EL ITACATE: NICCOLÓ PAGANINI, UN GENIO VAMPIRESCO

Por Agustín Almanza Aguilar

26 / Marzo / 2013

¡No es posible!, le respondí incrédulamente incomodo al señor que me había preguntado sobre la posibilidad de lograr con una mano, completamente extendida, el abarcar casi la longitud de un violín y tocar ¡cuatro octavas musicales en una sola cuerda, moviendo solamente los dedos sin cambiar la posición de la mano!


Cuatro octavas ¿era burla al buen sentido, al sentido común –que es lo menos común que tenemos-?

Don Luis me extendió un recorte de periódico y, dibujando un gesto adusto y al mismo tiempo jovial, me lo dio. Sería bueno que lo leyera tu hermano Rafael y expresara su opinión, pues lo tengo como buen maestro de música, enfatizó, dándole un cariñoso toque de bastón a la perrita <<Cherry>>, mientras el <<Tarzán>> entonaba un Aria al estilo Verdi. ¡Ah! –Agregó, dando vuelta a la cuchara de su taza de café-. Hablo de Paganini-.

El texto estaba redactado por Jaime Almeida, irredento <<musicópata>> (él afirma que el tango es de origen Uruguayo y no Argentino, por lo cierto).


Como se sabe, está la leyenda de que éste genio del violín (nacido el Génova, Italia, un 27 de octubre del año de 1782, y fallecido a los 58 años, un 27 de mayo de 1840) había hecho pacto con el demonio para lograr su conocida destreza instrumental. Ahora, si a esta tradición vampiresca le añadimos la siniestra apariencia del personaje, pues tenemos pasto de vasta literatura. Veamos.

Niccoló Paganini era delgado y alto, portador de una larga nariz y de pálido rostro alargado con mejillas hundidas, labios delgados que parecían curvarse en una sonrisa sardónica y los ojos eran penetrantes como carbones encendidos. Usaba negros ropajes, se contorsionaba al tocar el violín, mientras sus hombros se ensanchaban dándole un aspecto semejante al de un gigantesco murciélago. Siniestra apariencia que hizo correr el rumor de que era hijo del diablo. Bueno, una vez él tuvo que publicar algunas cartas de su madre para demostrar que sus padres eran seres humanos


Últimamente se cree que padecía una rara enfermedad, conocida como <<mal de Marfán>>.

En el transcurso de sus años maduros (vivió 58 años, hace 231) tuvo incontables amoríos (<<AVRO.CLAVSA.PATENT>> -el oro abre las puertas cerradas) y perdió fortunas en las mesas de juego

Se nos narra que, al morir, el arzobispo de Niza emitió un decreto en el cual se hacía pública la orden eclesiástica de negarle cristiana sepultura y, así, su cuerpo fue exhibido ante la gente hasta el año de 1845 (¡cinco años!). Descansó en tierra consagrada Interesante.


FINIS TERRAE: Un saludo a Don Luis Abunader Bejarano y a su familia entera (QDLQ). Por lo cierto que estoy ante el dibujo del genio realizado por Jad Ingres.