De nuevo fraudean a personas con el señuelo de ir a trabajar a Estados Unidos y Canadá

12 / Abril / 2013

Por José María Castañeda


SANTIAGO.- Le sigue la vasca al niño suelen decir algunos vecinos del tabaquero municipio; cuando algo se repite causando daños a la economía de los Santiaguenses, y ésto viene a colación luego de la denuncia que hiciera ayer Gabriel Rodríguez Najar, quien tiene su domicilio en esta ciudad, concretamente en la colonia Primero de Enero.


La persona antes señalada denunció que una empresa a la que identificó con él logotipo de Chamba México con sede en la industrializada ciudad de Monterrey, Nuevo León, por conducto de Vicente Bernal; quien es originario del poblado de Amapa, municipio de esta ciudad y quienes fueron contratados para ir a trabajar a Estados Unidos y/o Canadá, cobrándoles sumas que iban desde los 6 mil pesos a otras más elevadas -dependiendo del empleo al que serían asignados-, destacando que de esta ciudad fueron enganchados 15 personas, mismas que además de pagar la suma arriba mencionada todavía pagaron un adicional de mil pesos -esto para Vicente Bernal-, ya que el dinero este señalaba que era para hacer los trámites, etc.

Sin embargo, al paso de los días, cuando las personas que presumiblemente habían sido contratadas acudieron con Vicente Bernal para pedirle que cuando iba a ser la salida, éste encogiéndose de hombros les dijo que no sabía que la empresa Chamba México lo había despedido, y que por lo tanto ignoraba cuando saldrían. Y pues aquí la historia vuelve a repetirse. Ya que aún recordamos cuando el santiaguense Juan Ortega, también se metió de Pollero, enganchando gente, y que también para variar fueron defraudados; por lo que es necesario que se regulen las empresas que verdaderamente se dediquen a contratar personal para enviarlo a Estados Unidos, ya que no es posible que se estafe de ésta manera a nuestra gente, con el señuelo de que van a ir a ganar dólares a Canadá o Estados Unidos, vendiendo sus cosas de valor algunos para conseguir el pasaje para el pago a las empresas contratantes sumas de dinero exorbitantes, como el terreno heredado o el carrito que con mucho trabajo se hicieron para pasear a sus familias.