolescentes y ancianos. En relación al género, en el varón la frecuencia aumenta con la edad, con una incidencia máxima a los 75 años. Consuman el suicidio 2-3 veces más que las mujeres. Por su parte, las mujeres la edad de mayor incidencia está entre los 55 y 65 años. Intentan suicidarse 2-3 veces más que los hombres.

Historia de un caso real. El año 2002 fue muy peculiar para los habitantes de la ciudad de Guadalajara. Fue testigo de una ola de suicidios a gran escala. Los focos rojos se encendieron con la tragedia de una menor de 9 años, cuya realidad familiar era complicada. Hija de madre soltera, tenía la responsabilidad de cuidar a su hermano menor de cuatro años, se quedaban solos encerrados en su domicilio mientras mamá salía a trabajar. La niña no estudiaba, después del divorcio de sus padres no hubo oportunidad de continuar en la escuela. Así transcurrieron varios meses, hasta que un día la niña escribió una nota: Ya no aguanto, estoy cansada de cuidar a mi hermanito y quedarme sola, por eso ya no quiero vivir más. La niña se quitó la vida. El caso provocóshock en toda la población, la tragedia fue reproducida en los medios locales, la madre se sentía culpable, el niño de cuatro años lloraba sin consuelo. A partir de este evento se documentaron varios suicidios en todo el estado, con foco rojo en Guadalajara. Tan sólo en el año 2004 se registraron un suicidio por día, según datos de la Cruz Verde en Jalisco. En el 2005 disminuyó un poco la incidencia; pero en el 2006 se disparó a 546 actos consumados, según la Cruz Verde. Las instancias gubernamentales registraron 467 casos consumados. ¿Cuál fue la reacción de la sociedad? Motivó un trabajo conjunto entre los cuatro municipios de la zona metropolitana, haciendo a un lado ideologías políticas y religiosas. A través del DIF Estatal nos organizamos en una Red Inter-municipal en la cual participaron: asociaciones religiosas, alcohólicos anónimos, grupo A-lanon, asociaciones civiles enfocadas atender accidentes dentro del hogar, Esperanza para la Familia, cuya coordinación en nuestro estado está a mi cargo; DIF Guadalajara, centro de rehabilitación serios, la Cruz Verde, La Secretaria de Seguridad Pública del Estado de Jalisco, a través de la Dirección de Prevención al Delito, El CESAME, entre otras instancias. ¿Qué hicimos? Realizamos talleres de concientización sobre el tema y conferencias, ferias de información con actividades recreativas en plazas públicas, la difusión de temas por parte de profesionales de la salud mental, la promoción de los números de intervención en crisis de diferentes instancias y asociaciones. Visitamos a personas con depresión e intentos de suicidios previos de escasos recursos para dar atención médica a domicilio. Por lo regular, la persona en depresión severa no tiene la disposición de salir de sus casas para buscar ayuda. En tales casos, el apoyo de la familia es muy importante. Convocamos a familiares de personas con un historial de intentos de suicidios para capacitarlas en intervención en crisis, y así, pudieran apoyarlos y evitar la tragedia.

¿Qué haremos los nayaritas para impedir que los índices sigan subiendo? El trabajo no es fácil, se requiere del apoyo del poder ejecutivo para ampliar mejor la ayuda. El caso de Jalisco, el tema se convirtió en política pública, esto quiere decir que el ejecutivo le dio prioridad al asunto en cuestión. El llamado es a organizarnos las instancias correspondientes para realizar una campaña de prevención, en la cual se difunda en los medios masivos los servicios que ofrecen las organizaciones que pueden auxiliar a personas con intentos de suicidio, para desahogar al CESAME, que hoy por hoy está sobre saturado. El problema necesita atención urgente, sino queremos que el asunto rebase los límites de seguridad pública y se convierta en un problema desbordado como ocurrió en el estado de Jalisco. Se debe trabajar en la prevención. ¡Nosotros ya empezamos a trabajar! Como Coordinador de Esperanza para la Familia A.C. empezaremos a realizar una campaña de prevención. Contamos con una lada sin costo 01 800 690 62 35 denominada línea de auxilio o de intervención en crisis. Si tiene problemas emocionales no dude en marcar a dicho número. La llamada no le cuesta. Hasta la próxima.Terapeuta Familiar y Conferencista. Consultas Celular 311 136 89 86. redescubriendo@hotmail.com