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Por: José Ma. Narváez Ramírez.
21 / Marzo / 2013
Buen tranco tuvieron los nayaritas e invitados a su feria de la gente, sosteniéndolo hasta estos últimos días, en que se les acabó el dinero para el gasto y para todo lo demás, pero se rajan las canoas que son de una pieza, contimás los picados de alacrán que no ha fallado ni un sólo día Manque se regresen a sus casas a pata porque no los quisieron traer los taxis por lo veinte pesos y más, que después se acordó aumentar para que cesara el llanto de los chóferes
Lo cierto es que hoy y mañana amanecen las rúas de mi Tepic, casi desoladas, comparadas con los días del gran trajín que ocasionó la Feria de la Gente Un festejo que demostró que estamos preparados con una fiesta más parecida a un carnaval que a un evento más serio o conformado en nuestras tradiciones populares, porque la Feria no es precisamente una Feria (valga la redundancia) parecida a la de Santiago Ixcuintla con sus Juegos Florales, rindiendo pleitesía a nuestra soberana, que culminan con su coronación (que debiera ser lo más importante) y la entrega del premio al poeta laureado, con solemnidad y grandeza de miras, no enfocar todo el bochinche a un rompimiento que representa un pequeño carnavalito en el que se permite el chupe sostenido y el fandango, y una gran parte del pueblo se divierte y se lanza al ruedo del destrampe y la borrachera hasta que amanece Pero después ¿qué pasa? Todo se derrumba y muy pocas gentes acuden a su fiesta porque se le acaba la mecha al cirio del desmadre
Ya ni el mero día del santo patrono se festeja como Él manda Ni las peregrinaciones se organizan con aquel sabor de antaño en el que participaba el pueblo con devoción y respeto, y se lanzaba en forma ordenada por la calle principal vistiendo las señoras, las damitas y las niñas, de blanco, portando su ramo de flores y su cirio y cantando alegremente el ¡Que viva mi Cristo! Y los señores, los jóvenes y los niños, de igual uniforme, integrando un desfile cuya vistosidad era el buen comportamiento, el orden y la alegría de un pueblo que daba gracias al Señor de la Ascensión por todas sus bendiciones Los Caballeros de Colón Las Damas del Perpetuo Socorro y de la Acción Católica La Orquesta de los Hermanos Altamirano a la cabeza acompasando a doña Chole que llevaba la voz cantante de las estrofas Y el señor Cura don Demetrio Siordia, al frente de su querido templo engalanado, con cientos de danzantes en el atrio atronando el espacio con sus rítmicos huarachazos, sonajas y arcos, mientras que los cohetes y los juegos de luces adornaban el firmamento con sus bellos colores Y de por ahí salía un torito echando buscapiés y asustando a los niños y a las damas y también de por ahí salía un jovencito para darle unos capotazos con un sombrero ¡Y todo era bullicio y sana alegría, devoción y brindis!
Aún estamos a tiempo de organizar un festejo que no solamente trate de obtener ganancias, sino que se saque la espina y de a nuestra gente otro tipo de fiesta, la tradicional, no solamente la del chupe que para eso teneos todo el año Control Señores Control No enseñemos la oreja, mostremos cultura y el respeto por nuestras tradiciones y, principalmente, por nuestro Santo Patrono
311 158-66-55