EL IV PODER: Cruzada contra el Hambre, una estrategia para traficar con el voto ciudadano

Por: Juan Fregoso

30 / Abril / 2013

*Rosario Robles impulsora de este programa, busca sacar provecho político para ella

*Pero la ex perredista está muy ahumada como para convencer de las bondades de su proyecto

*Con su mano mágica, Chayo Robles pretende acabar con la mendicidad de 75 millones de pobres

El cambio de gobierno federal ha servido para exhibir a los verdaderos traidores del pueblo, erigiéndolos ahora como auténticos redentores de las clases más desprotegidas, cuando no son más que seres acomodaticios que buscan el bien para ellos mismos y no para el pueblo como alguna vez lo proclamaron.

Así, vemos hoy en el escenario a quien fuera perredista de cepa, Rosario Robles Berlanga, quien fuera fundadora del PRD, partido que la hizo Jefa de Gobierno de la capital azteca. Mujer de izquierda probada, se autoproclamó en su momento, la entonces jefa capitalina que se vio envuelta en los históricos videoescándalos provocado por su amante, el empresario argentino Carlos Ahumada.

Como consecuencia de este vergonzoso episodio en la vida política nacional, Rosario Robles permaneció en el ostracismo durante varios años, hasta que el PRI recuperó la presidencia de la República; El presidente Enrique Peña Nieto, al ganar la primera magistratura, la rescató y la nombró como secretaria de la Sedesol, desde donde surgió—se dice que a iniciativa de ella—la Cruzada contra el Hambre, es pues, la encargada de elevar el nivel de vida de por lo menos 75 millones de pobres que habitan 400 municipios, aunque no se ve cómo le vaya a hacer para erradicar la miseria que carcome a esos infelices atrapados en el anillo de la inopia brutal en que se encuentran.

En realidad, la llamada Cruzada contra el Hambre es una estrategia para ganar elecciones el Partido Revolucionario Institucional en aquellas entidades en que habrán de renovarse los poderes públicos, como en el estado, Durango, Coahuila, Aguascalientes, Tamaulipas y Zacatecas, en julio próximo, cuatro entidades con un alto índice de marginación, y en las cuales ya se encuentran trabajando los alquimistas priístas con el fin de traficar con el voto de los indigentes.

El problema de la hambruna no se puede resolver con la mano mágica de Robles, ni de ningún otro político, porque es un fenómeno de siglos, en que gobiernos van y gobiernos vienen sólo para hacer promesas que saben que no van a poder cumplir. Y sobre este sendero han desfilado ya muchos otros encargados de la súper Secretaría de desarrollo social, con resultados fallidos, no veo porqué la hoy flamante titular de dicha secretaría vaya realizar el milagro de acabar con la pobreza que abate prácticamente a todo el país y no solamente a los 400 municipios a que se ha referido el gobierno.

En el fondo lo que se busca es utilizar los programas sociales, léase Oportunidades o Adultos Mayores—para variar un pleonasmo de la clase política—. Así pues, del programa Oportunidades serán despedidas las vocales, aunque no todas, sino aquellas que sean sospechosas de ser afines al Partido Acción Nacional, porque mantenerlas en sus puestos representa un alto riesgo de perder los comicios en los estados donde se elegirán a nuevos gobernantes, y en donde PRI quiere conservar su hegemonía cueste lo cueste, tal y como lo han externado los propios priístas, los cuales se enorgullecen de que su partido ha operado electoralmente siempre bajo este esquema, es decir, mediante la compra de votos de los ciudadanos más pobres.

Y lo dicen con todo el desparpajo del mundo, como Pablo Anaya Rivera, secretario de salud del gobernador, Javier Duarte, en el estado de Veracruz. Naya Rivero apunta: Comprar votos no es sencillo; no es fácil comprar votos, porque hay que saber a quién comprárselos. Y lo han visto y lo han vivido y lo hemos visto todos los que sabemos de esto: No es fácil, porque a veces damos el dinero a quien no nos va a responder o al menos nos agarran de pendejos.

En límite del cinismo el funcionario subraya que para saber a quién comprarle los votos es que los operadores de la estrategia encabezada por Javier Duarte consiguieron los padrones de beneficiarios de los programas sociales, que los propios funcionarios les facilitaron en las reuniones secretas.

Luego entonces, la famosa Cruzada contra el Hambre se convierte en un instrumento de manipulación, de tráfico con la necesidad de la gente, porque este es el verdadero objetivo de una estrategia con todos los tintes electorales. Por tanto, las bondades del programa que dice tener no son otra cosa que mera demagogia, un vil engaño para la población de mexicanos que no tienen ni para comprar un kilo de tortillas.

Sin embargo, para la defeña Rosario Robles, es una estrategia que sacará del pozo de la miseria a 75 millones de pobres. ¡75 millones!, leyó usted bien, eso es algo que sólo tiene cabida en un cerebro atrofiado y sediento de poder como el que ambiciona la ex perredista que antes se dio baños de pureza, porque era la luz de la esperanza.

Pero esa luz de la esperanza se convirtió en tinieblas al sufrir una metamorfosis al igual que el PRD, pues ambos se han plegado a los dictámenes del gobierno federal, convertido en su patrón, y ante el cual deben inclinar la cerviz en señal de sumisión, ya que de no hacerlo correrían—particularmente Rosario Robles—el riesgo de que sean investigados a fondo todos sus antecedentes, como el Ahumazo y ser detenida en cualquier momento por la policía y enviada a hacerle compañía a la maestra Elba Esther Gordillo, al fin que, con este hecho el presidente ya delineó su estilo de gobernar, un estilo que se caracteriza por la ley del garrote y no por el estado de derecho.
Así las cosas, que los 75 millones de pobres se conformen con una simple despensa que incluye frijoles y arroz podridos, galletas desbaratándose, entre otras generosas dádivas que les arroja la Sedesol, así como una serie de productos chatarra nada nutritivos, sino al contrario, nocivos para el sano desarrollo de cientos de niños ricospero de parásitos.

¿Será este el espíritu de la Cruzada contra el Hambre? Al menos, eso debe creer la camaleonesca de Rosario Robles, quien por cierto será sujeta—se presume mucho en los corrillos defeños—a juicio político ante la Cámara de Diputados por el desvío de recursos federales para favorecer a hombres y mujeres que van tras un cargo de representación popular. Estamos pues, ante la otra faceta de quien en un tiempo se pavoneó como militante de la izquierda más prístina y más leal, la más intachable, pero la realidad siempre supera a la ficción, por lo que ahora, vemos a una Rosario Robles más papista que el Papa.