Líneas: Difusión institucional

Por: José Ma. Narváez Ramírez.

08 / Abril / 2013


Esto del cacareado marketing político se inició a mediados del siglo pasado en los EUA, empezando con el general Eisenhower en 1952, quien fue el primero en utilizar estos servicios y le siguieron Kennedy, Reagan, Bush y Durkakis. En nuestro México lo personalizó y perfeccionó el PRI, dejándolo 12 años en manos del PAN, pero no pudo con el tercio y se lo regresó a papá gobierno

Se trata en una palabra de engañar a los electores –digamos, de bajo coeficiente intelectual- con las clásicas promesas de candidato a través de un complejo mundo de estrategias utilizadas con maestría diabólica a través de los medios que se prestan a ello.

Para el caso se usan gestos de unión con el pueblo a través de mensajes, dinero y activismo. Aquí en México no se ocupa mucho güiri-güiri, para convencer a las masas, con un simple grupúsculo de fieles seguidores, maiceados con probidad, aleccionados para gritar fuerte o entrarle al pleito callejero (amañado) contra los propios policías, o invadir predios que les señalan previamente los técnicos en estas cuestiones, asistir con puntualidad a los mítines en lugares importantes; todo esto apoyado con campañas mediáticas, mensajes impresos o tele-auditivos, frases estúpidas archiultrarrepetidas en los medios (como por ejemplo lo del chupacabras) o las que traen los políticos en sus visitas a México –recuérdese la primera vez que vino Obama y se dejó caer la epidemia de influenza, o la de la gripa aviar cuando Calderón y ahora que vuelve el negrito gringo en que ya se están programando varias pandemias.

No se crea, estas campañas tienen su origen en los reflejos condicionados de Pavolv, las imágenes paternales de Froid y las ciencias del comercio de Bartley, Dustin y Osborne, entre otros.

Empiezan utilizando un capital humano, repartiendo billetes como arroz y a la vez concientizando a los politiqueros calientes que le meten carretadas de lana a las talegas del sistema titular (que luego reponen con creces), haciéndolo millonario desde su entrada al poder, que con sus eslogan políticos (como el gobierno de la gente; estamos haciendo historia; un gobierno con calidad y calidez; sí se puede, ayudar a los que menos tienen; seguro que sí) y una sarta de frases vanas que rematan con la diversión gratis en una feria que resulta a la postre más caro el caldo que las albóndigas, pero que en su momentos distrajo la atención del respetable, lo emborrachó y le permite al vivillo continuar explotándolo.

Esa es la difusión institucional o marketing político, que nos hagamos patos es otra cosa, pero esto es lo que han explotado los partidos políticos con sus hombres de candidatos, primero y después como funcionarios en el poder. No se olviden de que llueva parejo para que todos nos mojemos y nos veremos.

En la actualidad sobran los rosarios de palabras –o palabrería- que reparte el presidente Peña Nieto, aunque se equivoca y da traspiés que en un cristiano común y corriente serían errores garrafales, pero en el señor del copetito son nimias equivocaciones.

Ahora anda en China –para eso le compraron su jet- y quiere que haya intercambio comercial entre ambas naciones. ¿Será esto la mera neta de su viaje?

Control Señores Control En esto de los mensajes políticos no debemos meter nuestra cuchara, ya que están clavados en nuestra gente para que duren más de cinco años y así seguirán Per sécula seculórum Si no despierta Juan Pueblo antes, ya ven lo que está pasando en el sur del país con los problemas del magisterio y eso que la maestra Gordillo está entambada Solo que ya no la aguantan porque está haciendo su propio sindicato de presos, y parece que ahí la lleva en caballo de hacienda Nomás falta que haga el ritorna vinchitore como se estila actualmente: a nancas

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